¿Qué es la Discólisis?
La Discólisis es una técnica novedosa que se utiliza en pacientes que padecen los efectos de una hernia discal y que no responden al tratamiento conservador y analgésico. Es un procedimiento que no precisa de cirugía y se desarrolla mediante una inyección directa de ozono en el disco herniado bajo una imagen fluoroscópica.
Una de las principales ventajas es que no requiere que el paciente quede hospitalizado, por lo que puede salir por su propio pie a las dos horas de haberse infiltrado el tratamiento. Además, es un procedimiento que puede complementarse con otros métodos como los factores de crecimiento, que ayudan a reabsorber la hernia liberando la compresión radicular y reparando el disco afectado.
¿Por qué se realiza?
Se recurre a la Discólisis cuando un paciente con una hernia discal no responde al tratamiento convencional. Mediante este procedimiento se consigue liberar la compresión radicular y reparar el disco afectado con unas ventajas que la cirugía tradicional no puede aportar.
Algunos de los beneficios por los cuales muchos especialistas en Traumatología prefieren tratar a sus pacientes mediante una Discólisis son:
- Mínima posibilidad de recurrencia
- No precisa hospitalización
- No quedan cicatrices
- Al no tocarse la estructura ósea no existe el riesgo de inestabilidad de la columna vertebral
- Procedimiento mínimamente invasivo, se realiza de forma percutánea
- Posibilidad de incorporación a las actividades cotidianas pasadas las 12 horas tras la intervención
- Se consigue una regeneración e hidratación del cartílago
¿En qué consiste?
La Discólisis se desarrolla mediante una inyección directa de ozono en el disco herniado bajo una imagen fluoroscópica. El ozono inyectado provoca una oxidación en los mucopolisacáridos que forman el núcleo pulposo, constituyente de la hernia, dispersa el agua de sus estructuras y mejora el metabolismo celular del entorno. Con esto se consigue disminuir el volumen del núcleo pulposo favoreciendo su cicatrización, la hernia disminuye de tamaño y, en ocasiones, puede hasta desaparecer.
El ozono tiene un efecto analgésico sobre las fibras del nervio que inerva la duramadre y las raíces que emergen, de forma que favorece el plexo venoso que se produce cuando existe una irritación y compresión muscular, es decir, tiene un efecto antiinflamatorio.
Preparación para la Discólisis
Antes de someterse a un procedimiento mediante Discólisis es preciso que el especialista realice una resonancia magnética para evaluar la situación. Posteriormente, es posible que se recurra a otras técnicas diagnósticas como los Rayos X del tórax, un Electrocardiograma, un Hemograma completo, una prueba para analizar los tiempos de coagulación y una Glicemia en ayunas, entre otras.
En cuanto al paciente, no es preciso que siga unas pautas específicas para someterse a la intervención, puesto que se trata de un procedimiento mínimamente invasivo y el mismo día puede volver a sus actividades cotidianas con normalidad.
Cuidados tras la intervención
Tras una Discólisis es posible que el paciente pueda notar alguna molestia a causa de la inyección, aunque el dolor desaparecerá a las pocas horas. Al tratarse de un procedimiento mínimamente invasivo con un tiempo de recuperación de unas 12 horas, no es preciso que el paciente siga unos cuidados específicos tras la intervención. El especialista puede recomendar realizar ejercicios para fortalecer la espalda y tener cuidado al realizar actividades como coger peso excesivo.
Alternativas a este tratamiento
Actualmente la Discólisis es uno de los procedimientos más innovadores para el tratamiento de patologías como la hernia discal. Puede complementarse con otros métodos como los factores de crecimiento para maximizar los resultados, aunque siempre será según cada caso en particular.