Terapia EMDR: superar un trauma con movimientos oculares

La terapia de reprocesamiento y desensibilización a través del movimiento ocular (EMDR) fue desarrollada en Estados Unidos en los años 80. Se trata de una psicoterapia que trabaja con los componentes fisiológicos que tiene cada dolencia. Es decir, entiende el trauma como una información disfuncional almacenada en el cerebro que no logra integrarse normalmente en la experiencia cotidiana.
 

Este modelo explica cómo la experiencia traumática subjetiva de la persona, y no el hecho en sí, puede quedar grabada en el sistema nervioso, ejerciendo un efecto perdurable en el mismo. Es decir, el trauma se registra como información atrapada y aislada en una red neural de forma que nuestro sistema innato de procesamiento no puede acceder a ella y, por tanto, no realiza las conexiones necesarias con redes adaptativas. Esto condiciona las experiencias posteriores, aunque hayan pasado años de la experiencia traumática.

Según esta terapia, los estímulos desencadenantes actuales pueden activar una red neural, haciendo resurgir los sentimientos, creencias y emociones que forman parte de los recuerdos. Esto explicaría el por qué una persona sigue reaccionando del mismo modo en que reaccionó en el momento del trauma. Es decir, el trauma puede manifestar síntomas como el miedo, la ira, el rechazo y el bloqueo fisiológico o muscular.

¿Cuáles son los principios de la terapia EMDR?

• Doble foco: se establece un vínculo entre la conciencia actual y la red neural traumática, favoreciendo el procesamiento y la disminución de la intensidad emocional durante la activación de información negativa.
   
• Estimulación bilateral alternativa: disminuye la activación fisiológica, incrementa las asociaciones episódicas y el reconocimiento de información veraz.
   
• Marco teórico (Modelo PAI): entiende que existe un sistema innato de “autosanación psicológica”, lo que empodera al paciente y garantiza que el profesional no influya en el proceso mediante sus intervenciones.
   
• Protocolo de tres vertientes (pasado, presente y futuro): no se busca solamente la desaparición de síntomas, sino también que la persona pueda desarrollar su potencial adaptativo. Para eso se debe atender las experiencias pasadas traumáticas y los desencadenantes actuales.
   
• Se basa en la neuroplasticidad cerebral provocada por procesos de desensibilización, no de extinción: este tipo de terapia EMDR busca la generalización de los efectos terapéuticos a otras experiencias relacionadas con la base del recuerdo fuente. Es decir, no busca que el paciente “borre” aquello que le ha sucedido, sino que logre integrarlo en su vida y pueda acceder a ese recuerdo como una experiencia de aprendizaje.
   
• Es una psicoterapia breve y eficaz: EMDR está basada en la experiencia científica y pone el foco sobre la raíz del problema mediante un método estructurado que reduce el número de sesiones necesarias y la probabilidad de recaídas.  
   

¿En qué casos está indicada la terapia EMDR?

Esta terapia puede tratar con personas que han sufrido abusos, accidentes y violencia física o psicológica. Esta técnica ha resultado exitosa en el tratamiento de la ansiedad, las crisis de pánico, las fobias y las obsesiones.

A lo largo de los años, se ha comprobado que el tratamiento tiene una mayor efectividad en aquellos casos en que el trastorno de ansiedad está relacionado con un acontecimiento que es conocido por el paciente. Por ejemplo, sería más eficaz aplicar esta técnica con un paciente que le tiene fobia a los perros luego de una mordedura que con un paciente que le tiene fobia a las serpientes, pero nunca ha tenido contacto con ellas.

Si bien es una terapia que está basada en la experiencia científica y que ha demostrado eficacia clínica, no se puede asegurar que alivie los síntomas de desórdenes más complejos, como la esquizofrenia o el trastorno bipolar.
 

¿Cómo son las sesiones de este tipo de terapia?

Existen distintos tipos de técnicas de estimulación bilateral en la que se basa la terapia EMDR:
 

• Visual: es el método más usado. El paciente debe realizar movimientos oculares horizontales siguiendo los dedos del terapeuta que trabaja dentro del campo visual del paciente
   
• Auditiva: se utilizan tonos o música bilateralizada que debe escucharse con auriculares mientras el terapeuta lleva el control de la velocidad y la intensidad de los sonidos
   
• Kinestésica: consiste en pequeños golpes suaves por parte del terapeuta en las rodillas, hombros o manos del paciente.
   

Al terminar la sesión el paciente no debe seguir ninguna pauta ni realizar ninguna tarea para la casa. Lo que el especialista en Psicología busca con esta terapia es que el paciente sea capaz de recordar sin dolor y que las emociones se vuelvan adaptativas, haciendo que la autoevaluación que experimenta el paciente sobre sí mismo sea positiva sin ningún esfuerzo.