¿Qué es la espasticidad?
La espasticidad es un trastorno muscular que implica un aumento anormal del tono muscular. El tono muscular es la cantidad de tensión que tenemos en nuestros músculos y el tono muscular «normal» es el nivel natural de tensión que se necesita para mantenernos en pie. Un aumento en la tensión en los músculos hace que se pongan rígidos y puede provocar espasmos musculares involuntarios.
¿Cómo es de común la espasticidad?
La espasticidad es común entre las personas con ciertas afecciones neurológicas a largo plazo: está presente en el 28-38 % de los pacientes con accidente cerebrovascular, en el 41-66 % de los pacientes con esclerosis múltiple y en el 13 % de los pacientes con lesión cerebral traumática.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas de la espasticidad pueden incluir:
- Tensión/ rigidez muscular
- Cansancio muscular
- Espasmos musculares aislados e incontrolables o una serie de espasmos involuntarios (clonus)
- Reflejos tendinosos exagerados
- Contractura (contractura permanente de los músculos)
- Dolor por músculos tensos o por espasmos
En algunos pacientes estos problemas pueden llevar a dificultades para dormir, cambios en la postura y disminución de las habilidades funcionales (como caminar e ir al baño).
¿Qué causa la espasticidad?
La espasticidad está provocada por el daño a las células nerviosas en la médula espinal o el cerebro. Aparte de un traumatismo en el cerebro o en la columna vertebral, hay diversas afecciones que pueden ocasionar daño a los nervios, como:
- Esclerosis múltiple
- Apoplejía
- Parálisis cerebral
- Esclerosis lateral amiotrófica
- Enfermedad de Krabbe
Independientemente de la causa, algunos factores pueden empeorar la espasticidad. Éstos generalmente involucran sensaciones desagradables, como infecciones, temperaturas extremas, estreñimiento, irritación de la piel o incluso estrés y ansiedad.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico implica una evaluación completa del historial médico, incluyendo los síntomas que has experimentado, las afecciones por las que te han afectado y los medicamentos que tomas.
Debido a que algunas afecciones que causan espasticidad están ligadas a nuestros genes, te preguntarán por la historia clínica de tu familia.
Finalmente, el médico llevará acabo un examen físico, observando los movimientos musculares, el rango de movimiento y controlando con tiempo la frecuencia de espasmos y el clonus. También analizarán las actividades con las que tienes más dificultades y hasta qué punto tus habilidades son limitadas.
Para prepararse para la cita médica, puede ser útil pensar en:
- Cómo varían los síntomas durante el día
- Lo que haces para mejorar los síntomas
- Qué empeora los síntomas
¿Cómo se trata?
El tratamiento tiene como objetivo mejorar la movilidad, reducir el dolor y, en última instancia, ayudarte a realizar mejor las tareas que son importantes para ti.
El tratamiento puede implicar:
- Ejercicios: estos se adaptarán a tus necesidades para estirar y fortalecer tus músculos
- Medicamentos: esto puede incluir pastillas que se recetan para todo el cuerpo para relajar los músculos e inyecciones para los grupos musculares específicos
- Cirugía: a veces se recomienda para la liberación del tendón o para implantar una bomba que administre medicamentos, relajantes musculares, de forma continua.
La combinación correcta del tratamiento variará de paciente a paciente. Esto se debe a que las prioridades de cada persona son diferentes y a que algunas personas responden mejor a ciertos tratamientos que a otros.