Radioterapia pediátrica
¿Qué es la radioterapia pediátrica?
La palabra radiación es difícil de comprender porque habla sobre algo que no podemos ver. Se trata de un proceso donde la energía se emite en forma de partículas o de rayos. La radiación se puede utilizar para realizar radiografías, crear electricidad, etc. Y en este sentido, la radioterapia pediátrica es un tipo de tratamiento donde se usan radiaciones para tratar a los niños que padecen cáncer.
¿Por qué se realiza?
La radioterapia elimina las células cancerosas impidiendo que crezcan y se multipliquen. Cuantas menos células cancerosas haya en el cuerpo de una persona, mejor se encontrará.
¿En qué consiste?
El cáncer se puede tratar solo con radioterapia o combinando este tratamiento con quimioterapia o cirugía. La quimioterapia es un tratamiento donde se usan medicamentos para destruir las células cancerosas. El tratamiento será diferente en cada paciente dependiendo del tipo de cáncer que tenga.
Su médico es quien tomará la decisión sobre si la radioterapia es o no la mejor solución para cada caso en particular.
La radioterapia se puede aplicar de dos formas distintas:
- Radioterapia externa: es posible recibir las radiaciones directamente en el exterior del cuerpo del paciente.
- Radioterapia interna: los médicos pueden colocar material radiactivo directamente en el tumor desde el interior del cuerpo del paciente.
- Las dos anteriores: algunas personas reciben ambos tipos de radioterapia. Sin embargo, la radioterapia interna apenas se utiliza para el tratamiento de los tipos de cáncer que suelen tener los niños.
Preparación para la radioterapia pediátrica
La radioterapia externa utiliza una máquina muy grande para dirigir la cantidad adecuada de radiación al tumor. El especialista aplicará la radiación en un lugar donde hará una pequeña marca que no se deberá limpiar ni restregar porque ayudará a identificar el lugar donde se debe aplicar la radiación.
Entonces, la máquina se colocará para emitir la cantidad exacta de radiación necesaria para destruir las células cancerosas. Durante el tratamiento, la persona deberá quedarse bien quieta.
Las personas que reciben radioterapia externa realizan sesiones durante varias semanas seguidas. Las dosis de radiación que reciben son pequeñas, pero lo bastantes fuertes como para matar las células cancerosas. No obstante, las radiaciones también pueden dañar las células sanas. Los descansos sin radioterapia de los fines de semana son una oportunidad para que las células no cancerosas se recuperen y para que puedan nacer nuevas células sanas.
Cuidados tras la intervención
La radioterapia no duele, y la radiación no se puede ver, oler ni notar. Pero este tratamiento puede causar algunos problemas en la salud de carácter temporal. El tipo de efectos adversos que tenga un paciente dependerá del lugar en el que se aplique la radiación y de la dosis total que reciba.
Entre los efectos secundarios, se encuentran los siguientes:
- Caída del cabello.
- Erupciones cutáneas.
- Náuseas.
- Vómitos.
- Diarrea.
Asimismo, a una persona que recibe radioterapia le pueden doler y molestar la boca y la garganta, lo que se puede tratar mediante un tipo de enjuague bucal recetado por el médico. Todos estos efectos secundarios irán mejorando a medida que vayan desapareciendo los efectos de la radiación.
Es normal que, cuando un niño se entere de que debe recibir radioterapia, se ponga un poco nervioso, por ello, es importante que sus padres le recuerden que siempre van a estar a su lado para ayudarle. Además, los médicos, enfermeros y otros profesionales de la salud responderán a todas las preguntas que tenga el paciente o los padres para ayudarle a sentirse más tranquilo con el tratamiento.
Finalmente, algunos consejos que pueden ayudar durante el tratamiento:
- Dormir mucho.
- Intentar comer alimentos saludables y beber abundantes líquidos.
- Tomar algún medicamento prescrito por el médico para aliviar cualquier efecto secundario que puedas tener.