¿Qué es la dislexia?

La dislexia es un trastorno del aprendizaje que afecta la capacidad de lectura y se caracteriza por dificultades en el procesamiento del lenguaje.

Esta condición se manifiesta en niños sin ningún hándicap físico, psíquico o sociocultural, y puede deberse a una alteración del neurodesarrollo.

¿Qué síntomas presenta?

Los síntomas más comunes de la dislexia incluyen sustituciones, omisiones o mezclas de partes de palabras o palabras enteras durante la lectura, así como lentitud y dificultad para reconocer y comprender palabras y textos escritos.

Los niños con dislexia pueden tener dificultades en la distinción del alfabeto, letras, realización de rimas simples o en el análisis y clasificación de sonidos.

Es importante destacar que estos niños pueden entender correctamente historias o discursos orales, y su nivel de inteligencia generalmente se encuentra dentro de los límites normales para su edad.

Los síntomas tienden a manifestarse en los primeros años de la educación primaria y, en algunos casos, la dislexia puede estar asociada con otros trastornos como el déficit de atención e hiperactividad o el trastorno disocial.

¿Cuáles son las causas?

Hasta el momento, no existe un estudio que determine una causa específica de la dislexia. Los especialistas sugieren que podría estar relacionada con una falta de organización de símbolos gráficos en el sistema nervioso central. Además, algunos estudios indican posibles factores genéticos y hereditarios, la anatomía cerebral y la actividad cerebral entre ambos hemisferios.

¿Se puede prevenir?

Debido a la falta de una causa concreta, no es posible establecer medidas preventivas para esta patología en la actualidad. Sin embargo, un diagnóstico temprano puede evitar un empeoramiento y facilitar una mejora rápida en el lenguaje del niño.

¿En qué consiste el tratamiento?

Una vez diagnosticada la dislexia, la intervención temprana es crucial. Un especialista en fonética puede ayudar al niño a alcanzar el nivel de lectura correspondiente a su edad.

La terapia del habla, que se enfoca en desarrollar la "conciencia fonémica", estimula la habilidad auditiva y el uso de los sonidos de las letras y sus combinaciones.

Otra técnica recomendada es la terapia educativa, donde el niño aprende estrategias para superar sus dificultades y manejar la frustración.

Con el apoyo adecuado, los niños con dislexia pueden mejorar significativamente sus habilidades de lectura y alcanzar su máximo potencial.