Violencia de género: la desigualdad en el acceso a la salud
Escrito por:El femicidio es la peor expresión de la violencia de género y, si bien los poderes públicos se lo atribuyen al machismo, como si fuese una causa única, sabemos que es multifactorial. La violencia contra la mujer no la ejercen solamente algunos hombres, sino también las instituciones, entre ellas, la Seguridad Social.
Enfermedades de alta prevalencia femenina
La precondición de la violencia de género es la existencia de una discriminación por razón de sexo. Existen muchas mujeres que padecen las denominadas “enfermedades de alta prevalencia femenina”, que son aquellas que impactan sobre un número significativamente mayor de mujeres que de hombres.
Estas patologías pueden tener causas biológicas que marcan la diferencia con respecto a los varones, como la endometriosis, los tumores ginecológicos o las enfermedades derivadas de partos y embarazos, pero estas se consideran enfermedades específicas de la mujer.
Sin embargo, existen otras afecciones que, aunque las puedan padecer los hombres, se presentan con una mayor frecuencia entre las pacientes de género femenino. Se trata de la fibromialgia (90% de las personas afectadas son mujeres), anemia, dolor crónico, enfermedades autoinmunes y enfermedades endocrinólogas.
Muchas de las patologías con alta prevalencia en mujeres, como la fibromialgia, no figuran en el Real Decreto 1971/1000, que establece las patologías y limitaciones que son causa de reconocimiento jurídico de discapacidad. Esto dificulta la protección jurídica para mujeres que sufren este tipo de enfermedades, sin tener en cuenta las consecuencias sociales de esa condición, por ejemplo, la nulidad de los despidos o los incentivos en la contratación.
Si bien no se puede acusar abiertamente a las instituciones de generar discriminación intencionalmente, es sorpresivo que precisamente sean las enfermedades incapacitantes de alta prevalencia entre las mujeres las que están excluidas de la norma protectora.
La discriminación de género en las instituciones sanitarias
Muchas de las mujeres que padecen estas patologías sufren los estereotipos de género que aún existe en el sistema sanitario. En 1981 se realizó un estudio en el que se analizó la actitud de los médicos y médicas de atención primaria. En esta investigación se observó que el 25% de las mujeres eran descritas como pacientes que “se quejaban demasiado” y sus síntomas se atribuían a influencias emocionales con mayor frecuencia que en el caso de los hombres, por lo que sus enfermedades eran consideradas de origen psicológico en un 26% de los casos, mientras que la cifra desciende a un 9% en el caso de los pacientes masculinos.
Esta conclusión ha sido ratificada por otro estudio que realizó Rohlfs en el año 2006, que asegura que una cuarta parte de los síntomas de las mujeres que acuden a atención primaria fueron considerados de origen psicosomático.