Ojo seco: todo lo que necesitas saber sobre diagnóstico y cuidado
Escrito por:El ojo seco es una afección crónica que afecta el funcionamiento de las lágrimas y la superficie ocular. Se estima que afecta a aproximadamente el 15% de la población mundial y es más común en personas mayores de 45 años, especialmente en mujeres. En este artículo, exploraremos las causas del ojo seco y cómo se manifiesta.

Causas del ojo seco
El ojo seco puede ser resultado de diversas causas, que incluyen:
- Edad: Aumenta con la edad.
- Sexo: Más común en mujeres.
- Alergias oculares: Pueden desencadenarlo.
- Factores ambientales: Ambientes secos o polvorientos.
- Cambios hormonales: Incluyendo menopausia.
- Tabaquismo: Puede aumentar el riesgo.
- Alteraciones de las glándulas de Meibomio: Una causa principal.
- Enfermedades sistémicas: Como artritis reumatoide y diabetes mellitus.
- Migrañas: Relacionadas en algunos casos.
- Medicamentos: Algunos pueden contribuir.
- Antecedentes de cirugía ocular: La primera causa oftalmológica.
- Uso de lentes de contacto: Puede aumentar la sequedad.
Además, actividades como la lectura prolongada, que reduce el parpadeo, pueden contribuir al problema. Esto se agrava en quienes usan gafas para leer, ya que el parpadeo se reduce aún más.
Síntomas del ojo seco
El ojo seco puede manifestarse con varios síntomas, que incluyen:
- Sensación de cuerpo extraño.
- Irritación ocular.
- Borrosidad de la visión.
- Fotosensibilidad a la luz.
- Enrojecimiento de los ojos.
- Picazón ocular.
- Lagrimeo inusual.
Los síntomas pueden empeorar en ambientes con polución, humo o viento, así como debido a cambios atmosféricos o el uso de calefacción y aire acondicionado. Es importante evitar frotarse los ojos, ya que esto puede causar lesiones en la córnea.
Diagnóstico y tratamiento del ojo seco
El diagnóstico del ojo seco requiere una evaluación oftalmológica completa, que incluye la medición de la calidad y cantidad de lágrimas, así como la inspección de la córnea, conjuntiva, párpados y glándulas de Meibomio.
En cuanto al tratamiento, aunque no existe una cura definitiva, hay opciones para aliviar los síntomas:
- Lágrimas artificiales: Suelen ser efectivas, especialmente aquellas que contienen ácido hialurónico.
- Geles oftálmicos: Proporcionan un alivio prolongado.
- Obstrucción de puntos lagrimales: Para conservar la lágrima.
- Suero PRP y agentes antiinflamatorios: En casos más graves.
- Masaje y limpieza de glándulas de Meibomio: Importante para mantener la salud ocular.
- Lentes de contacto esclerales: Útiles en casos avanzados.
- Pulsación térmica: Aunque los resultados son variables.
Tu oftalmólogo te guiará en el tratamiento adecuado según tu situación. También es esencial evitar factores que puedan agravar los síntomas y reducir la exposición a ambientes desencadenantes.
En resumen, el ojo seco es una afección común con diversas causas y síntomas. Un diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado pueden mejorar significativamente la calidad de vida de quienes lo padecen. Consulta a un especialista en oftalmología para obtener el mejor consejo y tratamiento personalizado.