Todo lo que debes saber acerca del blanqueamiento dental
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¿Cómo es el proceso de un blanqueamiento dental?
El blanqueamiento dental es un tratamiento que consiste en modificar (aclarar) el color de los dientes, eliminando tinciones, bajando la saturación del color y ganando, sobre todo, en luminosidad. Se obtienen estos resultados aplicando principios activos en la superficie dental que liberan oxígeno (en diferentes concentraciones según el color dental).
¿Qué riesgos tiene este tipo de tratamiento?
Como todo procedimiento terapéutico médico, tiene que ser puesto en práctica de forma adecuada por un profesional de la Odontología que tenga los conocimientos, las habilidades y capacidades a la hora de diagnosticar, planificar y tratar a nuestros pacientes de forma adecuada. Es la alternativa terapéutica estética más conservadora que existe para modificar el color de nuestros dientes, sin que nuestros dientes, encías y mucosa sufran ningún tipo de alteración ni efecto secundario.
¿Tiene algunas contraindicaciones?
Más que contraindicaciones existen factores de exclusión al tratamiento. Es imprescindible antes de realizar un blanqueamiento dental tratar si existe patología dental (caries) o periodontal (encías). Otros factores de exclusión son pacientes menores de edad, embarazadas o en periodo de lactancia, así como los grandes fumadores.
¿Qué beneficios aporta al paciente?
Tener los dientes blancos es tendencia. Al realizar un blanqueamiento dental conseguimos cambiar la expresión facial de nuestros pacientes, consiguiendo sonrisas más amplias y luminosas, aumentando la seguridad y autoestima de todos los pacientes.
¿Qué cuidados debe seguir el paciente tras un blanqueamiento dental?
Ninguno en especial, sobre todo no fumar, ya que la buena higiene oral es imprescindible para prevenir todo tipo de enfermedades bucales y para que así los resultados del blanqueamiento perduren durante años. En resumen, podemos decir que los blanqueamientos dentales son muy efectivos, totalmente conservadores con las estructuras bucales y no producen ningún tipo de agresión ni al esmalte ni a las encías. Lo cierto es que si se siguen las pautas marcadas por su odontólogo, sus resultados pueden mantenerse durante varios años.
