Nutrición oncológica

ÍNDICE:

  1. ¿Qué es la nutrición oncológica?
  2. ¿Por qué se realiza?
  3. En qué consiste
  4. Preparación
  5. Cuidados posteriores

 

¿Qué es la nutrición oncológica?

Los enfermos de cáncer suelen sufrir alteraciones en el apetito ocasionadas, casi siempre, por el propio tumor y la medicación a la que están expuestos.

El sentido del gusto se ve afectado y la desgana causa desnutrición en el paciente y gran pérdida de peso.

Sin embargo, una tercera parte de los pacientes sufren desnutrición en el momento del diagnóstico, porcentaje que aumenta después del tratamiento quirúrgico y de radioterapia o quimioterapia

Por lo tanto, la nutrición oncológica debe procurar que el paciente reciba los nutrientes suficientes para que el organismo funcione correctamente durante el tratamiento oncológico. En cualquier caso, es fundamental que se contemple la manera más fácil y cómoda de alimentar al paciente.

 

¿Por qué se realiza?

La nutrición oncológica se realiza para asegurar que el paciente con cáncer recibe los nutrientes y vitaminas necesarios para que su cuerpo funcione correctamente durante el tratamiento y post-tratamiento.

En concreto, este tipo de nutrición se recomienda para conseguir los siguientes objetivos específicos:

  • Restablecer las carencias nutricionales
  • Reducir los efectos secundarios del tratamiento oncológico
  • Mantener el peso corporal
  • Proteger el sistema inmune
  • Tener la energía necesaria para realizar las actividades diarias
  • Favorecer la recuperación de la enfermedad
  • Mejorar la calidad de vida

 

La nutrición oncológica asegura los
nutrientes y vitaminas necesarios

 

¿En qué consiste?

La nutrición oncológica se basa en una serie de pautas que los pacientes pueden seguir.

En primer lugar, es importante realizar un mínimo de 5 comidas al día (desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena). Deben ser comidas que contengan cantidades pequeñas, pero que sean muy nutritivas. De estas comidas, se recomienda que la comida y la cena sean completas. Esto se puede conseguir preparando un plato único en el que se junten verduras, hidratos (patatas, arroz, legumbres, cereales o pasta) y proteínas (huevo, carne o pescado).

En segundo lugar, es fundamental comer piezas de fruta varias veces al día, ya que son ricas en vitaminas y minerales. Es importante ingerir alimentos frescos, de temporada y proximidad.

Es recomendable consumir grasas de forma moderada, sobre todo, las que tienen origen animal. En este caso, es mejor consumir carnes magras o blancas, así como pescado.

Por otro lado, el paciente debe beber un mínimo de 6 vasos de líquido al día (agua, infusiones, zumos y caldos). Se recomienda tomarlos entre las comidas.

Los alimentos deben ser manipulados de forma higiénica, lavando las frutas y verduras antes de pelarlas, así como guardando los alimentos bien tapados. Con relación al cocinado de los alimentos, es importante hacerlo de forma sencilla: al vapor, hervidos, al horno, microondas, papillote o a la plancha a una temperatura suave. Esto permite conservar todas las vitaminas y minerales de los alimentos, así como facilitar la digestión. En este sentido, el paciente debe masticar bien y despacio, evitando alimentos difíciles de masticar o que estén cortados en trozos muy grandes.

Debe propiciarse un ambiente distendido que mitigue el mal momento que puede suponer para el paciente alimentarse, ya que muchos pacientes con cáncer sufren problemas asociados al hecho de comer, tales como vómitos, náuseas o diarreas.

En general, cuanto más variada sea la alimentación, más rica será desde el punto de vista nutricional. Deben evitarse las grasas saturadas (bollería, queso, embutidos y carne) y debe ser rica en fruta, verdura, pescado y lácteos bajos en grasa, además de incluir frutos secos, arroz, pasta y legumbres.

Preparación para la nutrición oncológica

Las recomendaciones de las dietas oncológicas deben personalizarse, ya que la tolerancia es muy distinta de un paciente a otro.

Además, se debe tener en cuenta que, en un mismo paciente, la tolerancia a alimentos puede cambiar en poco tiempo, de manera que no solo hay que personalizar la dieta, sino que el especialista en Nutrición y Dietética debe visitar frecuentemente al paciente, para poder ir modificando las características de la alimentación y dieta según la evolución de la enfermedad y las necesidades del paciente oncológico.

 

Cuidados tras la intervención

Los cuidados tras la nutrición oncológica deberá indicarlos el especialista en Nutrición y Dietética, ya que hay muchos factores que pueden verse afectados tras un cáncer.

Así, pueden verse alterados diferentes aspectos nutricionales, que deben valorarse al detalle, como por ejemplo, la pérdida de peso o masa muscular, déficits de vitaminas o hierro, entre otros.

21-09-2023
Top Doctors

Nutrición oncológica

Dra. Raquel Nogués Boqueras - Nutrición y Dietética

Creado el: 13-11-2012

Editado el: 21-09-2023

ÍNDICE:

  1. ¿Qué es la nutrición oncológica?
  2. ¿Por qué se realiza?
  3. En qué consiste
  4. Preparación
  5. Cuidados posteriores

 

¿Qué es la nutrición oncológica?

Los enfermos de cáncer suelen sufrir alteraciones en el apetito ocasionadas, casi siempre, por el propio tumor y la medicación a la que están expuestos.

El sentido del gusto se ve afectado y la desgana causa desnutrición en el paciente y gran pérdida de peso.

Sin embargo, una tercera parte de los pacientes sufren desnutrición en el momento del diagnóstico, porcentaje que aumenta después del tratamiento quirúrgico y de radioterapia o quimioterapia

Por lo tanto, la nutrición oncológica debe procurar que el paciente reciba los nutrientes suficientes para que el organismo funcione correctamente durante el tratamiento oncológico. En cualquier caso, es fundamental que se contemple la manera más fácil y cómoda de alimentar al paciente.

 

¿Por qué se realiza?

La nutrición oncológica se realiza para asegurar que el paciente con cáncer recibe los nutrientes y vitaminas necesarios para que su cuerpo funcione correctamente durante el tratamiento y post-tratamiento.

En concreto, este tipo de nutrición se recomienda para conseguir los siguientes objetivos específicos:

  • Restablecer las carencias nutricionales
  • Reducir los efectos secundarios del tratamiento oncológico
  • Mantener el peso corporal
  • Proteger el sistema inmune
  • Tener la energía necesaria para realizar las actividades diarias
  • Favorecer la recuperación de la enfermedad
  • Mejorar la calidad de vida

 

La nutrición oncológica asegura los
nutrientes y vitaminas necesarios

 

¿En qué consiste?

La nutrición oncológica se basa en una serie de pautas que los pacientes pueden seguir.

En primer lugar, es importante realizar un mínimo de 5 comidas al día (desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena). Deben ser comidas que contengan cantidades pequeñas, pero que sean muy nutritivas. De estas comidas, se recomienda que la comida y la cena sean completas. Esto se puede conseguir preparando un plato único en el que se junten verduras, hidratos (patatas, arroz, legumbres, cereales o pasta) y proteínas (huevo, carne o pescado).

En segundo lugar, es fundamental comer piezas de fruta varias veces al día, ya que son ricas en vitaminas y minerales. Es importante ingerir alimentos frescos, de temporada y proximidad.

Es recomendable consumir grasas de forma moderada, sobre todo, las que tienen origen animal. En este caso, es mejor consumir carnes magras o blancas, así como pescado.

Por otro lado, el paciente debe beber un mínimo de 6 vasos de líquido al día (agua, infusiones, zumos y caldos). Se recomienda tomarlos entre las comidas.

Los alimentos deben ser manipulados de forma higiénica, lavando las frutas y verduras antes de pelarlas, así como guardando los alimentos bien tapados. Con relación al cocinado de los alimentos, es importante hacerlo de forma sencilla: al vapor, hervidos, al horno, microondas, papillote o a la plancha a una temperatura suave. Esto permite conservar todas las vitaminas y minerales de los alimentos, así como facilitar la digestión. En este sentido, el paciente debe masticar bien y despacio, evitando alimentos difíciles de masticar o que estén cortados en trozos muy grandes.

Debe propiciarse un ambiente distendido que mitigue el mal momento que puede suponer para el paciente alimentarse, ya que muchos pacientes con cáncer sufren problemas asociados al hecho de comer, tales como vómitos, náuseas o diarreas.

En general, cuanto más variada sea la alimentación, más rica será desde el punto de vista nutricional. Deben evitarse las grasas saturadas (bollería, queso, embutidos y carne) y debe ser rica en fruta, verdura, pescado y lácteos bajos en grasa, además de incluir frutos secos, arroz, pasta y legumbres.

Preparación para la nutrición oncológica

Las recomendaciones de las dietas oncológicas deben personalizarse, ya que la tolerancia es muy distinta de un paciente a otro.

Además, se debe tener en cuenta que, en un mismo paciente, la tolerancia a alimentos puede cambiar en poco tiempo, de manera que no solo hay que personalizar la dieta, sino que el especialista en Nutrición y Dietética debe visitar frecuentemente al paciente, para poder ir modificando las características de la alimentación y dieta según la evolución de la enfermedad y las necesidades del paciente oncológico.

 

Cuidados tras la intervención

Los cuidados tras la nutrición oncológica deberá indicarlos el especialista en Nutrición y Dietética, ya que hay muchos factores que pueden verse afectados tras un cáncer.

Así, pueden verse alterados diferentes aspectos nutricionales, que deben valorarse al detalle, como por ejemplo, la pérdida de peso o masa muscular, déficits de vitaminas o hierro, entre otros.

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