El infarto de miocardio: consecuencias y riesgos

Escrito por: Dr. José Ángel Rodríguez Fernández
Publicado: | Actualizado: 02/06/2020
Editado por: Margarita Marquès

El infarto de miocardio es la patología cardiológica más prevalente en la actualidad, sobre todo en los países de nuestro entorno y tiene que ver con una enfermedad que afecta a las arterias coronarias, conocida como arteriosclerosis. La arteroisclerosis obstruye las arterias coronarias y eso genera una falta de flujo en las mismas. Si ese déficit de flujo es agudo y brusco se produce un infarto y puede que una parte del corazón deja de contraerse adecuadamente.

 

La arteriosclerosis, enfermedad causal del infarto, se debe a la presencia de diversos factores de riesgo, pues no existe habitualmente una causa única y concreta. Entre ellos, están el tabaquismo, el colesterol alto, la hipertensión, la diabetes, la vida sedentaria, etc. Eso va provocando un daño crónico en las arterias y termina afectando al corazón.

 

Consecuencias de un infarto de miocardio

Cuando se produce un infarto, la consecuencia más inmediata es un elevado riesgo de muerte súbita por arritmia. Una de cada 3 personas no llegan al hospital y tienen una muerte súbita extrahospitalaria. Por eso, cuando se produce un infarto, hay que hacer un cateterismo urgente para desatascar esa oclusión aguda que tiene la arteria coronaria con el objetivo de salvar la vida al paciente. Por otro lado, con la intención de evitar estas muertes súbitas, muchas entidades y sociedades científicas están promoviendo poner desfibriladores en determinadas zonas públicas. La intención es, precisamente, evitar esta muerte súbita asociada al infarto.

 

El infarto de miocardio es la patología cardiológica más prevalente en la actualidad

 

Una vez que el paciente llega al hospital, normalmente la mortalidad en el hospital es baja. Sobre todo, con los stents, que se utilizan para abrir las arterias coronarias y con el tratamiento que se administra después del alta. El problema es que un paciente que ha tenido un infarto se transforma en un enfermo crónico, pues requiere tratamiento y cuidados toda su vida.

 

Los cuidados son básicamente controlar los factores de riesgo que llevaron a esta entidad y coger confianza en uno mismo, facilitándole la reincorporación a actividades físicas o deportivas y al trabajo. De hecho, por eso se está poniendo en marcha, tanto en hospitales públicos como en hospitales privados, las unidades de rehabilitación cardíaca.

 

Las unidades de rehabilitación cardíaca pretenden ayudar al paciente a incorporarse a una vida laboral o personal mejor, mejorando sus condiciones físicas. Estas unidades se encargan de:

  • Proporcionar confianza al paciente en la realización de actividad física, adelgazando y cogiendo una rutina de ejercicio.
  • Ayudar a abandonar el hábito del tabaco en aquellos casos de fumadores.
  • Proporcionar apoyo psicológico en los pacientes que tienen desconfianza, porque el infarto, sobre todo en las personas jóvenes, genera mucha incertidumbre sobre su futuro.

 

Las unidades de rehabilitación cardíaca están formadas por equipos multidisciplinares que pretenden ayudar a corregir los factores de riesgo, a establecer otro estilo de vida que sea cardiosaludable, informando sobre las medicaciones que se deben tomar, sobre los objetivos de tensión arterial a conseguir, los objetivos de colesterol malo, la frecuencia cardiaca adecuada y el peso adecuado, entre otros.

 

La mayor parte de pacientes que han tenido un infarto de miocardio, si toman la medicación y se cuidan, podrán hacer una vida prácticamente normal. Solamente unos pocos, que son los que han quedado con un deterioro cardiaco muy importante, requieren intervenciones a posteriori más complejas. Pero la mayor parte de ellos podrán hacer una vida normal. El problema es que, como habitualmente quedan bien y sin síntomas, se relajan en sus cuidados. Por eso, el objetivo es mantener la presión sobre ellos para que no se relajen.

 

¿Cuáles son los riesgos del infarto de miocardio?

El principal problema del infarto es que éste sea de gran tamaño y, por tanto, la capacidad de bomba del corazón se vea muy afectada. Esta capacidad de bomba se mide mediante la fracción de eyección, que tiene que ver con el porcentaje de sangre que el corazón es capaz de expulsar en cada latido.

 

La mayor parte de los infartos no afectan a la capacidad de bomba del corazón, pero el 10% aproximadamente quedan con una fracción de eyección muy deteriorada. Eso genera un riesgo de muerte en la evolución y de desarrollo de insuficiencia cardíaca, que a veces obliga a plantearse terapias diferentes al tratamiento farmacológico.

 

En ocasiones es necesario implantar ciertos dispositivos, como marcapasos especiales o desfibriladores o incluso algunos de ellos terminan en un trasplante cardíaco, porque el daño cardíaco que se ha generado ha sido muy importante. Sin embargo, se trata de casos menos frecuentes, poco habituales, no es lo más habitual.

 

La normalidad después del infarto es que la gente pueda hacer una vida normal, reincorporándose a su actividad laboral y llevar una vida social y familiar normal, pero para ello es necesario un compromiso en sus cuidados por parte del paciente, mantenido en el tiempo. Los cardiólogos y sus médicos de atención primaria, estamos aquí para ayudarles.

*Перевод с переводчиком Google. Мы приносим извинения за любые несовершенства

Por Dr. José Ángel Rodríguez Fernández
кардиология для взрослых

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