Los efectos del consumo de heroína
Written by:La heroína es una droga ilegal altamente adictiva derivada de la morfina. Su consumo constituye un grave problema, porque puede generar adicción a muy corto plazo y, en numerosas ocasiones, sobredosis. De esta manera, este opioide pone en peligro la vida de quiénes lo consumen.
La heroína se elabora a partir de la morfina, una sustancia que actúa como un sedante y analgésico sobre el sistema nervioso central. En la mayoría de los casos, se presenta en forma de polvo blanco o marrón y su consumo se realiza mediante inyección, inhalación o fumando. Las tres formas de administración constituyen una manera rápida para que la droga llegue directamente al cerebro.
Según el Informe del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías, en España el consumo de heroína registra ha disminuido notablemente desde 2010. Sin embargo, esta droga sigue siendo la principal sustancia relacionada con problemas graves para la salud y la sociedad, como el VIH y la delincuencia.
Efectos a corto plazo
El efecto que tiene la heroína en el organismo es inmediato. Las personas que consumen esta droga describen una sensación de euforia, placer y bienestar, de manera que una vez pasado el efecto de la dosis, los consumidores desean repetir la sensación inmediatamente. Este es el primer paso hacia una adicción.
Además del placer y la euforia inicial, la heroína produce una reducción de la frecuencia cardíaca, una bajada de presión y de la temperatura corporal, cambios en la visión y disminución de la sensación de hambre. Generalmente, estos síntomas van acompañados de un enrojecimiento de la piel, sequedad bucal y pesadez en las extremidades. Y en algunas ocasiones aparecen nauseas, vómitos y sensación de picor intenso.
Tras consumir una dosis de heroína, la persona se siente adormilada durante varias horas en las que sus funciones mentales estarán desconcertadas. En este período la frecuencia cardíaca es más lenta y el ritmo respiratorio disminuye, de manera que existe un alto riesgo de entrar en un coma, con el consecuente daño cerebral continuo.
Por otro lado, existen otras consecuencias inmediatas, como un mayor riesgo de contraer enfermedades infecciosas, ya que suelen compartir utensilios como jeringuillas o filtros. Hepatitis víricas, tuberculosis y VIH son algunos de los virus que se pueden transmitir a través del consumo de heroína.
Efectos a largo plazo
El consumo de esta droga modifica el funcionamiento del cerebro, dificultando la toma de decisiones. La heroína puede contener sustancias que no se disuelven de manera completa y que pueden producir efectos sobre el cuerpo humano a largo plazo:
- Infecciones bacterianas en los vasos sanguíneos
- Infecciones en el corazón
- Problemas en los músculos y en las articulaciones
- Problemas de los riñones e hígado
- Riesgo de neumonía y tuberculosis
- Obstrucción de las venas
La adicción a la heroína se caracteriza por la búsqueda y consumo de esta sustancia de forma compulsiva. Generalmente, las personas adictas necesitan dosis cada vez más altas, de manera que se va estableciendo una dependencia que deteriora las relaciones familiares y sociales. En poco tiempo la adicción se apodera de sus vidas y su único objetivo es conseguir la dosis necesaria para superar el día.
La falta de una dosis adecuada o la interrupción del consumo pude producir un síndrome de abstinencia, que puede presentarse pocas horas después del último consumo. Los síntomas tienen el pico más alto entre las 24 y las 48 horas desde la última dosis y suelen disminuir al cabo de una semana. Durante este tiempo el paciente presenta ansiedad, agitación, dolor muscular, escalofríos, sudor y, en algunos casos, fiebre. Tras un período de abstinencia, existe un riesgo muy elevado de sufrir una sobredosis.
El tratamiento de la adicción
El tratamiento de la adicción proporciona un diagnóstico psiquiátrico, un tratamiento psicofarmacológico y el control y seguimiento del estado psicopatológico del paciente. Para conseguir la abstinencia, el tratamiento se caracteriza por la intervención en todas las áreas afectadas por la adicción. De esta manera, el tratamiento también tiene incidencia en su vida social y familiar, para que la persona afectada pueda recuperar su vida. Además, se realiza un seguimiento a largo plazo para reducir el riesgo de recaída.
