Parálisis cerebral infantil

¿Qué es la parálisis cerebral infantil?

La parálisis cerebral infantil (PCI) es un conjunto de alteraciones no progresivas de la postura y el movimiento que limitan la actividad. Esto es debido a una lesión cerebral ocasionada durante el desarrollo cerebral del feto o el niño pequeño, pudiéndose dar durante la gestación, el parto o en los primeros años de vida del niño.

En la actualidad, la PCI es la causa más habitual de discapacidad motórica en niños. Es común que los trastornos motores vengan acompañados de alteraciones perceptivas, sensoriales, cognitivas, de comunicación, epilepsia o musculoesqueléticos secundarios.

Podemos clasificar la PCI en función al momento en el que ocurre el daño cerebral:

  • Congénita: en etapa prenatal.
  • Natal o neonatal: cuando la lesión se produce en el nacimiento o instantes después.
  • Adquirida o postneonatal: la lesión ocurre tras el primer mes de edad.

Existen diversos tipos de parálisis cerebral infantil, según el tipo de trastorno motor que presente el niño:

  • Parálisis cerebral espástica: es la más frecuente. Podemos identificar diversos tipos como tetraplejia, diplejía y hemiplejia espástica.
  • Parálisis cerebral atáxica: dificultades para controlar el equilibro, la coordinación y movimientos rápidos.
  • Parálisis cerebral discinética: existen problemas para controlar los movimientos, que realizan de forma involuntaria, y pueden ser lentos y contorsionantes o rápidos y espasmódicos.
  • Parálisis cerebral mixta: el cerebro presenta lesiones en más de una estructura y, por lo tanto, existen diferentes combinaciones de las características sintomáticas. La más común es la parálisis cerebral espástica-discinética

 

El pronóstico de la PCI es más concreto a partir de los 2 años de edad
 

 

¿Qué síntomas presenta según el grado de afectación?

Los síntomas de la patología variarán según el grado de afectación que presente el niño, por lo que puede haber una sintomatología más grave o más leve, según el caso.

Algunos de los síntomas que presentan los niños con PCI pueden ser los siguientes:

  • Debilidad muscular.
  • Movimientos involuntarios o temblores.
  • Retrasos en habilidades motoras.
  • Músculos rígidos y reflejos exagerados (espasticidad)
  • Falta de coordinación muscular en movimientos musculares.
  • Dificultad para realizar movimientos precisos.
  • Dificultad para tragar, hablar o babeo excesivo.

Según la afectación puede causar otras dificultades como falta de atención, percepción, memoria, razonamiento o lenguaje. Los niños con esta clase de trastornos tienen un mayor riesgo de presentar dificultades en el ámbito social y de padecer problemas relacionados con la salud mental.

 

¿Cuáles son las causas?

La PCI es debida a una alteración o anormalidad en el desarrollo del cerebro, normalmente antes del nacimiento. Algunas de las causas pueden ser:

  • Mutaciones genéticas que ocasionan un desarrollo anormal del cerebro.
  • Ataque cerebral prenatal: una interrupción del suministro de sangre al cerebro durante el desarrollo.
  • Infecciones en el cerebro, como meningitis o encefalitis durante la primera infancia. 
  • Traumatismos cerebrales, como lesiones causadas por un accidente vehicular o maltrato infantil.

 

Pronóstico de la enfermedad

El pronóstico de la parálisis cerebral infantil dependerá de diversos factores, teniendo en cuenta la severidad y posibles complicaciones.

Los médicos aseguran que el pronóstico puede ser más concreto a partir de los dos años de edad, momento en el que el sistema nervioso está más desarrollado y, por lo tanto, será más claro observar el comportamiento del niño y su desarrollo físico y movilidad.

En casos con una sintomatología más grave, la expectativa de vida del niño o la niña puede verse disminuida, especialmente si afecta funciones básicas como podrían ser la deglución y la respiración.

Si tiene cierta independencia, es decir, es capaz de caminar o realizar otras funciones de manera autónoma, su expectativa de vida será mayor, siendo capaz de desarrollar una vida adulta normal según los cuidados, tratamiento y terapias que haya realizado.

Se calcula que un niño con síntomas severos de PCI puede alcanzar los 30 años de edad y, en el caso de una parálisis cerebral moderada, puede tener una expectativa de vida entre 60 y 80 años de edad.

 

Pruebas médicas para la detección temprana

El diagnostico precoz es fundamental, pero puede resultar muy complicado. En general, incluso en casos con lesiones durante la vida fetal, no se logra diagnosticar hasta meses, o incluso un año tras el nacimiento.

La información que puedan proporcionar los padres sobre antecedentes prenatales, natales y postnatales puede ser de gran importancia para el médico.

Para el diagnóstico se deberá realizar un examen físico detallado, con especial atención al desarrollo psicomotor del menor que se adecue a lo normal para su edad. Además, también se le hará un examen neurológico general. El médico también podrá realizar radiografíastomografía axial computarizadaelectrofisiológicos, análisis metabólicos y genéticos si fuera necesario.

 

¿Se puede prevenir?

Hay diversos factores de riesgo que se pueden evitar, basados en el cuidado de la madre y el bebé. Hay causas prenatales, natales y postnatales que se deben valorar ya que pueden influir en el desarrollo de la PCI.

Algunas de las recomendaciones a seguir son las siguientes:

  • La madre debe tener un seguimiento médico adecuado, desde la detección del embarazo al parto. También un seguimiento y control de la tensión arterial.
  • Una correcta nutrición de la gestante, con suplementos dietéticos.
  • No consumir alcohol, tabaco o drogas durante el periodo de embarazo.
  • Se deben prevenir traumatismos de la madre y, tras el parto, del bebé.

 

Tratamientos para mantener una buena calidad de vida

Existen diversos tratamientos para que el niño o la niña con parálisis cerebral pueda mantener su calidad de vida. El trastorno se trata por un equipo multidisciplinar de especialistas que pueden trabajar en mejorar los movimientos, estimular el desarrollo intelectual o lograr desarrollar un nivel de comunicación correcto para beneficio de las relaciones sociales.

Algunos de los tratamientos pueden incluir:

  • Terapia ocupacional y física.
  • Terapia de lenguaje.
  • Tratamientos médicos.
  • Tecnología asistencial.
  • Cirugía.

 

¿Qué especialista lo trata?

La parálisis cerebral infantil se debe tratar por un equipo multidisciplinar entre los que encontraremos especialistas en Pediatría, Neurología, Neurocirugía, Traumatología, Fisioterapia, Logopedia y Psicología.

27-11-2023
Top Doctors

Parálisis cerebral infantil

Dr.Prof. Pedro Gutiérrez Carbonell - Traumatología infantil

Creado el: 16-01-2013

Editado el: 27-11-2023

Editado por: Nerea Colomé

¿Qué es la parálisis cerebral infantil?

La parálisis cerebral infantil (PCI) es un conjunto de alteraciones no progresivas de la postura y el movimiento que limitan la actividad. Esto es debido a una lesión cerebral ocasionada durante el desarrollo cerebral del feto o el niño pequeño, pudiéndose dar durante la gestación, el parto o en los primeros años de vida del niño.

En la actualidad, la PCI es la causa más habitual de discapacidad motórica en niños. Es común que los trastornos motores vengan acompañados de alteraciones perceptivas, sensoriales, cognitivas, de comunicación, epilepsia o musculoesqueléticos secundarios.

Podemos clasificar la PCI en función al momento en el que ocurre el daño cerebral:

  • Congénita: en etapa prenatal.
  • Natal o neonatal: cuando la lesión se produce en el nacimiento o instantes después.
  • Adquirida o postneonatal: la lesión ocurre tras el primer mes de edad.

Existen diversos tipos de parálisis cerebral infantil, según el tipo de trastorno motor que presente el niño:

  • Parálisis cerebral espástica: es la más frecuente. Podemos identificar diversos tipos como tetraplejia, diplejía y hemiplejia espástica.
  • Parálisis cerebral atáxica: dificultades para controlar el equilibro, la coordinación y movimientos rápidos.
  • Parálisis cerebral discinética: existen problemas para controlar los movimientos, que realizan de forma involuntaria, y pueden ser lentos y contorsionantes o rápidos y espasmódicos.
  • Parálisis cerebral mixta: el cerebro presenta lesiones en más de una estructura y, por lo tanto, existen diferentes combinaciones de las características sintomáticas. La más común es la parálisis cerebral espástica-discinética

 

El pronóstico de la PCI es más concreto a partir de los 2 años de edad
 

 

¿Qué síntomas presenta según el grado de afectación?

Los síntomas de la patología variarán según el grado de afectación que presente el niño, por lo que puede haber una sintomatología más grave o más leve, según el caso.

Algunos de los síntomas que presentan los niños con PCI pueden ser los siguientes:

  • Debilidad muscular.
  • Movimientos involuntarios o temblores.
  • Retrasos en habilidades motoras.
  • Músculos rígidos y reflejos exagerados (espasticidad)
  • Falta de coordinación muscular en movimientos musculares.
  • Dificultad para realizar movimientos precisos.
  • Dificultad para tragar, hablar o babeo excesivo.

Según la afectación puede causar otras dificultades como falta de atención, percepción, memoria, razonamiento o lenguaje. Los niños con esta clase de trastornos tienen un mayor riesgo de presentar dificultades en el ámbito social y de padecer problemas relacionados con la salud mental.

 

¿Cuáles son las causas?

La PCI es debida a una alteración o anormalidad en el desarrollo del cerebro, normalmente antes del nacimiento. Algunas de las causas pueden ser:

  • Mutaciones genéticas que ocasionan un desarrollo anormal del cerebro.
  • Ataque cerebral prenatal: una interrupción del suministro de sangre al cerebro durante el desarrollo.
  • Infecciones en el cerebro, como meningitis o encefalitis durante la primera infancia. 
  • Traumatismos cerebrales, como lesiones causadas por un accidente vehicular o maltrato infantil.

 

Pronóstico de la enfermedad

El pronóstico de la parálisis cerebral infantil dependerá de diversos factores, teniendo en cuenta la severidad y posibles complicaciones.

Los médicos aseguran que el pronóstico puede ser más concreto a partir de los dos años de edad, momento en el que el sistema nervioso está más desarrollado y, por lo tanto, será más claro observar el comportamiento del niño y su desarrollo físico y movilidad.

En casos con una sintomatología más grave, la expectativa de vida del niño o la niña puede verse disminuida, especialmente si afecta funciones básicas como podrían ser la deglución y la respiración.

Si tiene cierta independencia, es decir, es capaz de caminar o realizar otras funciones de manera autónoma, su expectativa de vida será mayor, siendo capaz de desarrollar una vida adulta normal según los cuidados, tratamiento y terapias que haya realizado.

Se calcula que un niño con síntomas severos de PCI puede alcanzar los 30 años de edad y, en el caso de una parálisis cerebral moderada, puede tener una expectativa de vida entre 60 y 80 años de edad.

 

Pruebas médicas para la detección temprana

El diagnostico precoz es fundamental, pero puede resultar muy complicado. En general, incluso en casos con lesiones durante la vida fetal, no se logra diagnosticar hasta meses, o incluso un año tras el nacimiento.

La información que puedan proporcionar los padres sobre antecedentes prenatales, natales y postnatales puede ser de gran importancia para el médico.

Para el diagnóstico se deberá realizar un examen físico detallado, con especial atención al desarrollo psicomotor del menor que se adecue a lo normal para su edad. Además, también se le hará un examen neurológico general. El médico también podrá realizar radiografíastomografía axial computarizadaelectrofisiológicos, análisis metabólicos y genéticos si fuera necesario.

 

¿Se puede prevenir?

Hay diversos factores de riesgo que se pueden evitar, basados en el cuidado de la madre y el bebé. Hay causas prenatales, natales y postnatales que se deben valorar ya que pueden influir en el desarrollo de la PCI.

Algunas de las recomendaciones a seguir son las siguientes:

  • La madre debe tener un seguimiento médico adecuado, desde la detección del embarazo al parto. También un seguimiento y control de la tensión arterial.
  • Una correcta nutrición de la gestante, con suplementos dietéticos.
  • No consumir alcohol, tabaco o drogas durante el periodo de embarazo.
  • Se deben prevenir traumatismos de la madre y, tras el parto, del bebé.

 

Tratamientos para mantener una buena calidad de vida

Existen diversos tratamientos para que el niño o la niña con parálisis cerebral pueda mantener su calidad de vida. El trastorno se trata por un equipo multidisciplinar de especialistas que pueden trabajar en mejorar los movimientos, estimular el desarrollo intelectual o lograr desarrollar un nivel de comunicación correcto para beneficio de las relaciones sociales.

Algunos de los tratamientos pueden incluir:

  • Terapia ocupacional y física.
  • Terapia de lenguaje.
  • Tratamientos médicos.
  • Tecnología asistencial.
  • Cirugía.

 

¿Qué especialista lo trata?

La parálisis cerebral infantil se debe tratar por un equipo multidisciplinar entre los que encontraremos especialistas en Pediatría, Neurología, Neurocirugía, Traumatología, Fisioterapia, Logopedia y Psicología.

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