Agorafobia, TOC, hipocondría y estrés postraumático, los tipos de ansiedad más frecuentes

Escrito por: Ana Asiain
Publicado:
Editado por: Sofía Berrón

La ansiedad es un tipo de miedo y se podría definir como miedo al miedo, es decir, a las reacciones físicas y psicológicas que este genera. Cuando hay una desconexión entre las necesidades físicas y emocionales se produce un desequilibrio que el cuerpo pide reestructurar mediante determinadas señales.

Estas sensaciones que se desarrollan a partir de los diversos tipos de ansiedad son muy desagradables e interpretamos que algo malo nos está sucediendo o está por suceder, por lo que empezamos a tener miedo de sentirnos así. Las sensaciones más frecuentes son taquicardia, sudoración, mareos y sensación de muerte, entre otras.

Es importante saber que nadie se ha muerto de ansiedad, ya que esta constituye una reacción normal del cuerpo y es mediante los ataques de ansiedad que realizamos una descarga física para recuperar el equilibrio necesario.

Es decir, la ansiedad implica un conjunto de reacciones físicas, emocionales y cognitivas que están relacionadas con la incertidumbre respecto a escenarios futuros. En algunos casos, estas sensaciones también pueden estar asociadas a quedarnos fijados en el pasado, lo que tiene un efecto devastador y nos limita para poder vivir el presente.

La agorafobia y la fobia social son dos de los tipos de ansiedad más frecuentes


 

¿Cómo diferenciar el estrés, el miedo y la ansiedad?

El miedo constituye una respuesta natural ante un estímulo que la persona considera peligroso, por lo que forma parte de la supervivencia del ser humano. El miedo activa la reacción física para huir de una situación determinada, con el fin de protegernos.

El estrés es una respuesta física del cuerpo y también tiene una función protectora, ya que nos ayuda a estar alerta durante un tiempo específico. Ante una posible amenaza del entorno, el cuerpo secreta cortisol y aumentamos el ritmo y la atención, de forma que podemos manejar determinadas situaciones de una manera más resolutiva y funcional.

Sin embargo, cuando el tiempo normal del estrés se prolonga, y forzamos nuestro cuerpo, la cantidad de cortisol que nuestro cuerpo puede soportar se sobra y se genera un efecto contrario. En este caso el cuerpo necesita descansar, ya que hemos superado el límite biológico, y se producen el distrés y los síntomas de ansiedad: el pensamiento pierde claridad, se desenfoca la atención y se descontrola el ritmo del cuerpo.

Los tipos de ansiedad se producen con el miedo y el estrés, aunque poseen también un componente cognitivo, es decir, los síntomas perduran por las interpretaciones cognitivas o pensamientos que formamos en relación a situaciones o escenarios futuros.

 

 

¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad?

Dependen de cada persona, pero, en general, son síntomas muy desagradables y por ello la persona afectada intenta luchar en contra de ellos, volviéndolos más intensos y prolongados en el tiempo.

Los tipos de síntomas más frecuentes son:

  • Dolores de estómago. 
  • Nudo en la garganta o en el estómago. 
  • Taquicardias. 
  • Mareos
  • Sudores fríos. 
  • Sensación de ahogo o falta de aire. 
  • Despersonalización (como si te vieras desde fuera o desde otra habitación).
  • Temblores. 
  • Insomnio.
  • Sensación de descontrol. 
  • Sensación de atragantarse.
  • Hormigueo en las extremidades. 
  • Visión borrosa. 
  • Miedo a morir.
     

¿Cuáles son los diferentes tipos de ansiedad?

  1. Agorafobia: es el miedo a sentirse atrapado o indefenso en caso de que nos de un ataque de pánico en un lugar o situación donde sentimos que no tenemos el control.
     
  2. Trastorno de ansiedad generalizada: son personas que se preocupan constantemente por todo, se crean miedos irracionales y hasta se preocupan por estar preocupados.
     
  3. TOC o Trastorno Obsesivo-Compulsivo: presentan pensamientos intrusivos y obsesivos, generando una ansiedad intensa que solo se calman ante ciertas conductas, rituales o manías. Las conductas más frecuentes son las de comprobación (estar constantemente chequeando si hemos cerrado el grifo, el gas o la puerta), las de higiene o ciertas manías.
     
  4. Fobia social: se trata de un rechazo o miedo a ciertas situaciones sociales debido a los sentimientos de inseguridad, vergüenza o preocupación por ser juzgado de forma negativa por los demás.
     
  5. Fobias específicas: se trata de un miedo irracional a algo específico.
     
  6. Hipocondría: es un miedo a enfermarse o morirse.
     
  7. Estrés postraumático: se produce ante una situación traumática. La persona tiene pesadillas y un miedo intenso a que le vuelva a ocurrir el mismo suceso que le produjo un estrés desproporcionado.
     

Ansiedad: ¿cómo es el tratamiento psicológico?

Cuando la persona que sufre ansiedad siente que no la puede gestionar, es recomendable que pida ayuda a un especialista en Psicología. Lo primero es entender que no podemos controlar ni superar la ansiedad, es decir, la forma de aprender a manejarla es aceptarla.

Lo recomendable es prestar atención a cuál es el mensaje que nos quiere transmitir, con el objetivo de poder cubrir las necesidades psicológicas, emocionales y físicas del cuerpo y la mente. De esta manera podrás empatizar con la ansiedad, ya que no pensarás que ha venido para fastidiarte sino para llamar la atención y cuidarte a ti mismo.

Por otro lado, es necesario revisar cuáles son los aspectos que hacen que la ansiedad siga presente de forma constante en la vida de una persona. En general, estas personas producen ciertas conductas para controlar, de alguna manera, las cosas que están en su entorno. El ejemplo más frecuente de esto son aquellas personas que necesitan hacer las cosas de determinada manera porque eso les aporta seguridad, de lo contrario se frustran o molestan. Ante estos casos, la forma de evitar las conductas mantenedoras sería exponerse a realizarlas de manera diferente.

En conclusión, la ansiedad se debe trabajar poco a poco, enfrentando los miedos y exponiéndose a ellos con herramientas emocionales adecuadas.

 

Por Ana Asiain
Psicología

Ana Asiain es una terapeuta familiar, acreditada por la FEAP y la FEATF, y coach educativo infanto-juvenil. Cuenta con una amplia experiencia en el tratamiento de los problemas de comunicación, problemas de conducta, problemas de gestión emocional, depresión y ansiedad. Además, también es experta en la terapia para personas extranjeras y terapia familiar.

Actualmente, cuenta con su propia consulta privada en Logroño.

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