Trastornos de la Conducta Alimentaria: ¿qué hay detrás de una relación errónea de la comida?

Escrito por: Laura Formento Somaré
Publicado:
Editado por: Patricia Pujante Crespo

Consideramos que una persona sufre alguno de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) cuando genera un desorden importante en su alimentación motivado por una falta de aceptación de sí misma. Los TCA surgen cuando se intenta utilizar el control del peso y la manipulación de la ingesta para obtener la seguridad relacional deseada.

Imagen de dos chicas comiendo en una mesa de restaurante - Trastornos de la Conducta Alimentaria - by Top Doctors
Un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) implica una relación errónea con la comida,
pero es muy importante ver qué hay detrás

 

¿Cómo detectar que una persona de nuestro entorno puede estar sufriendo un TCA, cómo ayudarle a reconocerlo y pedir ayuda?

Para poder detectar un posible TCA es muy importante estar atento no solo a las conductas alimentarias de la persona sino también a su estado emocional. La no aceptación de su propia imagen es una puerta de entrada a los TCA, por lo tanto, hay que estar alerta a cuál es la relación de esta persona consigo misma, con su imagen corporal y también la apreciación de sí misma.

 

En general suelen ser personas muy auto exigentes y que, por lo general, obtienen muy buenos resultados en sus estudios o trabajo y, a menudo, esto nos lleva a creer erróneamente que en su vida todo va bien. Una vez detectada alguna señal que nos haga pensar en un TCA es importante recurrir a un profesional que nos pueda ayudar a convocar a esa persona a iniciar un tratamiento. Es importante hacerles ver que no están solos/as, que queremos acompañarles y nunca se debe culpar a esa persona por lo que le ocurre. Hay que saber escuchar qué le pasa y dedicarle el tiempo necesario para que manifieste su angustia y así pueda identificar qué es lo que le lleva a relacionarse de manera inadecuada con la comida.

 

Los TCA no son consecuencia de una falta de voluntad de la persona que lo sufre, como se cree en muchos casos, sino que son consecuencia de algún déficit emocional para la resolución adecuada de las dificultades.

 

Por eso, aunque la primera señal de alarma suele estar en la relación con la comida, el entorno debe estar atento a cómo se encuentra afectivamente esa persona para poder detectar el problema, incluso antes de que se desarrolle.

 

¿Qué tipos de trastorno de conducta alimentaria existen y en qué se diferencian?

Aunque los TCA suelen estar identificados solo con la anorexia y la bulimia, ya que son los que más repercusión tienen, estas no son las únicas variantes. También nos encontramos con el trastorno por atracón, la ortotexia, la vigorexia y otros trastornos donde no está presente la insatisfacción con el peso y/o la imagen, como la fobia a la comida o la obesidad mórbida.

 

Para entender las diferencias entre ellos, es importante hacer una breve definición de los mismos:

  • La anorexia nerviosa se caracteriza por una pérdida significativa de peso resultante de la reducción excesiva y continuada de la alimentación, persiguiendo conseguir estar delgada/o. Más allá del peso que tengan, estas personas se sienten gordas y no reconocen su delgadez aún en casos extremos. En el caso de las mujeres, esta falta de ingesta las lleva a perder su ciclo menstrual, normalmente. Por lo general, son pacientes con mucha auto-exigencia, que persiguen la excelencia en todo lo que hacen y que necesitan tener un control excesivo de todo. Hay variaciones de la anorexia nerviosa, como la anorexia no especificada (donde no hay pérdida de regla o el peso perdido está dentro del rango normal) o la anorexia atlética (con una adicción al ejercicio físico).
  • La bulimia nerviosa, en cambio, se caracteriza por un ciclo de atracón-purgación que se inicia con la ingesta de grandes cantidades de comida seguidas de su purgación (auto provocando el vómito), con el fin de eliminar las calorías engullidas. Son personas con una gran inseguridad en sí mismas y que dependen exageradamente de la aprobación de los demás. En muchos casos ambos trastornos pueden confundirse, ya que uno se desarrolla con síntomas del otro. También sucede que algunos pacientes comienzan con uno de los dos trastornos y derivan en el otro. Incluso se puede pensar que no son dos patologías diferentes, sino dos posiciones diferenciadas en un mismo trastorno.
  • El trastorno por atracón, por su parte, se define por la ingesta repetida de grandes cantidades de comida en un período corto de tiempo hasta que la persona se siente llena, pero no es seguido de conductas purgatorias, como en el caso de la bulimia. Suelen ser personas con sobrepeso excesivo y atribuyen a esto sus fracasos profesionales o sentimentales.
  • Respecto a la vigorexia, las personas que la padecen no tienen una obsesión desmedida por su aspecto físico, a tal punto que su alimentación se reduce únicamente a proteínas, carbohidratos o esteroides anabolizantes. Se obsesionan también con la actividad física, a fin de ganar musculatura, y llegan a descuidar el resto de aspectos de su vida (como el social, profesional, etc.). Este trastorno también se conoce como dismorfia muscular.
  • La ortotexia, por último, es un trastorno caracterizado por la obsesión por ingerir alimentos sanos. Las personas con ortotexia se sienten obligadas a seguir una dieta extremadamente sana donde excluyen alimentos que, aun siendo  nutrientes necesarios, para ellos representan grasas o alimentos malos, que excluyen directamente. Es importante aclarar que la ortotexia no está reconocida aún como un TCA, ya que no está recogida en las clasificaciones psiquiátricas oficiales pero, debido a su alta aparición en las consultas clínicas, no podemos dejarlo de considerar.

 

¿Cómo abordar una terapia de trastorno alimentario?

Hay que tener en cuenta que los tratamientos que tienden a cronificar al paciente se basan únicamente en el control, sin facilitar un desarrollo cognitivo ni incluir los aspectos emocionales. Entonces, si partimos de la base de que los TCA son multidimensionales, el tratamiento adecuado será aquel que incluya todas las dimensiones en el proceso terapéutico. Nos referimos a lo emocional, social, familiar, etc. y no solo el control de los hábitos.

 

Es importante evitar las batallas que suelen aparecer entre padres, paciente y terapeuta. La batalla debe ser de todos contra el trastorno, ayudando a la/el paciente a fortalecer su parte sana, la que seguramente es la que le ha permitido aceptar la terapia. Es obligatorio conseguir la participación de la persona en la toma de decisiones sobre su proceso de recuperación y tratamiento.

 

El tratamiento debe ampliar la capacidad de auto-conocimiento del paciente, de tal manera que, al observar y comprender el sentido de sus conductas, transforme su manera de definir y resolver sus problemas. También es importante adecuar el tratamiento a la fase de evolución del trastorno. Si se detectan síntomas anticipadamente se podrá trabajar directamente en la angustia que esto está generando para producir un cambio de dirección, pero si el trastorno está en una fase más avanzada, habrá que considerar intervenciones que generan más impacto, como un ingreso hospitalario o un programa de centro de día.

 

Muchos y muchas jóvenes acuden a la consulta de Psicología cuando ya han superado las fases más críticas, pero aún queda mucho por resolver. Es importante que se sientan escuchadas y escuchados, y orientar el tratamiento hacia una autonomía que les permita fortalecer sus partes más sanas, así como restablecer todo aquello que el paso del trastorno dejó devastado. En muchos casos, y de acuerdo a la fase del TCA también, es importante incluir a la familia o al entorno más cercano.

 

¿La recuperación será completa, o los pacientes con TCA tienden a poder sufrir “recaídas"?

Dependerá exclusivamente de cómo se aborde el tratamiento. Si solo se enfoca desde un lugar de control, cuando de lo que se trata es la relación con la comida en pro del bienestar físico, lo más probable es que haya reincidencias.

 

Por eso es importante abordar el aspecto psicológico. Una vez que la persona se estabilice a nivel físico, ya que en algunos casos incluso ponen en riesgo su vida, es fundamental trabajar las cuestiones emocionales que han llevado a la persona a desarrollar un TCA. No hay que subestimar estos trastornos suponiendo que solo son una cuestión de moda, o de querer imitar a cuerpos modélicos de redes sociales o televisión. La persona con TCA experimenta un gran vacío que siente que puede llenar con la comida o llevando su cuerpo a un extremo (de delgadez o de musculatura, por ejemplo). Si solo se trata lo físico se repetirá seguro o se derivará a otro tipo de trastorno, como la ansiedad.

 

Fuente consultada: FOCAD (consejo general de colegios de Psicología) Trastornos de la conducta alimentaria. 2º edición actualizada (Rosa Calvo Sagardoy)

Por Laura Formento Somaré
Psicología

La Sra. Formento es una reputada especialista en Psicología. Cuenta con más de 20 años de experiencia en la profesión y una extensa formación en distintos campos de la especialidad. En este sentido, posee un Máster en Clínica de la Salud - Psicología Clínica, por la Universidad de León y también está acreditada como psicóloga general sanitaria por la Generalitat de Catalunya. Es experta en trastornos de ansiedad, trastornos alimentarios, tales como anorexia y bulimia, y en duelo, entre otros problemas psicológicos y terapias. 

A lo largo de su trayectoria ha combinado su labor asistencial con la docencia, siendo profesora universitaria asistente y adscrita en la cátedra de Psicoanálisis, en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. También ha sido educadora en atención directa con niños y jóvenes con autismo y psicosis en la Fundación Jorge Bonino, en Argentina.

La Sra. Formento visita actualmente, y desde hace más de 10 años, en su propia consulta privada de Psicología. Además, también es supervisora de casos clínicos en CaixaProInfancia - Save the Children. Para la Sra. Formento cada persona es un caso particular, y la atención debe ser individualizada. Acudir a terapia psicológica es un paso muy importante para las personas, y de ahí que la Sra. Formento considere fundamental que se sientan en confianza y seguras, acogiéndolas de manera profesional, con el objetivo de que la persona disminuya su angustia y resolver sus conflictos. 

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