La circuncisión es la extirpación quirúrgica del prepucio del pene, es decir, el pliegue de piel que cubre la punta del pene. El prepucio cubre el glande y mantiene la función de establecer la temperatura y el pH correctos para mantener su sensibilidad. Aunque normalmente esta operación se realiza en niños menores de tres años, actualmente muchos adultos deben realizarse la circuncisión, que suele llevarse a cabo bajo anestesia general.
La circuncisión no cambia la forma ni tamaño del pene
En el caso de los adultos, la circuncisión suele realizarse por razones médicas, principalmente como un tratamiento contra la fimosis y la parafimosis. Sin embargo, también hay casos de circuncisión en adultos por motivos religiosos.
Consiste en cortar una porción del prepucio del pene que cubre el glande, dejándolo permanentemente al descubierto. El tratamiento puede realizarse con una técnica de incisión dorsal donde el especialista realiza un pequeño corte en la parte superior del prepucio. Otra opción es la técnica cubierta mediante la cual se realiza una línea en torno a la base del prepucio que servirá de guía para realizar la incisión
Tras la circuncisión pueden sentirse molestias durante varias semanas, para lo cual ayuda llevar ropa holgada y tomar analgésicos. Es fundamental mantener unas medidas higiénicas hasta la completa curación: mantener el glande limpio y lavar con cuidado la herida una semana después de la intervención.
Los puntos reabsorbibles suelen desaparecer dos semanas después de la intervención, y también se sucederán erecciones dolorosas durante unas semanas.