¿Qué patologías trata?
La hidroterapia está indicada en caso de:
- Esguinces
- Luxaciones
- Fracturas
- Dolor de espalda
- Hernia
- Ciática
- Dolores cervicales o artrósicos
- Lumbalgia
- Osteoporosis avanzada
También se utiliza para aumentar el tono muscular antes de someterse a una intervención y está indicada en personas que sufren de sobrepeso u obesidad, y para prevenir lesiones por sobreentrenamiento en los deportistas.
Las principales contraindicaciones para este tipo de terapia de rehabilitación son:
- Diabetes, sobre todo si está en fase avanzada
- Cardiopatía isquémica
- Fiebre
- Incontinencia
- Infecciones y micosis cutáneas
- Osteoporosis no avanzada
¿En qué consiste?
Generalmente, en un ciclo de hidroterapia se realizan dos o tres sesiones por semana, y la duración del ciclo puede variar según la condición del paciente. Los efectos curativos de la hidroterapia no son atribuibles al agua en sí, sino al efecto en el cuerpo de los estímulos térmicos (frío y calor), químicos (por el uso preparaciones que se añaden al agua) y mecánicos (menos o más presión en las extremidades). En general, en el curso de la rehabilitación el paciente tiene que realizar unos ejercicios muy similares a los que se hacen en el gimnasio, pero un programa de hidroterapia correcto debe tener en cuenta tres principios básicos: la viscosidad, la presión hidrostática y la flotación.