Avances en los tratamientos con Estimulación Magnética Transcraneal

Escrito por: Dra. Renée Ribacoba Montero
Publicado: | Actualizado: 16/05/2023
Editado por: Leo Santos

La Estimulación Magnética Transcraneal (EMT) es una técnica de neuromodulación cerebral no invasiva, basada en la generación de campos magnéticos muy localizados capaces de inducir una corriente eléctrica en el cerebro.

Se conoce desde 1985, cuando se obtuvo por primera vez actividad motora en la mano tras un estímulo único.

 

Desde entonces el avance tecnológico y el desarrollo científico ha sido exponencial, tanto en investigación animal como en pacientes.

 

¿Cómo funciona la EMT en nuestro cerebro?

Todavía quedan aspectos por aclarar, pero estudios neurofisiológicos siguiendo el estímulo con electrodos epidurales, han conseguido mapear la activación directa e indirecta de las neuronas piramidales de la capa V, en la corteza motora primaria tras un pulso aislado de EMT.

 

Sabemos también que estímulos repetidos de suficiente intensidad y magnitud inducen cambios neuroquímicos y funcionales que se confirman en estudios de imagen después de una sesión aislada.

 

Por ejemplo, en sujetos sanos y en pacientes parkinsonianos después de una sesión única de EMT de alta frecuencia aplicada sobre el córtex prefrontal izquierdo, el PET racloprida (que marca la vía dopaminérgica) ha demostrado un incremento de dopamina en el estriado ipsilateral que se corresponde con mejoría clínica.

 

Asimismo, cuando el experimento se realiza marcando la serotonina en personas sanas, y se estimula con alta frecuencia el córtex prefrontal dorsolateral en una sesión única, se registra la presencia de serotonina en la corteza límbica, indicando que la EMT puede modular el metabolismo de serotonina, mejorando la depresión.

 

Sin embargo, aún queda recorrido hasta que sepamos con exactitud como funciona la EMT, pero tiene un rango amplio de posibilidades que la convierten en una herramienta neurofisiológica óptima para estudiar la función cerebral.

 

La EMT puede modular el metabolismo de serotonina e los pacientes, mejorando la depresión.

 

¿La Estimulación Magnética Transcraneal es una técnica segura?

Si, es una técnica segura y bien tolerada, con un perfil de efectos colaterales muy bajo (molestias cervicales o en la zona de estimulación autolimitadas), si se siguen las recomendaciones del Comité de Expertos.

 

¿Cualquier persona puede usar la EMT?

No toda la población se puede someter a este tratamiento. Están excluidos los portadores de marcapasos cardiaco o dispositivos de estimulación cerebral profunda, implantes cocleares, etc.

 

¿Cómo se accede al tratamiento de Estimulación Magnética Transcraneal?

En nuestra clínica los pacientes pueden acceder por iniciativa propia (preferiblemente aportando informes), o derivados de otro profesional de la salud.

 

En cualquiera de los casos, realizamos una consulta neurológica donde se valora una historia clínica detallada que descarte posibles exclusiones, y se le informa de las posibilidades de éxito en función de los resultados publicados en su patología.

 

También se realizan escalas de valoración basal para poder considerar de forma objetiva los cambios producidos por el tratamiento al final del mismo.

 

Antes de iniciar el tratamiento se entrega un presupuesto especificando las citas previstas y se firma un consentimiento informado que por supuesto, puede revocarse.

 

¿La EMT es un procedimiento sencillo?

Aparentemente si, se obtiene el umbral motor estimulando el área motora, señalamos la zona a tratar, colocamos la bobina sobre el gorro y ponemos en marcha el tratamiento.

 

Sin embargo, su uso conlleva cierta complejidad ya que es necesario manejar varios parámetros que pueden modificarse dependiendo del problema a tratar, que van desde el conocimiento del área estimulada, a la frecuencia, el patrón y la intensidad de los estímulos (cuyo porcentaje depende del umbral motor), pasando por la duración del periodo de aplicación y el número total de pulsos.

 

En EMT repetitiva (EMTr) se emplea el concepto de baja frecuencia cuando se usan estímulos ≤ a 1 Hz o de alta frecuencia si son ≥ 5 Hz: en el primer caso se considera que reducen la excitabilidad del circuito, mientras que los segundos la incrementan.

 

Existen protocolos más recientes y complejos como la Estimulación Theta Burst (ETB) y la cuadripulsada que varían la excitabilidad cortical en función del intervalo entre los patrones de estimulación.

 

Dado que esta es una técnica en desarrollo constante, ante cada paciente uno debe detenerse a analizar sus características, consultar la literatura y seleccionar lo mas adecuado para cada caso. Por tanto, en mi opinión, debe regularse su uso y estar en manos de médicos que conozcan al paciente globalmente.

 

               

La Dra. Renee Ribacoba realizando un tratamiento con EMT.

 

¿Qué patologías son subsidiarias de tratamiento con EMT?

El interés que desarrolló esta técnica culminó en el año 2008 con la primera aprobación de la FDA para su uso humano en la depresión mayor refractaria, a la que siguió la migraña refractaria, la fibromialgia, el dolor neuropático, el TOC o las adicciones. y en 2021 la ansiedad asociada a depresión.

               

En el ámbito de la neurología la EMT tuvo su primer hito en el año 2013 con la aprobación para el tratamiento de la migraña refractaria aguda/crónica.

 

Otro avance importante ha sido su implantación en el dolor neuropático, donde el abanico es muy extenso y los resultados alentadores, ya que en algunos casos se recomienda su uso previo al de terapias invasivas.

 

Hay estudios publicados en dolor medular, neuropatías periféricas severas, dolor regional complejo, dolor fantasma, dolor facial, etc. Es destacable el beneficio en el dolor central secundario a ictus y en el síndrome hombro-mano del mismo origen.

 

Otra ventaja nada desdeñable, es poder reducir medicación analgésica que suele producir sedación en muchas ocasiones.

               

La EMT en el campo de la Neurorrehabilitación

En Neurorrehabilitación, la EMT ocupa ya un espacio relevante en el ictus y en las afasias. Es conocido que las lesiones isquémicas agudas provocan un disbalance maladaptativo que se relaciona con la hipoexcitabilidad del hemisferio lesionado, con respecto a la hiperexcitabilidad que se desarrolla en el lado sano.

 

La EMT ayuda a restituir este desequilibrio, objetivándose una mejoría en el metabolismo de la zona afectada en los estudios con PET, que coincide con mejoría funcional de la hemiplejia.

 

Asimismo, cuando la EMT se suma a la Estimulación Cognoscitiva tradicional en pacientes con formas leves/moderadas de demencia frontotemporal o de enfermedad de Alzheimer, se mejoran mucho los resultados en la recuperación de funciones como velocidad de procesamiento, memoria de trabajo, lenguaje, etc. Se tratan de programas de terapia exigentes, pero ayudan a mantener al paciente activo más tiempo.

 

Es importante remarcar que con EMT intentamos modular y mejorar síntomas, no revertir una enfermedad degenerativa, para lo que no existe ningún tratamiento curativo.

               

La EMT en los trastornos de movimiento

Los trastornos de movimiento, sobre todo la enfermedad de Parkinson y la distonía cervical han sido muy estudiados y puede aliviar síntomas. Por ejemplo, el congelamiento de la marcha del parkinsoniano que no responde al tratamiento médico tiene una oportunidad con está técnica, porque como ya comentamos EMT repetida, produce un incremento de la liberación de dopamina en el estriado.

 

Asimismo, la depresión refractaria de los parkinsonianos tiene un nivel altísimo de respuesta, permitiendo reducir el tratamiento farmacológico en ocasiones. También se ha probado en síndrome de piernas inquietas, ataxia, etc. 

               

Aunque queda mucho por investigar, esta técnica se está posicionando y nos está enseñando mucho sobre las redes, las conexiones cerebrales y la forma de acceder a ellas.

                      

Por Dra. Renée Ribacoba Montero
Neurología

La prestigiosa Dra. Renée Ribacoba es licenciada en Medicina y especialista en Neurología. Concretamente, es experta en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson, ictus, demencias, trastornos de movimiento y cefaleas, entre otros. Expresidenta de la Asociación Neurológica Asturiana, ha participado en múltiples ensayos clínicos en enfermedades neurodegenerativas.

Con más de una década de experiencia, actualmente ejerce como especialista en el centro Neurofunción, con sede en Gijón y Oviedo. Anteriormente formó parte del Servicio de Neurología del Hospital Central de Asturias, además de colaborar en distintas investigaciones y realizar labores como docente. Finalmente, destacar que es miembro de distintas sociedades médicas, como la Sociedad Española de Neurología

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