¿Qué es la hepatitis?

La hepatitis es una enfermedad inflamatoria que afecta al hígado y que, por consecuencia, hace que éste no funcione correctamente.
 

¿Qué síntomas presenta?

Los síntomas de la hepatitis incluyen:

• Orina turbia.
• Fatiga.
• Febrícula.
• Picazón.
• Ictericia.
• Inapetencia.
• Náuseas o vómitos.
• Pérdida de peso.
• Dolores de cabeza.
• Faringitis y tos.

A todo ello le sigue un dolor en la zona abdominal y un cambio de color en la piel hacia amarillo.

Causas de la hepatitis o por qué se produce

La hepatitis puede producirse por diferentes causas:

• Células inmunitarias del cuerpo que atacan al hígado.
• Infecciones por virus, de las cuales se conocen seis tipos denominados: A, B, C, D, E y G.
• Daño hepático producido por exceso de alcohol o tóxicos.
• Sobredosis de medicamentos, como por ejemplo por los analgésicos.

¿Se puede prevenir?

La hepatitis A y B se puede prevenir mediante la aplicación de la vacuna. Para evitar contagiarse de hepatitis B y C, es importante no compartir artículos personales como las cuchillas de afeitar y no hacer tatuajes ni perforaciones en el cuerpo con instrumentos que no se haya esterilizado de manera correcta.

La prevención de la hepatitis A recae en evitar alimentos y agua que no estén limpios, lavarse bien las manos después de ir al baño y también tras estar en contacto con la sangre, heces o fluidos corporales de una persona infectada.
 

Pronóstico de la hepatitis

El pronóstico de la hepatitis varía en función de qué tipo de hepatitis se trate y en qué período se diagnostica. 

En el caso de la hepatitis A y E, suelen curarse solas y no se hacen crónicas. La hepatitis B evoluciona hacia un estado crónico en un 10% de los casos. Por el contrario, la hepatitis aguda por virus C se cronifica en el 80 o 90% de los pacientes.
 

¿Cómo es el diagnóstico de la hepatitis?

Existen diferentes pruebas para diagnosticar la hepatitis:

• Analítica de sangre: se evalúan los valores de bilirrubina total, albúmina, protrombina, hematíes, leucocitos y plaquetas.
• Detección de ADN o ARN viral: se estudia mediante un PCR.
• Biopsia hepática para analizar la presencia de fibrosis.
• Ecografía abdominal.
• Endoscopia digestiva.
   

¿En qué consiste el tratamiento?

El tratamiento varía según la causa de la enfermedad. El tratamiento para la hepatitis A suele consistir en una dieta pobre en grasas, descansar y evitar el consumo de alcohol y otros tóxicos. En el caso de la hepatitis B, a las consideraciones anteriores se añade un tratamiento farmacológico. La hepatitis C también recibe un tratamiento farmacológico.

En los casos de daño hepático, se puede recurrir a un trasplante en caso de que sea necesario.

 

¿Qué especialista trata la hepatitis?

Los especialistas en Aparato Digestivo son los encargados de diagnosticar y tratar la hepatitis.