¿Qué causa la sequedad del ojo?

Escrito por: Dra. Begoña Ortiz de Zárate
Publicado:
Editado por: Yoel Domínguez Boan

La patología de ojo seco se divide en dos grupos fundamentales:

 

  • Acuodeficiente, en el que la causa es una alteración en la producción de lágrima con una disminución del volumen o “cantidad” de lágrima. La edad, menopausia, uso de lentes de contacto, síndrome de Sjögren, determinadas medicaciones como ansiolíticos, antidepresivos, antihistamínicos, tratamientos para la hipertensión arterial.. son las causas más habituales.
     
  • El segundo tipo es el ojo seco evaporativo. Está causado por una rápida evaporación de la lágrima, hecho que lleva a una desprotección de la superficie ocular, inestabilidad de la película lagrimal con alteración en la calidad de visón y un daño potencial en la superficie ocular, con inflamación crónica y síntomas progresivos de malestar.

    La causa fundamental es la blefaritis o la disfunción de las glándulas de Meibomio, que son las encargadas de la producción de una capa grasa o lipídica que cubre la película de la lágrima y la protege de la evaporación.

 

Esta mala calidad de la lágrima, junto con una serie de cambios en los hábitos de vida, como pueden ser el uso de pantallas móviles, ambientes muy secos por calefacciones, aires condicionados… ha llevado a un aumento preocupante del número de pacientes con síntomas de ojo seco. De hecho, en los últimos años se ha convertido en la causa más frecuente de las consultas de Oftalmología. En la mayoría de los casos, ambos tipos están presentes en mayor o menor grado.

 

 

Consecuencias del ojo seco

La película lagrimal es fundamental porque “protege” la superficie ocular del potencial daño del estrés ambiental y es, en un ojo sano, la que nos da “calidad visual”, como por ejemplo sería el agua en un parabrisas.

 

Por lo tanto, las alteraciones en la cantidad y calidad de la lágrima van a producir síntomas de malestar que pueden ser leves como picor y escozor ocasional, sensación de arena o sequedad, lagrimeo e inestabilidad visual...

 

En el caso de que no se identifiquen y se traten preventivamente, pueden ir empeorando progresivamente con síntomas constantes, como puede ser el dolor ocular (dolor neuropático), que altera y condiciona la vida del paciente, su rendimiento laboral, o le incapacita para llevar a cabo actividades como la lectura, manualidades, ver la televisión, conducir y un largo etcétera, llegando en muchos casos afectar la estabilidad emocional del paciente.

 

Tratamiento de ojo seco con colirio
 

 

Tratamiento del ojo seco

Lo más importante es el diagnóstico de esta patología. Muchos pacientes no dan importancia a los síntomas, se “frotan” los ojos cuando les pican o ven borroso, van a la farmacia a que les manden algo que les alivie las molestias o el enrojecimiento, los confunden con alergia y tardan en ir al oftalmólogo.

 

Y por otra parte, los oftalmólogos no deben fiarse sólo de los síntomas del paciente, que pueden inducir a error, sino buscar los “signos” en la exploración que nos haga detectar un daño inicial en la superficie, que algunas veces “no da la cara” en un exploración de rutina y que se pueden manifestar tras una situación de cambio como es una cirugía refractiva (láser, cirugía de cristalino con lentes multifocales..), defraudando las expectativas de un paciente que no estaba advertido previamente de su problema de sequedad. 

 

La exploración de párpados, estado de las glándulas de Meibomio o la presencia de blefaritis, el uso de las tinciones para valorar el tiempo de evaporación de la lágrima y la presencia de tinción positiva, nos hacen detectar una enfermedad de ojo seco en sus fases iniciales que con los adecuados consejos, pueden evitar o controlar su progresión.

 

El tratamiento será escalonado, con terapia sustitutiva con lágrimas artificiales de diferente composición según el tipo de ojo seco, fomentos calor e higiene palpebral con toallitas o espumas y geles, suplementos alimentarios con omega 3, antiinflamatorios, tapones lagrimales, soluciones como el suero autólogo o el Plasma rico en plaquetas (PRP).

 

Si se da un caso en el que existe daño más severo de la superficie ocular, el tratamiento será a partir de lentes de contacto terapéuticas...

 

Se debe personalizar el tratamiento en función del tipo y severidad de ojo seco y si hay o no inflamación crónica y, para eso, se necesitan pruebas diagnósticas específicas (LIpiview, Keratograph...) Test de osmolaridad, Schirmer, tinciones, encuestas como OSDI o Speed.

 

Hoy en día se dispone de terapias físicas nuevas para la disfunción de Glándulas de Mebomio como Lipiflow o tratamientos con luz pulsada (IPL).

 

 

¿Puede derivar el ojo seco en patologías más graves?

Sí, la falta de valoración, diagnóstico y tratamiento pueden conducir al paciente a entrar en un “círculo vicioso” donde la disminución de lágrima junto con la excesiva evaporación de ésta, asociado a factores ambientales, laborales.

 

Esto lleva a una pérdida del equilibrio u “homeostasis” de la lágrima, con una secuencia de acontecimientos: aumento de la osmolaridad de la lágrima, daño en las células de la superficie con queratoconjuntivitis seca, de los que el paciente no puede salir sin la ayuda del especialista en superficie ocular.

 

Es, por otra parte, imprescindible, conocer las enfermedades del paciente (diabetes, hipotiroidismo, reumatismo, dermatitis atópica...) y sus síntomas asociados, como puede ser la sequedad bucal, la tumefacción y/o los dolores articulares, la fibromialgia... Estas hacen necesario enviar al paciente a estudio de Medicina Interna o de Reumatología para descartar una patología inmunológica.

 

El Síndrome de Sjögren, que se diagnostica tarde y mal y puede poner en riesgo la salud general del paciente si no se diagnostica.

 

 

¿Se puede evitar la sequedad del ojo?

Saber qué pacientes tienen más riesgo de padecerlo, como los antecedentes de blefaritis y orzuelos en la infancia, la dermatitis seborreica o dermatitis atópicas, el uso continuado de lentes de contacto, enfermedades como diabetes, hipotiroidismo, depresión, pacientes multi-medicados, fibromialgia, uso de CPAP por apnea de sueño, menopausia... También los factores ambientales como el trabajo continuado con pantallas, ambientes refrigerados por aire... y pacientes con un aumento de la frecuencia de parpadeo y tics, nos deben poner en la pista para realizar una correcta educación de las medidas preventivas que debe realizar el paciente para evitar pasar de una sequedad ocular a lo que denominamos “enfermedad de ojo seco”.

 

Ya que no existe una curación para esta patología, es importante enseñar al paciente como poderla controlar y que no convierta en algo que condicione su calidad de vida y su rendimiento laboral.

Por Dra. Begoña Ortiz de Zárate
Oftalmología

La Dra. Ortiz de Zárate es una destacada oftalmóloga, directora de la Unidad de Superficie Ocular. Es experta en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades que tienen que ver con el ojo seco, uveítis, y todas aquellas que requieran de un diagnóstico fiable.

Combina su labor médica con la docencia, impartiendo clases en el Departamento de Formación de Laboratorios Alcon-Cusí sobre técnicas quirúrgicas avanzadas y en el Centro de Enseñanzas Informáticas. Además, ha participado como autora y coautora de publicaciones y artículos científicos. 

 

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