La depresión y la ansiedad en el adolescente

Written by: Dra. Nieves Gómez-Coronado Suárez de Venegas
Published: | Updated: 17/03/2023
Edited by: Yoel Domínguez Boan

 

¿Qué diferencia la depresión de a ansiedad?

Todos experimentamos tristeza en algunos momentos, pero cuando pensamos la depresión, rápidamente aparece la imagen de una persona triste, que ha perdido su vitalidad y la capacidad de interesarse y disfrutar de las cosas, por lo que ha disminuido su actividad y tiende al aislamiento de manera persistente en el tiempo (no horas ni escasos días). Pero además, puede aparecer dificultad de concentración, sentimientos de inferioridad y pérdida de confianza en uno mismo, ideas de contenido negativo, pensamientos suicidas, pérdida de apetito y trastornos del sueño entre otros síntomas.

Por su parte, la ansiedad no es en sí misma una enfermedad, sino una respuesta fisiológica a una amenaza. Esta emoción nos prepara para la defensa o la huida aumentando nuestra frecuencia cardíaca, la presión arterial, las respiraciones por minuto… La ansiedad se convierte en patológica cuando es desproporcionada para la situación y demasiado prolongada provocando un malestar persistente en la persona y afectando a su funcionamiento.

 

 

¿Existen diferencias en la depresión y la ansiedad en el adolescente?

La imagen de la que antes hablábamos varía si nos encontramos ante niños y adolescentes. En prepúberes es más frecuente la irritabilidad, las quejas físicas como dolor de cabeza o de barriga, los miedos, fobias y ansiedad de separación y los trastornos de conducta.

Por su parte, en adolescentes es habitual encontrar ánimo triste e ideas de suicidio, irritabilidad, trastornos de la conducta incluidas conductas de riesgo, así como síntomas depresivos atípicos (hipersomnia, aumento de apetito, indiferencia y aplanamiento emocional). De este modo, muchos cuadros son interpretados como rebeldía adolescente, poco comprendidos por el entorno y, en consecuencia, no atendidos.

 

 

 

¿Por qué es importante un diagnóstico precoz de estos trastornos?

El diagnóstico y la intervención precoz son determinantes en la evolución de estos trastornos para evitar que supongan un gran coste personal, familiar, social y laboral. En ocasiones pueden llevar a consumo de sustancias u otras conductas de riesgo y, en el peor de los casos, al suicidio. 

En el caso de los adolescentes es importante destacar la herida que producen en la autoestima; la disminución del rendimiento académico, con el consecuente retraso en la formación, e incluso abandono de la misma; y llamativas conductas de riesgo que incluyen sexuales, drogas o autolesivas.

 

Depresión en el adolescente
Depresión en el adolescente
 

 

¿Cuáles son las principales causas por las cuales los jóvenes padecen depresión y/o ansiedad?

Los motivos por los que pueden desarrollar trastornos afectivos suelen relacionarse con conflictos escolares, experiencias de pérdidas (fallecimientos), soledad o cambios, situaciones conflictivas en el entorno (separaciones tórpidas o discriminación por raza), etc.

Sin embargo, no debemos olvidar que, en ocasiones, la depresión aparece sin ningún motivo aparente, e incluso se da en varios miembros de la misma familia, lo que muestra la importancia de los factores hereditarios y la base biológica.

 

 

¿Cómo nos podemos dar cuenta de que algo va mal? ¿Qué tratamientos se recomiendan?

Debemos prestar atención a los cambios de ánimo, comportamiento y rendimiento de los niños y adolescentes. Generalmente se muestran más irritables y tendentes al retraimiento, abandonando actividades de las que antes disfrutaban como salidas con amigos, extraescolares, etc. No nos dirán “es porque estoy triste”, es más frecuente que se muestren indiferentes y presenten síntomas físicos difusos.

No debemos esperar a que mejoren por sí solos. El tratamiento variará en función de la gravedad, relación con factores externos o no, presencia de comorbilidades como consumo de sustancias… Y, aunque no existe un protocolo estandarizado de tratamiento, contamos con evidencias científicas que apoyan la indicación de psicoterapia en los casos leves y la combinación con antidepresivos en los casos moderados y graves.

Entre las psicoterapias cabe destacar la cognitivo conductual y la interpersonal. La primera se centra en modificar los estilos negativos de pensamiento y conducta que contribuyen a desencadenar y mantener la depresión; mientras que la psicoterapia interpersonal permite identificar y manejar problemas específicos en las relaciones con los demás (familia, amigos…). Estos tratamientos psicológicos son llevados a cabo por psiquiatras y/o psicólogos clínicos.

Por su parte, los psicofármacos son prescritos por los psiquiatras, y los más utilizados en estos casos son los Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS). Este grupo de fármacos cuenta con numerosa evidencia científica respecto a su eficacia y seguridad, siendo bien tolerados y no causando dependencia.

Si desea más información, consulte con un especialista en Psiquiatría.

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By Dra. Nieves Gómez-Coronado Suárez de Venegas
Psychiatry

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