El injerto de barba es el tratamiento con el cual se regeneran las zonas sin barba o con poca cantidad de pelo: las patillas, el bigote y los pómulos, mediante anestesia local.
Habitualmente, los pacientes que quieren realizar este tratamiento es porque han decidido corregir las zonas de la barba cuyo crecimiento es nulo o irregular. Conseguir tener una buena barba o incluso un bigote, suele ser muy importante para evitar complejos y tener el aspecto ideal.
El tratamiento tiene diversas fases. En primer lugar, se valora el caso con un especialista. Se revisa el área que se va a utilizar para rasurar el vello que se va a donar y se diseña un plan de trasplante de pelo con la barba y el bigote acorde a la estructura facial del paciente para que su resultado parezca natural.
En el siguiente paso, se rasura la zona donante para facilitar la extracción de las unidades foliculares. Para que el paciente no sienta dolor durante la extracción, se administra anestesia local y se extraen los folículos que se vayan a injertar de uno a uno. Una vez se han extraído las unidades foliculares, se les aplica un tratamiento para conservarlas e hidratarlas y se mantienen a temperatura baja hasta que se implanten en el área receptora.
Finalmente, se realizan las incisiones en el área receptora, de forma cuidadosa, para no afectar a los pelos sanos del área y, de forma muy cautelar, se injertan de uno a uno los folículos seleccionados en las incisiones realizadas, teniendo en cuenta la dirección, el ángulo y la profundidad del vello de la barba del paciente.
Al menos tres días antes de la operación no se deben tomar bebidas que contengan alcohol, cafeína o gas para evitar que se interactúe con algunos fármacos o sustancias que aumenten el riesgo de sangrado durante la operación. Por el mismo motivo, tampoco se deben tomar complejos multivitamínicos.
Se deben higienizar las zonas que se tratarán para descartar infecciones y se recomienda llevar ropa cómoda para la intervención. Además, es importante que se mantenga una actitud tranquila y segura.
Los días posteriores al tratamiento son la etapa más molesta porque la zona del injerto y la zona donante pueden estar irritadas. Por ello, es importante dormir con la cabeza elevada, no realizar ejercicio físico y protegerse del sol para prevenir problemas de sensibilidad y que la cicatrización sea óptima.
Existen varias alternativas cosméticas a la cirugía de trasplante capilar. En el caso de que la opción de injerto de barba no sea la más adecuada para el paciente por su déficit de cabello, se puede realizar un tratamiento con células madre, que busca la regeneración del cabello desde una técnica científica. Cuando el injerto no es posible, pero hay cabello con potencial de crecimiento, hay otros dos tipos de alternativas:
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