¿Qué tipos de prótesis de pene existen?

Actualmente existen prótesis de pene de diferentes tipos, pero principalmente las podemos dividir en prótesis hidráulicas ( de dos o tres componentes) y prótesis maleables.

• Prótesis maleables: formadas por dos cilindros semirrígidos de silicona que se colocan mediante cirugía en el interior de los cuerpos cavernosos. Esta prótesis tiene el inconveniente de que el pene está siempre en erección, aunque es posible orientarlo en tres posiciones diferentes: recta-elevada para las relaciones sexuales, hacia abajo para la micción, y en posición normal o doblada, a fin de disimularlo con la ropa. La ventaja que presentan estas prótesis es que son más económicas y más sencillas de utilizar. Además, no es necesario activarla y desactivarla.
• Prótesis hidráulicas: son dispositivos que funcionan gracias a un líquido situado en cada uno de los cilindros colocados en los cuerpos cavernosos del pene. Estas se clasifican según su diseño:
  • Prótesis de dos componentes: consisten en dos cilindros flexibles rellenos de suero salino estéril que se insertan en los cuerpos cavernosos y que están conectados a un dispositivo de bomba, con función también de reservorio, que se instala en el escroto. Para conseguir la erección debe apretarse la bomba escrotal varias veces, lo que transferirá el líquido desde el reservorio a los cilindros. Para su vaciamiento, y conseguir la flacidez del pene, es suficiente con doblar los cilindros hacia abajo durante unos diez segundos, lo que hará que el líquido vuelva al reservorio.
  • ​Prótesis de tres componentes: son las más sofisticadas y están compuestas por dos cilindros que se implantan en los cuerpos cavernosos, siendo independiente la bomba del reservorio. Esto es así porque el sistema de bombeo se coloca en el escroto y el reservorio en el peritoneo o en el espacio laterovesical, como lugares más habituales. Esta bomba presenta dos botones para el vaciado y llenado de los cilindros: en la fase de vaciado el líquido queda alojado en el reservorio. Son de mayor coste económico.

El implante de las prótesis no altera el deseo sexual, ni la sensación del orgasmo, ni la eyaculación, si existe. Se realiza a través de una incisión en la base del pene, por debajo del glande o por detrás del pubis.

Lo importante en esta indicación es que el paciente conozca bien el mecanismo, el manejo de la prótesis y la prevención contra las infecciones. Estas últimas hay que prevenirlas y, para ello, se toman medidas muy estrictas higiénicas y de antibioterapia pre y postcirugía. Hay que vigilarlo bien porque estas están presentes entre el 1-8 % de los casos y su aparición conlleva su retirada.

La satisfacción tras la colocación de la prótesis de pene es la más elevada de todas las terapias descritas para la disfunción eréctil, especialmente con la de tres componentes. Algunos estudios comunican un mínimo de 1,7 relaciones semanales, a los 5 años, tras la cirugía.