Neuropsicología y tratamiento del dolor emocional en la infancia

Escrito por: Mónica Villar Guisado
Publicado: | Actualizado: 10/02/2023
Editado por: Yoel Domínguez Boan

El dolor emocional es una sensación de gran sufrimiento interno, generado por una situación traumática o adversa. A veces puede ser adaptativo, ya que nos lleva a evitar o a buscar protección ante estas situaciones. Sin embargo, cuando este sufrimiento se prolonga en el tiempo o supera a las capacidades y recursos personales, puede provocar incluso problemas fisiológicos. 

 

 

¿Qué causa el dolor emocional en los menores y adolescentes?

Vivir situaciones traumáticas, experiencias adversas o padecer altos  niveles de estrés causadas por situaciones como por ejemplo, enfermedad, fracaso escolar, separación o divorcio en la familia, pérdida de figura afectiva de referencia, violencia intrafamiliar, acoso escolar, cambios de domicilio, falta de recursos económicos y en los últimos dos años, las restricciones que hemos tenido para paliar los efectos de la pandemia y sus consecuencias también han causado en algunos casos mucho dolor emocional susceptible de ser tratado.

 

Además, hay otro gran grupo de menores que pueden sufrir dolor emocional. Son los afectados por el daño cerebral adquirido (TCE, anoxias, ictus, tumores o infecciones) o aquellos que padecen trastornos del neurodesarrollo (trastornos del desarrollo intelectual, trastorno de la comunicación, TEA, TDAH, trastornos específicos del aprendizaje y trastornos motores). En estos casos, además de los problemas físicos y neurocognitivos que nos encontramos, es muy importante atender a las alteraciones emocionales y las respuestas conductuales que se estén dando en el menor, así como en la repercusión que tienen en su entorno más cercano.

 

 

¿Cuáles son las consecuencias del dolor emocional?

Aunque la causa del dolor emocional sea diferente, la sintomatología puede ser la misma, con variaciones en la intensidad y en la forma de manifestarse.

 

Además de sintomatología física (taquicardias, cefaleas, dolor abdominal, sudores y escalofríos…), el niño y adolescente puede mostrar este dolor emocional de tres formas diferentes o combinadas. En primer lugar, con indicadores emocionales como ansiedad, depresión, preocupación, baja autoestima, miedo, ira, culpa, desregulación emocional, sentimientos de abandono y pérdida. En segundo lugar, a través de alteraciones cognitivas como falta de atención y concentración, problemas de memoria, bajo rendimiento escolar por dificultades de aprendizaje, alteración de la psicomotricidad fina y disfunción ejecutiva. Y en tercer lugar con dificultades en la relación social como desconfianza hacia los otros, agresividad, dificultades para la cognición social, falta de empatía, abandono escolar…

 

La principal diferencia con respecto a los adultos, es una mayor irritabilidad y la presencia de conductas disruptivas en diferentes ámbitos como colegio y familia.

 

Dolor emocional infantil
El dolor emocional tiene su origen en situaciones traumáticas o experiencias traumáticas
 

 

¿Qué aporta la neuropsicología al tratamiento del dolor emocional?

Las investigaciones neurocientíficas sobre este tema, señalan una relación entre el dolor emocional en la infancia y/o adolescencia y cambios en la estructura y/o funcionamiento de determinadas áreas cerebrales. Esto ha provocado un cambio en el abordaje de la salud mental infanto-juvenil.

 

Por ejemplo, en el caso de los trastornos del neurodesarrollo, la intervención no se centra sólo de la rehabilitación neuropsicológica de las funciones mentales superiores (lenguaje, atención, memoria, praxias, función ejecutiva…) sino que incluye una intervención terapéutica global para afrontar las consecuencias de las alteraciones anteriormente mencionadas y minimizar el impacto presente y futuro de las mismas, mejorando de esta forma la calidad de vida del menor y su familia así como la interacción con su entorno.

 

Entender cuál es la respuesta neuro emocional ante una situación adversa en el niño y adolescente, analizar las causas de ese dolor, explorar las capacidades y recursos personales y ambientales, así como las capacidades cognitivas que puede tener o alcanzar el menor para una mejor gestión del sufrimiento, puede ser una gran ayuda a la hora de elegir la técnica a utilizar en la terapia.

 

 

¿Cuáles son las técnicas que se utilizan para reducir o eliminar el dolor emocional en niños y adolescentes?

Lo primero que hay que hacer es tener en cuenta la edad del menor y su forma de comunicar y expresar la emoción. Con los más pequeños, se utilizarán los cuentos, el juego, el dibujo, la música… mientras que, con los más mayores, el diálogo, la lectura terapéutica, videos, role-playing, programas diseñados y estructurados para la intervención terapéutica…

 

La activación de los sistemas de recompensa y motivación, la optimización de la capacidad de regulación emocional y afrontamiento del estrés, el entrenamiento de reacciones psicológicas para llegar a una adecuada gestión emocional, herramientas para el manejo de la hipersensibilidad e hiperreactividad a determinadas situaciones, el control de los procesos interoceptivos y la modificación de conducta orientada a la eliminación de conductas disruptivas son sólo algunas de las técnicas que se usan en terapia para que junto con el entorno (familia y escuela principalmente) podamos  acompañar al menor y al adolescente hacia a una adaptación más saludable ante las circunstancias adversas a las que se esté enfrentando.

 

 

Por último, ¿cuándo se debe acudir a un profesional?

Ante una situación adversa, hay padres que acuden para adquirir formación y herramientas y poder así prevenir el dolor emocional y el impacto que la situación por la que estén pasando pueda tener en la familia.

 

Pero en la mayoría de los casos, acuden a consulta cuando hay manifestaciones orgánicas o el sufrimiento es de tal magnitud que se evidencia un cambio en la forma de ser y comportarse del menor.

 

El dolor emocional es inevitable, y al igual que el dolor físico avisa de un problema orgánico, el dolor emocional nos avisa de una situación que nos genera sufrimiento y nos preparar para evitarla o buscar ayuda. Cuando este sufrimiento se prolonga en el tiempo y observamos que aparecen los síntomas anteriormente descritos, es el momento de acudir a un especialista en Psicología infantil.

Por Mónica Villar Guisado
Psicología Infantil y Juvenil

Mónica Villar Guisado es una reputada psicóloga en Vigo que cuenta con más de 20 años de experiencia profesional. Actualmente, forma parte del cuadro médico del Hospital Ribera Povisa de Vigo, donde es especialista en neuropsicología, psicología general sanitaria, pedagogía y trastornos de la personalidad, entre otros. 

Se licenció en Psicología por la Universidad del País Vasco, y posteriormente obtuvo el Diploma de Estudios Avanzados en Psicología vinculado al área de conocimiento, personalidad, evaluación y tratamiento psicológico. Cursó el Máster en Neuropsicología Clínica de Infantil y Adultos impartido por la Universidad Autónoma de Barcelona y obtuvo en el año 2017, la acreditación profesional de psicóloga experta en Neuropsicología clínica por el Consejo General del Colegio Oficial de Psicólogos y la Comisión Nacional de Acreditación Profesional. Durante las últimas dos décadas ha realizado números cursos para ampliar sus conocimientos tanto en el ámbito sanitario como educativo.

La Sra. Villar Guisado cuenta con más de 4000 horas de experiencia en la evaluación y el tratamiento neuropsicológico de trastornos cognitivos y emocionales y ha compaginado su trabajo en el ámbito sanitario con la orientación educativa y la docencia en centros de educación secundaria y en ciclos superiores de formación profesional. Actualmente trabaja en la Unidad de Psiquiatría y Psicología de la Infancia y la Adolescencia del Hospital Ribera Povisa en Vigo.

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