Debe destacarse que existen tres tipos de víctimas de terrorismo.
- Víctimas de responsabilidad profesional, entre los que se contarían abogados, jueces, policías, militares...
- Víctimas de responsabilidad moral y política: políticos y activistas.
- Víctimas aleatorias: aquellas que fueron escogidas “al azar” o aquellas que les tocó por estar en un lugar concreto en el momento de la realización del atentado.
Posibles repercusiones de un atentado terrorista
Al margen de los daños físicos que pueda padecer la víctima, como lesiones o posibles secuelas, en una buena parte de los casos, las víctimas padecen un daño psicológico que interfiere y afecta negativamente en su calidad de vida.
En primera instancia, se pueden producir una serie de síntomas inmediatos tras haber sido víctima de uno de estos ataques. En este caso, se trata de síntomas que deberían desaparecer por sí mismos a las pocas semanas de haber sufrido el atentado, como una pérdida de apetito, insomnio, malestar... A medio plazo, son comunes los síntomas de la ansiedad e incluso de la depresión, con una tendencia aislamiento, pérdida de autoestima y desconfianza para hacer frente a lo que viene.
Puede existir, a su vez, un sentimiento de culpabilidad, incluso hasta creándose una versión sesgada de los propios hechos del atentado, con la propia víctima sintiéndose responsable de no “ayudar lo suficiente” a otras víctimas, o incluso con un sentimiento de culpabilidad por haber sobrevivido cuando otros no lo han logrado.
A su vez, a medio y largo plazo, pueden aparecer —aunque no en todos los casos— una serie de trastornos en la conducta de la víctima. En este caso, suelen darse problemas de dependencia emocional, irritabilidad, introversión, actitudes victimistas... Estos trastornos pueden generar problemas en el ámbito familiar. A su vez, uno de los signos habituales de esto son la irritabilidad y la frustración ante contratiempos de la vida cotidiana, como ruidos molestos, problemas cotidianos... Estas frustraciones pueden traducirse en reacciones de tipo agresivo, que normalmente se dirigen a aquellas personas de su entorno más cercano o hacia uno mismo, apareciendo ideas suicidas e incluso situaciones de abusos de alcohol o sustancias.
Estos sucesos traumáticos sobrepasan la capacidad de respuesta de la víctima que no logra lidiar con todos sus problemas psicológicas al respecto. A su vez, aparecen sentimientos de rencor, odio o ganas de venganza, un hecho que hace que la persona sea incapaz de aceptar la situación.
El atentado terrorista no afecta únicamente a la persona implicada directamente, sino que también tiene influencia directa con la familia de la víctima.
¿Por qué se realiza el tratamiento a las víctimas del terrorismo?
Existen casos de personas que se han visto involucradas en atentados y que, sin embargo, no necesitan asesoramiento o tratamiento psicológico. En estos casos, el equilibrio psicológico previo, el apoyo familiar y del entorno cercano y/o el propio transcurso del tiempo ayudan a pasar y a aceptar el trauma vivido. Así, en estos casos —y pese a convivir con recuerdos dolorosos— estas víctimas logran salir adelante y pese a presentar algunos altibajos emocionales, pueden implicarse en nuevos proyecto, trabajar e incluso disfrutar de su vida diaria.
No obstante, en otros muchos casos, las víctimas del atentado terrorista se encuentran “atrapadas” por el acontecimiento sufrido y no logran recuperar su relación con el apetito y el sueño. En estos casos, estas personas suelen vivir atormentadas por el suceso, y padecen dificultades para controlar sus emociones y no logran hacer frente a las exigencias del día a día. Es en estos casos cuando pueden adoptarse medidas perjudiciales para su propia salud, como la auto-medicación, un exceso de bebidas alcohólicas...
Es en estos casos en los que la víctima del atentado se encuentra desbordado por el trauma, cuando es necesario que reciba una ayuda psicológica y en algunos casos, también farmacología. Entre estas personas, destacan especialmente aquellas con antecedentes de tipo psicopatológico cuyo atentado ha supuesto secuelas graves tras el atentado, se encuentran solas, se encuentran en una situación económica precaria o que son inmigrantes en una situación inestable o irregular.
¿Cómo superar un atentado terrorista?
Existen dos opciones a la hora de realizar el tratamiento, son la intervención inmediata tras la crisis y el tratamiento psicológico posterior.
En el caso de la crisis inmediata, en este caso las víctimas del atentado recibirán atención psicológica apenas unos días después del imprevisto. En primer lugar, se prestará atención a lo siguiente:
- Una evaluación inicial del daño psicológico del paciente, las variables que predisponen a esta persona a padecer el trauma, el grado de estrés, las estrategias de afrontamiento...
- En segundo lugar, se realizará una intervención prácticamente inmediata para hacer frente a los síntomas inmediatos, así como una serie de medidas para tratar de recuperar la normalidad en las rutinas de la víctima.
- En tercer y último lugar, se derivarán as personas más vulnerables a padecer una cronificación de los síntomas de estrés postraumático a programas especializados.
En el caso del tratamiento posterior, se trata de la atención que se prestra a una víctima un tiempo después del suceso, es decir, entre uno y dos meses después cuando los síntomas y reacciones posteriores del atentado se siguen prolongando en el tiempo. Otros casos en los que se deriva a la víctima, es cuando ésta se niega a hablar con cualquier persona sobre el trauma, o porque se aísla o es rechazado por los miembros de su entorno.
Un buen número de esas personas se muestran reacias a buscar ayuda por parte de los profesionales, ya que en este supuesto se estaría reconociendo una debilidad al aceptar ayuda por parte del profesional.
En aquellos casos en los que sea necesario, el inicio del tratamiento debe realizarse prácticamente al instante, ya que un tratamiento adecuado temprano evita que los síntomas se cronifiquen y permiten que la víctima pueda recuperar su ritmo de vida habitual.
En la misma línea, el tratamiento debe tener una continuidad en el tiempo y necesita estar dirigido por el mismo especialista, ya que el paciente necesita establecer una relación de confianza con el paciente. Además, debe tener una limitación temporal, siendo normalmente los tratamientos de entre tres y seis meses de duración, aunque en algunas ocasiones puede durar hasta un año. No obstante, existen casos especiales en los que puede prolongarse durante más meses.
¿Qué especialista trata a las víctimas del terrorismo?
El o los encargados de tratar y ayudar a aquellas personas que se han visto afectadas por un atentado terrorista son los psiquiatras y los psicólogos.