Cuando el estrés sin tratar evoluciona en depresión

El estrés y la depresión son dos patologías cada vez más comunes. Las causas son múltiples, entre ellas el exceso de trabajo y la crisis económica. El Sr. Alejandro Castro Marín, especialista en Psicología, explica cuál es la relación entre estas dos enfermedades, ya que en ocasiones una puede conllevar a la otra.

¿Qué es la depresión?

Esta patología se conoce como un trastorno del estado de ánimo, generalmente transitorio, caracterizado por sentimientos de abatimiento, infelicidad y culpabilidad, además de provocar una incapacidad total o parcial para disfrutar de las actividades y de los acontecimientos de la vida cotidiana.

En la sociedad actual existen muchas tensiones y desequilibrios que influyen en la salud mental de las personas. Se pueden detectar indicios de agresividad y desesperanza, además de una enorme falta de ternura, tan necesaria en la comunicación entre las personas.

Tratamiento de la depresión

Hay que señalar la existencia de depresiones crónicas, muchas veces relacionadas con alterados rasgos de personalidad, que son refractarias a los tratamientos habituales, pero pueden conseguirse remisiones parciales que permiten una cierta calidad de vida al paciente.

Los tratamientos son muy efectivos. No solo es importante la acción de los fármacos, también es necesaria la terapia que va unida: la psicoterapia. Una buena relación terapeuta-paciente tiene gran importancia en esta enfermedad y, en general, en cualquier especialidad médica.

La psicoterapia significa comprensión. El paciente se debe sentir ayudado desde el principio. Es un proceso de comunicación entre el especialista y el paciente con el propósito de una mejora en la calidad de vida en este último, a través de un cambio en su conducta, actitudes, pensamientos o afectos.

Además, la psicoterapia puede seguir una técnica o sistema de ayuda terapéutica que incremente la eficacia del tratamiento.

Relación entre la depresión y el estrés

Cuando el estrés se convierte en crónico crea problemas físicos en cualquier parte del organismo. Suelen manifestarse trastornos digestivos, cardíacos, insomnio y obesidad, entre otros.

Muchas veces, al analizar la biografía de un paciente con depresión se detecta que desde bastante tiempo antes (incluso años), existían situaciones de estrés o de ansiedad.

Es decir, de una manera progresiva, se van instalando los síntomas (falta de apetito, cansancio, irritabilidad, insomnio, etc.) y el paciente no los identifica como el inicio de una depresión y deja pasar mucho tiempo antes de acudir al especialista.

La depresión se podría prevenir detectando a tiempo esta inicial sintomatología y, por supuesto, reduciendo o eliminando la sobrecarga de estrés.