¿Por qué son tan importantes los desfibriladores automáticos?

¿Cómo actúa un desfibrilador automático con una persona que acaba de sufrir un infarto?

Una de las principales y más graves complicaciones de un infarto agudo de miocardio es la aparición de una fibrilación ventricular. La fibrilación ventricular es una arritmia que, salvo en ocasiones muy excepcionales, sólo puede ser tratada mediante la desfibrilación. De no poder desfibrilar de forma precoz, el resultado suele ser el fallecimiento de la persona.

¿Es beneficioso para la población que haya desfibriladores automáticos en lugares públicos?

Por supuesto que es muy beneficioso. La fibrilación ventricular, adecuadamente tratada, es una complicación que no suele dejar secuelas. Sin embargo, sin tratar, lo más probable es que conduzca a la muerte de la persona.

¿Qué sentido tiene esto si las personas de a pie no saben utilizarlo?

Los desfibriladores actuales los podemos encontrar en el metro, medios de transporte, supermercados, recintos deportivos etc. Estos son muy sencillos de emplear: sólo se deben seguir los pasos que una locución automática va indicando.

¿Se puede hacer uso de un desfibrilador automático sin los conocimientos adecuados? ¿Puede ser esto perjudicial para la persona que sufre el infarto?

Podemos decir que los desfibriladores son muy seguros. Sólo van a desfibrilar si el ritmo que detectan es apropiado. Si no lo es, no descargan. Por tanto, a lo único a lo que debe tener miedo una persona que no sea personal sanitario es a no usarlo. Una persona con una fibrilación ventricular se puede decir que lo tiene todo perdido. Sólo una adecuada y precoz desfibrilación será capaz de hacer que esa persona viva.

¿En qué lugares deberían estar colocados estos desfibriladores?

La respuesta es fácil: cuantos más, mejor.