Incontinencia fecal
¿Qué es la incontinencia fecal?
La incontinencia fecal es la falta de control voluntario sobre la evacuación intestinal.
Se caracteriza por escapes espontáneos o la urgencia de ir al baño sin poder contenerlo. Este problema puede afectar a personas de todas las edades, desde niños hasta adultos. Aunque es más común en mujeres y adultos mayores, es importante destacar que la incontinencia no es un síntoma del envejecimiento.
Pronóstico de la incontinencia fecal
Este síntoma puede llegar a ser devastadora por sus consecuencias: sociales, psicológicas, de calidad de vida y económicas.
El diagnóstico de su origen y evaluación clínica son necesarios y fundamentales para saber orientar tanto el estudio como su manejo de la enfermedad de forma adecuada. Existen diversas formas de tratamiento médico y también procedimientos quirúrgicos para tratar la incontinencia fecal.
¿Cuáles son los síntomas de la incontinencia fecal?
Los síntomas de la incontinencia fecal pueden variar según la persona afectada. Algunos síntomas comunes incluyen:
- Incontinencia imperiosa o de urgencia: incapacidad para contener las ganas repentinas y urgentes de defecar, lo que puede llevar a escapes involuntarios.
- Incontinencia pasiva: escape de heces sin ser consciente de la necesidad de ir al baño, lo que puede ocurrir debido a una falta de sensación o control rectal adecuados.
Además de la incontinencia fecal en sí misma, también pueden presentarse otros problemas digestivos relacionados, como:
- Diarrea: aumento en la frecuencia y consistencia líquida de las deposiciones.
- Estreñimiento: dificultad para evacuar las heces o disminución en la frecuencia de las deposiciones.
- Gases e hinchazón: acumulación excesiva de gas en el sistema digestivo, que puede causar distensión abdominal y malestar. Es importante destacar que estos síntomas pueden variar en intensidad y frecuencia en cada individuo afectado.
Si experimenta alguno de estos síntomas de manera recurrente o crónica, es recomendable buscar atención médica para un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento específico.
Pruebas médicas para la incontinencia fecal
Existen varias pruebas médicas utilizadas para diagnosticar la causa de la incontinencia fecal. Algunas de las pruebas comunes incluyen:
- Conversación médica: una entrevista y discusión detallada con el médico para evaluar la gravedad del problema y obtener información sobre los síntomas y posibles causas. Llevar un diario de los problemas relacionados con la evacuación puede ser útil.
- Inspección anal: observación de la zona anal en busca de defectos, irritaciones y reflejos, entre otros datos relevantes.
- Tacto rectal: el médico introduce un dedo lubricado y con guantes en el recto para evaluar la fuerza de los músculos del esfínter y detectar posibles problemas relacionados en el recto.
- Manometría anal: se introduce un tubo estrecho y flexible en el ano y el recto para medir la presión del esfínter anal, evaluar la sensibilidad y evaluar el funcionamiento del recto.
- Ecografía anorrectal: Se introduce un instrumento estrecho en el ano y el recto para obtener imágenes de video que permitan evaluar la estructura del esfínter.
- Proctografía: El paciente realiza movimientos intestinales en un baño especialmente diseñado para capturar imágenes radiográficas de video. Esta prueba evalúa la capacidad del organismo para expulsar o retener las heces.
- Proctosigmoidoscopia y colonoscopia: Se utilizan tubos rígidos o flexibles para examinar el colon y detectar inflamación, tumores u otras afecciones que puedan contribuir a la incontinencia fecal.
- Resonancia magnética (RM): Esta prueba proporciona imágenes claras del esfínter y puede ayudar a determinar si los músculos están sanos. También se puede realizar una defecografía durante la resonancia magnética para visualizar la expulsión de las heces.
Recuerde que estas pruebas pueden variar según el caso y las indicaciones del médico. Es importante seguir las recomendaciones y consultar con un especialista para determinar las pruebas necesarias para su situación específica.
¿Cuáles son las causas de la incontinencia fecal?
La incontinencia fecal puede tener varias causas, entre las que se incluyen:
- Lesión muscular: puede ocurrir durante el parto, cirugías o traumatismos accidentales que dañen los músculos del esfínter anal.
- Lesión de los nervios: el daño a los nervios que controlan el esfínter anal puede provocar incontinencia fecal. Esto puede ser causado por el esfuerzo durante el parto o el estreñimiento crónico, que pueden estirar y dañar los nervios.
- Diarrea: la diarrea puede contribuir a la incontinencia fecal o empeorarla, ya que el cuerpo tiene más dificultad para retener heces líquidas en comparación con las sólidas.
- Pérdida de la capacidad de almacenamiento en el recto: cicatrices en el recto, endurecimiento de las paredes rectales debido a cirugías, radioterapia o enfermedades intestinales inflamatorias pueden dificultar la adaptación del recto a las heces, lo que puede resultar en incontinencia fecal.
- Cirugía: algunas cirugías realizadas para tratar hemorroides, fisuras anales, fístulas y otras afecciones rectales pueden dañar los nervios y músculos del área, causando incontinencia fecal.
- Prolapso rectal: cuando el recto se desplaza y sale del ano, puede provocar incontinencia fecal.
- Trastornos del sistema nervioso: enfermedades neurológicas y psiquiátricas pueden causar incontinencia anal. Además, los pacientes diabéticos graves también pueden experimentar incontinencia fecal.
Es importante consultar a un médico especialista para determinar la causa subyacente de la incontinencia fecal y recibir un tratamiento adecuado.
¿Se puede prevenir la incontinencia fecal?
Es posible tomar medidas preventivas para reducir el riesgo de desarrollar incontinencia fecal. Algunas recomendaciones incluyen:
- Reducir el estreñimiento: Mantener una dieta equilibrada con alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras y cereales integrales, puede ayudar a prevenir el estreñimiento. Además, beber suficiente agua y hacer ejercicio regularmente también promueven una buena función intestinal.
- Controlar la diarrea: Identificar y tratar la causa subyacente de la diarrea es importante para prevenir la incontinencia fecal. Si la diarrea persiste, es recomendable consultar a un médico para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.
- Evitar el esfuerzo excesivo: Evitar esforzarse al defecar puede prevenir el daño a los músculos del esfínter anal y los nervios que pueden contribuir a la incontinencia fecal. Mantener hábitos regulares para ir al baño y no retrasar la evacuación intestinal también puede ser beneficioso.
Es importante tener en cuenta que la incontinencia fecal puede ser causada por diversos factores y que cada caso es único. Si se experimentan síntomas de incontinencia fecal o se tiene preocupación al respecto, es recomendable buscar la evaluación de un médico especialista para obtener un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado.
Tratamientos para la incontinencia fecal
Hay varios tratamientos disponibles para la incontinencia fecal. A continuación, se describen los diferentes enfoques:
- Medicamentos: se pueden recetar medicamentos antidiarreicos, como la loperamida o la codeína, para tratar la incontinencia fecal asociada con la diarrea.
En casos de estreñimiento crónico, los laxantes formadores de masa, como la metilcelulosa, pueden ayudar a regularizar las evacuaciones intestinales.
También se pueden utilizar medicamentos que aumenten el volumen del esfínter, como las microesferas de Dextranómero/hialuronato de sodio, que se inyectan directamente en el canal anal.
- Cambios en la dieta: realizar cambios en la alimentación puede ser beneficioso para controlar la incontinencia fecal. Consumir una dieta rica en fibra y mantener una adecuada hidratación puede ayudar a regularizar las evacuaciones intestinales.
En casos de diarrea, alimentos con alto contenido de fibra pueden aumentar el volumen de las heces y reducir su consistencia acuosa.
- Ejercicios y terapias: para la incontinencia fecal causada por lesiones musculares, se pueden recomendar programas de ejercicios y terapias específicas para fortalecer los músculos y mejorar el control del esfínter anal.
Algunas opciones incluyen la biorretroalimentación (biofeedback), el entrenamiento de los intestinos, la estimulación del nervio sacro (neuromodulación) o la estimulación nerviosa del nervio tibial posterior. También se pueden utilizar dispositivos como los balones vaginales para el fortalecimiento muscular.
- Cirugía: en casos más graves o cuando otros tratamientos no son efectivos, puede considerarse la opción quirúrgica.
Las cirugías pueden abordar problemas como el prolapso rectal, el daño del esfínter anal debido a partos, accidentes o cirugías previas, entre otros. Algunos procedimientos quirúrgicos incluyen esfinteroplastia, tratamiento del prolapso rectal, reparación o reemplazo del esfínter y colostomía (desviación intestinal).
Es importante que cada caso sea evaluado por un médico especialista, quien determinará el tratamiento más adecuado según las necesidades individuales del paciente.
¿Qué especialista lo trata?
En el caso de padecer incontinencia fecal, el paciente debe acudir al médico de atención primaria en primer lugar. A continuación, si el médico lo considera necesario, podrá derivar al paciente a un especialista en afecciones del sistema digestivo, como un coloproctólogo o proctólogo.