Hidrodilatación

¿Qué es la hidrodilatación?

La hidrodilatación es un procedimiento médico mínimamente invasivo utilizado para aliviar el dolor y mejorar la movilidad en pacientes con ciertas afecciones musculoesqueléticas, como la capsulitis adhesiva del hombro o la congelación articular.

Este método busca proporcionar alivio al paciente mediante la expansión de una articulación mediante la inyección controlada de una solución salina esterilizada.

La hidrodilatación es una técnica que consiste en introducir líquido, acostumbra a ser suero fisiológico, en un espacio intracapsular, normalmente en hombro y tobillo, con el objetivo de expandirla en tamaño y volumen. Es un procedimiento indoloro que se puede realizar de forma ambulatoria y en el que el especialista médico se guía a través de una ecografía.

Normalmente esta técnica está indicada en casos de capsulitis adhesiva que se acompaña de dolor y movilidad reducida.

 

¿Por qué se realiza?

Este tratamiento se realiza con el objetivo de reducir la inflamación y la rigidez en las articulaciones afectadas, al tiempo que se mejora la movilidad y se alivia el dolor asociado con condiciones como la capsulitis adhesiva.

La hidrodilatación puede evitar la necesidad de procedimientos más invasivos, como la cirugía, ofreciendo una alternativa menos agresiva y con tiempos de recuperación más cortos.

 

La hidrodilatación está indicada
en casos de capsulitis adhesiva

 

¿En qué consiste?

El procedimiento de hidrodilatación implica la inserción cuidadosa de una aguja en la articulación afectada, seguida de la inyección controlada de una solución salina esterilizada. Esta solución ayuda a expandir suavemente la cápsula articular, aliviando así la rigidez y mejorando la movilidad.

El proceso se lleva a cabo bajo supervisión médica y puede completarse en una sesión ambulatoria, sin necesidad de hospitalización.

El especialista se guía a través de una ecografía y se inyecta el líquido a presión dentro de la articulación. Para minimizar el riesgo de infección se utilizan medidas de asepsia. Seguidamente se administra anestesia local en la zona y se introducen entre 10 y 20 cc de suero, dependiendo del tipo de articulación, así como corticoides. Esa inyección a presión, ese aumento de volumen, rompe la cicatriz establecida.

Consigue «despegar las paredes» de la cápsula articular, con ello se recupera el volumen de la articulación y así se recupera el movimiento de la articulación y se alivia el dolor.

El tratamiento suele durar entre 15 y 30 minutos y una vez realizada la técnica se realizan movilizaciones pasivas de la articulación.

 

Preparación para el tratamiento

Antes de someterse a la hidrodilatación, es crucial que los pacientes informen a su médico sobre cualquier medicación que estén tomando y cualquier condición médica preexistente.

El médico proporcionará pautas específicas sobre la restricción de alimentos y líquidos antes del procedimiento, así como las instrucciones necesarias sobre cómo prepararse para la intervención.

 

Cuidados tras la intervención

Tras la hidrodilatación, es común experimentar una mejora gradual en la movilidad y una reducción del dolor en la articulación tratada. Sin embargo, cada paciente puede experimentar diferentes niveles de recuperación.

Se pueden recomendar ejercicios suaves y fisioterapia para optimizar los resultados. Además, es esencial seguir las indicaciones del médico respecto a las actividades que se deben evitar durante el período de recuperación.

 

Alternativas a este tratamiento

Si bien la hidrodilatación puede ser efectiva para muchos pacientes, existen alternativas de tratamiento que pueden considerarse, dependiendo de la condición específica y la evaluación médica.

En algunos casos, hay algunas opciones que pueden ser útiles:

  • Terapias físicas.
  • Medicamentos antiinflamatorios.
  • Infiltraciones corticoides.
  • Procedimientos quirúrgicos.

Es fundamental discutir estas alternativas con el médico para determinar el enfoque más adecuado para cada paciente.

22-11-2023
Top Doctors

Hidrodilatación

Dr. Joan Tomàs Gebellí Jové - Traumatología

Creado el: 02-10-2020

Editado el: 22-11-2023

Editado por: Marga Marquès

¿Qué es la hidrodilatación?

La hidrodilatación es un procedimiento médico mínimamente invasivo utilizado para aliviar el dolor y mejorar la movilidad en pacientes con ciertas afecciones musculoesqueléticas, como la capsulitis adhesiva del hombro o la congelación articular.

Este método busca proporcionar alivio al paciente mediante la expansión de una articulación mediante la inyección controlada de una solución salina esterilizada.

La hidrodilatación es una técnica que consiste en introducir líquido, acostumbra a ser suero fisiológico, en un espacio intracapsular, normalmente en hombro y tobillo, con el objetivo de expandirla en tamaño y volumen. Es un procedimiento indoloro que se puede realizar de forma ambulatoria y en el que el especialista médico se guía a través de una ecografía.

Normalmente esta técnica está indicada en casos de capsulitis adhesiva que se acompaña de dolor y movilidad reducida.

 

¿Por qué se realiza?

Este tratamiento se realiza con el objetivo de reducir la inflamación y la rigidez en las articulaciones afectadas, al tiempo que se mejora la movilidad y se alivia el dolor asociado con condiciones como la capsulitis adhesiva.

La hidrodilatación puede evitar la necesidad de procedimientos más invasivos, como la cirugía, ofreciendo una alternativa menos agresiva y con tiempos de recuperación más cortos.

 

La hidrodilatación está indicada
en casos de capsulitis adhesiva

 

¿En qué consiste?

El procedimiento de hidrodilatación implica la inserción cuidadosa de una aguja en la articulación afectada, seguida de la inyección controlada de una solución salina esterilizada. Esta solución ayuda a expandir suavemente la cápsula articular, aliviando así la rigidez y mejorando la movilidad.

El proceso se lleva a cabo bajo supervisión médica y puede completarse en una sesión ambulatoria, sin necesidad de hospitalización.

El especialista se guía a través de una ecografía y se inyecta el líquido a presión dentro de la articulación. Para minimizar el riesgo de infección se utilizan medidas de asepsia. Seguidamente se administra anestesia local en la zona y se introducen entre 10 y 20 cc de suero, dependiendo del tipo de articulación, así como corticoides. Esa inyección a presión, ese aumento de volumen, rompe la cicatriz establecida.

Consigue «despegar las paredes» de la cápsula articular, con ello se recupera el volumen de la articulación y así se recupera el movimiento de la articulación y se alivia el dolor.

El tratamiento suele durar entre 15 y 30 minutos y una vez realizada la técnica se realizan movilizaciones pasivas de la articulación.

 

Preparación para el tratamiento

Antes de someterse a la hidrodilatación, es crucial que los pacientes informen a su médico sobre cualquier medicación que estén tomando y cualquier condición médica preexistente.

El médico proporcionará pautas específicas sobre la restricción de alimentos y líquidos antes del procedimiento, así como las instrucciones necesarias sobre cómo prepararse para la intervención.

 

Cuidados tras la intervención

Tras la hidrodilatación, es común experimentar una mejora gradual en la movilidad y una reducción del dolor en la articulación tratada. Sin embargo, cada paciente puede experimentar diferentes niveles de recuperación.

Se pueden recomendar ejercicios suaves y fisioterapia para optimizar los resultados. Además, es esencial seguir las indicaciones del médico respecto a las actividades que se deben evitar durante el período de recuperación.

 

Alternativas a este tratamiento

Si bien la hidrodilatación puede ser efectiva para muchos pacientes, existen alternativas de tratamiento que pueden considerarse, dependiendo de la condición específica y la evaluación médica.

En algunos casos, hay algunas opciones que pueden ser útiles:

  • Terapias físicas.
  • Medicamentos antiinflamatorios.
  • Infiltraciones corticoides.
  • Procedimientos quirúrgicos.

Es fundamental discutir estas alternativas con el médico para determinar el enfoque más adecuado para cada paciente.

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