Cómo prevenir la depresión en el contexto laboral

La depresión, como otros trastornos del estado de ánimo, necesita un contexto para desarrollarse. En el mundo moderno, donde el trabajo ocupa una gran parte de nuestras vidas, la salud mental en el lugar de trabajo se ha vuelto una preocupación cada vez más importante.

Sin embargo, existen estrategias efectivas que pueden ayudar a prevenir la depresión en el contexto laboral, promoviendo así un ambiente de trabajo más saludable y productivo.

La importancia de objetivos con plazos realistas

En este contexto, es habitual que aparezcan y sean recurrentes sentimientos de tristeza, desánimo e incluso absentismo laboral en los profesionales integrantes de los equipos de trabajo. En nuestra sociedad, un acuerdo profesional implica la identificación con la profesión que se ejerce, y es por eso que un posible precursor es la falta de objetivos bien definidos. Por ejemplo:

• La ambigüedad en el desarrollo de las funciones del día a día.
• Difuminar las responsabilidades correspondientes con el puesto.
• Dificultades en el desarrollo del plan de carrera.
• No reconocer méritos y logros.

Todo esto implica que los y las profesionales no tengan claro hacia qué realmente tienen que dirigirse para alcanzar sus objetivos. En este sentido, la motivación de logro queda totalmente perdida, dando cabida a la incertidumbre (ansiedad) y el desánimo y la tristeza.

Compromiso o desvinculación en el día a día

En relación con la desvinculación de lo simbólico de la empresa y de la creación del ideal que la persona ha forjado sobre sí misma, no saber qué y para qué, son preguntas clave que favorecen el hastío, la frustración y conducen a estados de desánimo y tristeza.

Realmente, la pérdida del sentimiento de “ser funcional” obvia la importancia de lo que se hace y, precisamente el comportamiento, como consecuencia del pensamiento, ofrece feedback a la persona que ha invertido sus ilusiones en conseguir los objetivos que se había propuesto. Si este feedback es negativo o sin un resultado claro, la valoración que una persona hace sobre sí misma resulta frustrante, lo que a su vez conducirá a sentimientos de tristeza, pero también de irritabilidad y desapego.

¿Qué otros factores pueden influir?

Otros factores importantes serian el hostigamiento o la discriminación y, por supuesto, el acoso. Estas son actitudes precursoras de estados de labilidad emocional antesala de un cuadro ansioso-depresivo.

Tanto en un estado incipiente como desarrollado cualquiera de estas conductas en un contexto laboral, supone una merma del estado emocional de la persona. Por lo que tener protocolos de actuación preventivos es fundamental para favorecer un sano estado biopsicosocial de los profesionales. Ante cualquier duda es esencial consultar con un especialista de la Psicología.