La adicción a las drogas, un problema cada vez más normalizado

Una adicción consiste en la pérdida de control de consumo de una sustancia que por alguna razón se ha vuelto fundamental para hacer frente a los problemas y situaciones cotidianas. El perfil general del adicto a las drogas es de una persona que vive las emociones con mucha intensidad y que utiliza estas sustancias para disimular o esconder problemas que no sabe hacer frente de otra forma.

En los últimos tiempos, el discurso de la normalización de las drogas ha aumentado, y se toman estos comportamientos como normales y aceptables. Obviamente, las drogas continúan produciendo estigmas en el ámbito laboral o el ámbito familiar, aunque algunas drogas consideradas menores no están tan mal vistas por una buena parte de la sociedad.

Del tabú a la normalización

Un buen número de sustancias no tienen tan mala prensa, por lo que se hace más fácil empezar a consumirlas. Entre ellas, destacan el alcohol o la marihuana, que todavía tienen una percepción de “droga menor”. En este caso, es importante llevar a cabo una tarea de concienciación, ya que estas adicciones se han convertido en un problema de salud pública, especialmente entre jóvenes, ya que se trata de un generador de psicopatologías en personas ya predispuestas y de fracaso escolar.

Si en la década de los 80 y 90 el consumo de drogas se consideraba como uno de los problemas principales de nuestra sociedad, como así demuestran datos del CIS, hoy en día no existe esa misma percepción.

De hecho, el último barómetro del CIS sitúa la drogadicción como uno de los problemas menos preocupantes para la sociedad española, estando a la cola de la lista de preocupaciones y en ninguno de los encuestados fue incluido entre los dos primeros problemas.

A pesar de que el consumo de drogas se mantiene estable, sí se ha percibido un aumento de este consumo desde la pandemia provocada por la COVID-19. De hecho, el informe anual de las Naciones Unidas señala que en torno a 275 millones de personas consumieron drogas en 2020, en comparación con los 269 millones del año 2018.

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¿Cuál es la droga más consumida?

El cannabis es hoy en día la droga más consumida del mundo, siendo además la droga que más lleva a las personas a entrar en el sistema de justicia criminal, ya que el cannabis supone la mitad de los delitos por drogas.

El uso del cannabis aumentó durante la pandemia, y es considerada una droga poco peligrosa para la salud, especialmente por parte de jóvenes.

¿Existe un perfil más propenso a consumir que otras?

Debe hacerse una distinción entre el adicto y el usuario. El usuario se trata de la persona que toma drogas mientras los beneficios de las mismas son superiores a los potenciales problemas, mientras que el adicto empieza a consumir y termina enganchándose.

Esto tiene su razón en un factor predisponente, es decir, el factor que hace que se utilicen las drogas como una especie de anestésico de los problemas. Que mucha gente la consuma no implica que acaben enganchándose. Si todo el mundo que hace botellón acaba siendo alcohólico, habría campos de concentración de alcohólicos.

No es sencillo distinguir entre quien será un usuario temporal y un adicto. No obstante, el test marshmallow realizado en los 60 por el Dr. Walter Mischel en el que ponían a niños de cinco años delante de un caramelo, y les decían que, si aguantaban media hora sin comerlo, le darían dos. Uno de cada tres era capaz de aguantarse, y estudios posteriores demostraron que esta capacidad de aguantarse implicaba unos mejores resultados en la vida. No obstante, aquellos que caían en la tentación, tenían más posibilidades de incurrir en fracaso escolar, consumo de sustancias…

¿Qué consecuencias implica el consumo de drogas?

Cada droga provoca un efecto en el organismo. En primera instancia, el consumo de drogas suele producir placer, excitación, o incluso alucinógenos, aunque pueden implicar consecuencias importantes a nivel mental y físico. Algunas de las secuelas más habituales son:

• Problemas familiares.
• Alteración del humor.
• Insomnio.
• Ansiedad.
• Desajustes neuroquímicos.
• Aislamiento.
• Problemas cardiovasculares.
  
   

¿Cómo se deja una adicción?

La primera fase del proceso es la propia concienciación, entendiendo la persona que el consumo de drogas le está reportando diversos problemas. Este es el primer paso para conseguir una motivación que ayudará al tratamiento.

Paralelamente, debe reconstruirse la vida personal para que la renuncia a las drogas compense. Si la persona no consume, pero tiene una vida mejor, será más fácil mantenerse en la abstinencia más fácilmente que con prohibiciones.

Desengancharse y dejar de consumir es recuperar libertad.

Si desea más información, consulte con un especialista en Medicina de Familia.