Fobias y fobias específicas: ¿qué son y qué las diferencia?

A lo largo de nuestra existencia, enfrentamos numerosos temores, algunos de los cuales logramos superar, mientras que otros persisten, a veces, durante toda la vida.

Las fobias representan una categoría especial de miedo y merecen una discusión detallada, comenzando con el papel evolutivo del miedo. Esta emoción fundamental ha sido una constante desde los primeros días de la humanidad, sirviendo como un mecanismo de defensa contra posibles amenazas a nuestra seguridad o supervivencia.

En el reino animal, es común observar que las criaturas con miedo adoptan comportamientos específicos para protegerse. Algunos se paralizan (una respuesta que puede desalentar a los depredadores), otros huyen ante el peligro inminente, y algunos reaccionan con agresividad cuando se ven acorralados.

¿Qué diferencia la fobia del miedo?

Los miedos generales son adaptativos por naturaleza, lo que los diferencia de las fobias. Sin embargo, a menudo es difícil distinguir entre un miedo adaptativo y uno fóbico. Las fobias se caracterizan por:
 

• Ser desproporcionadas en relación al peligro real.
   
• La falta de una explicación lógica por parte del individuo afectado, aunque esto puede no aplicarse en niños.
   
• La incapacidad de control voluntario.
   
• Conducir a la evitación o escape de la situación temida, aunque algunas personas pueden tolerar una considerable angustia.
   
• Persistencia en el tiempo, más allá de un simple susto.
   
• Ser desadaptativas.
   
• No estar limitadas a una edad específica, con la edad media de aparición alrededor de los 7 años.

¿Cómo respondemos ante las fobias?

Las respuestas a las fobias varían y pueden manifestarse en tres dimensiones:
 

• Cognitiva: pensamientos subjetivos que anticipan consecuencias desastrosas, aumentando la ansiedad.
   
• Motora: comportamientos de huida o evitación, impactando significativamente en la vida cotidiana del individuo.
   
• Fisiológica: respuestas de ansiedad como taquicardia, sudoración, náuseas, entre otras.

¿Hay tipos de fobias?

Existen diferentes tipos de fobias:
 

• Fobias simples o específicas: miedo a objetos o situaciones concretas, como animales, sangre o heridas, y situaciones específicas.
   
• Fobias sociales.
   
• Agorafobia.
   
• Las fobias a animales se agudizan cuando el animal se mueve, mientras que la fobia a la sangre y las heridas puede provocar respuestas cardiovasculares bifásicas, incluyendo desmayos. Las fobias situacionales abarcan miedos a volar, conducir, multitudes, alturas o espacios cerrados.
   

Curiosamente, algunas fobias están vinculadas a la emoción del asco, otra respuesta evolutiva destinada a protegernos de daños potenciales. La literatura sobre emociones ha explorado esta relación en detalle.

¿Cómo se tratan las fobias?

En cuanto al tratamiento, la mayoría de las terapias para fobias incluyen alguna forma de exposición al objeto o situación temida. Las diferencias en los tratamientos se basan en cómo se presenta el estímulo, la respuesta del paciente, la presencia del terapeuta y el uso de estrategias cognitivas para modificar las respuestas.

La exposición en vivo es generalmente más efectiva, aunque no siempre es posible. Las terapias cognitivas complementan las estrategias de exposición, ayudando a los pacientes a modificar patrones de pensamiento y a entender mejor sus respuestas. La psicoeducación también juega un rol crucial en el tratamiento de las fobias.