La demencia, el gran reto del envejecimiento
Escrito por:La demencia se define como un síndrome clínico caracterizado por la existencia de varios déficits cognitivos de intensidad suficiente como para interferir en el funcionamiento social habitual de la persona, producido por diversas enfermedades. La enfermedad de Alzheimer representa la principal causa, correspondiendo al 50% o 60% de los casos, pero tampoco podemos olvidar la demencia vascular, relacionada con ictus previos, o la demencia de cuerpos de Lewy, entre otras.
Más de 40 millones de personas sufren demencia, algo que aumenta con la edad
La edad es el principal factor de riesgo para la aparición de una demencia, que justifica su incremento exponencial ante el progresivo envejecimiento de la población: se estima que un 10% de las personas de más de 70 años, un 25% a partir de los 85 años y casi la mitad de los nonagenarios presentan un deterioro cognitivo. Así, según la OMS, a nivel mundial más de 40 millones de personas viven con demencia, cifra que se duplicará para el año 2030 y se triplicará en el año 2050. Por este motivo, la demencia representa un gran reto del envejecimiento, tanto a nivel de la propia persona como por la estigmatización y exclusión social que genera, así como a nivel de la familia y de la propia sociedad. Pero no solo la edad conlleva un mayor riesgo de padecer demencia, sino que también los antecedentes familiares de demencia, los factores de riesgo cardiovascular (la diabetes, el colesterol o la hipertensión arterial), el nivel de escolarización de la persona y/o la situación social son elementos a considerar como otro factores de riesgo para presentar una demencia.
¿Con qué síntomas se manifiestan las demencias?
La demencia puede presentarse de diferentes maneras en función de cada paciente pero, en general, existen unos síntomas principales comunes en la mayoría de enfermos, y unos síntomas psicológicos y/o conductuales que no siempre aparecerán. Los síntomas principales de deterioro cognitivo son la amnesia, generalmente de la memoria reciente, y los problemas de atención. Las funciones instrumentales como son el lenguaje, la praxia y/o las gnosias, suelen afectarse en las fases más avanzadas. Los síntomas psicológicos como son la ansiedad o el ánimo depresivo pueden presentarse en el síndrome demencial. Los delirios y/o las alucinaciones son frecuentes en fases más avanzadas. También la manía, la apatía o los propios cambios de personalidad nos obligan a pensar en la demencia como un posible diagnóstico. Asimismo, las personas con demencia pueden presentar trastornos de la conducta, bien con una inversión del sueño, que puede incluir una deambulación errática sin fin, bien con inquietud o agitación psicomotriz a modo de desvestirse continuamente, o irritabilidad, sin olvidar la posible desinhibición sexual. Todas estas situaciones, lógicamente, suelen desbordar a la familia y/o cuidadores principales, y justifican la consulta a su médico especialista en Geriatría.
¿Pueden tratarse y curarse las demancias?
Respecto al tratamiento conviene tener presente que, a día de hoy, la demencia no tiene curación, pero sí que existen fármacos para mejorar los síntomas cognitivos y, especialmente, disponemos de medicamentos para controlar los síntomas conductuales. Sin embargo, es importante hacer hincapié en el tratamiento no farmacológico, pues es fundamental para el manejo del paciente con demencia, con terapias basadas en la orientación a la realidad, la reminiscencia, la psicomotricidad y/o la interacción con animales, que suelen realizarse en centros especializados.
Por último, conviene no olvidar los aspectos ético legales, pues estamos ante personas que han perdido su competencia para expresar su voluntad y serán sus familiares y/o entorno los que van a decidir por ellos. Por este motivo, ante todo diagnóstico reciente de demencia debemos valorar si es conveniente la revelación del diagnóstico al propio enfermo, con el objetivo de favorecer la redacción del Documento de Voluntades Anticipadas, donde el paciente pueda reflejar las prioridades relacionadas con su salud para aquel momento en que ya no tenga capacidad de expresarse y dependa de terceros, evitando situaciones de conflicto. Asimismo, a nivel legal, y con el objetivo de garantizar sus derechos, es aconsejable iniciar los trámites legales relacionados con la figura del tutor que lo represente.
La edad no la podemos combatir y la demencia va directamente relacionada con ella. Sin embargo, una apuesta por un envejecimiento activo y saludable, junto con los resultados que podrán obtenerse en un futuro de las múltiples investigaciones que se están realizando a nivel mundial, confirman el reto de nuestra sociedad por combatir una de las principales enfermedades de nuestro siglo: la demencia.