Una fístula se produce cuando se forma una conexión entre un órgano y otra estructura, y normalmente se desarrolla cuando un órgano se inflama o se daña. Las fístulas son muy comunes en personas que padecen la enfermedad de Crohn, que es una enfermedad inflamatoria del intestino, alrededor del 35% de personas que padecen la enfermedad de Crohn tienen al menos una fístula.
Generalmente, las fístulas son el resultado de una lesión o cirugía, aunque las infecciones o inflamaciones también pueden provocar que se forme una fístula.
¿Cuáles son los diferentes tipos de fístula?
Las fístulas pueden aparecer en muchos lugares del cuerpo, pero lo hacen con mayor frecuencia alrededor del ano. Este tipo de fístulas se denominanfístulas perianales. Otro tipo común de fístula es la que se desarrolla entre los bucles del intestino.
Ciegas: son aquellas que solo están abiertas en un extremo, pero conectan dos estructuras.
Completas: presentan aberturas dentro y fuera del cuerpo.
En herradura: conectan el ano a la superficie de la piel.
Incompletas: son aquellas fístulas que no conectan con ninguna estructura interna.
¿Cuáles son las causas para la aparición de una fístula?
Las fístulas se pueden desarrollar de varias formas, según el tipo de fístula que sea y de su ubicación. Las fístulas anales se forman con mucha frecuencia debido a un absceso anal. Si el absceso no se ha curado correctamente puede provocar el desarrollo de una fístula. Se estima que el 50% de personas que tienen un absceso anal pueden desarrollar una fístula.
Las fístulas que se forman en el aparato digestivo pueden haberse desarrollado tras una cirugía, tras una radioterapia para el cáncer o por a una lesión traumática.
Algunas enfermedades como las ETS (enfermedades de transmisión sexual) y la diverticulitis también pueden causar fístulas. Algunas fístulas como la fístula traqueoesofágica (FTE) puede desarrollarse en un bebé durante el embarazo.
Tratamientos para las fístulas
Lo más habitual es eliminar las fístulas recurriendo a una cirugía. El profesional médico adecuado diagnostica la fístula y decide cuál es el mejor plan de acción, dependiendo del tipo de fístula que sea y de su ubicación.
Otra forma de tratar una fístula es mediante el uso de un catéter para drenar la fístula. Normalmente se usan para tratar pequeñas fístulas y como modo para controlar la infección.
Las fístulas también se pueden cerrar con un tipo de pegamento denominado pegamento de fibrina, que se puede utilizar para sellar la fístula cuando sea necesario. También se puede emplear un tapón para tapar la fístula.
Los síntomas de una fístula se pueden tratar en algunos casos con medicamentos que además sirven para tratar la infección causada por la misma.
Los tratamientos para la mayoría de tipos de fístula tienen éxito.
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