El impacto de las redes sociales en los trastornos de conducta alimentaria

En los últimos años se han incrementado los trastornos de la conducta alimentaria. Se ha experimentado un progresivo cambio de valores entre los adolescentes y jóvenes de cara a lo que se necesita (según la sociedad) para ser una persona de éxito y la exigencia de este mismo hecho. Además, el encierro y el efecto de las redes sociales han provocado que los casos de TCA aumenten, sumando a esto un gran aumento de este tipo de trastornos una vez finalizado el confinamiento.

Los avances tecnológicos nos hacen ser personas cada vez más sedentarias, ayudados por el uso continuado de ordenadores y teléfonos móviles, tanto para trabajo como para entretenimiento.

Esto sumado al ritmo vertiginoso de “todo rápido, ya”, influye en aspectos como unos hábitos alimentarios pobres (comida rápida: muchas calorías, azúcares refinados, productos ultraprocesados), en detrimento de alimentos con mayor aporte nutricional (frutas, legumbres, etc.) que suelen requerir de algo más de tiempo para su preparación e ingesta.

No olvidemos que los alimentos tienen aspectos atrayentes para los humanos: nos atrae una forma, un olor, una textura, etc. En este sentido, la comida es algo más que pura supervivencia (en condiciones normales), ya que tiene componentes agradables y placenteros. Sin embargo, cuando se nos va de las manos se vuelve un problema, provocando estados de impulsividad, de ansiedad y emociones como culpa o tristeza, entre otros aspectos.

¿Cómo influyen las redes sociales en el aumento de este tipo de trastornos?

Uno de los mayores problemas que provocan las redes sociales en personas más susceptibles de desarrollar un TCA o mantener la enfermedad ya instaurada es el exceso de información nociva que se comparte en ciertos grupos creados a este efecto. Muchos de ellos no tienen moderación de contenidos ni tipo de usuarios, apoyándose muchas personas en conductas destructivas para sí mismas, pero que son “justificadas” de cara a ciertos “logros” como pueden ser una disminución excesiva de peso, supuesto autocontrol de la ingesta, modelos “apropiados” de belleza que asemejan cierta imagen física al éxito en la vida, etc.

Además, recordemos que el uso excesivo de las nuevas tecnologías, y en este caso de las redes sociales (cada vez es menor la edad de inicio), suele provocar un mayor aislamiento social a nivel de relaciones “cara a cara”, menor socialización y aprendizaje de normas mediante el juego entre iguales, lo que conlleva problemas muy variados, entre otros aspectos.

¿Qué signos pueden ayudarnos a identificar que estamos ante un TCA?

Si bien es cierto que la edad es un factor muy a tener en cuenta en la aparición de este tipo de trastornos (sobre la adolescencia, mayormente) hay una serie de pistas que nos pueden ir encaminando hacia un posible TCA, como son:

• Obsesión por conseguir o mantener una delgadez extrema.
• Obsesión por las calorías, prohibiéndose cierto tipo de alimentos.
• Utilizar medidas compensatorias para lograr estas obsesiones (vómitos, excesiva actividad física, uso inapropiado de diuréticos, laxantes, cambios bruscos de humor...). 

A estos factores pueden añadirse el miedo al rechazo por parte de los demás, falta de autoestima y poca asertividad, necesidad de perfeccionismo o excesiva sensación de fracaso tanto en lo académico como en la vida. Todo esto expresa una necesidad de control en su vida, intentando conseguirla a través de la comida y con una mayor rigidez mental.

Cuando empiezas a “tontear” con la comida creyendo que puedes manipular tu cuerpo es cuando metes la pata, como si la carga genética pudiera manipularse a nuestro antojo.

¿Qué encontramos en un Trastorno de Conducta Alimentaria?

• Baja autoestima.
• Sentimiento de fracaso.
• Búsqueda de perfección.
• Ansiedad.
• Obsesión.
• Sufrimiento.

¿Qué debemos hacer en caso de identificar dichos síntomas o algunos de ellos?

Siempre acudir a especialistas en TCA (Trastorno de la Conducta Alimentaria) para que puedan pararlo lo antes posible. Ante una posible duda sobre si puede que alguien tenga este problema tome cita en su médico de cabecera y que le derive a los profesionales necesarios, o bien tome cita directamente con los especialistas por lo privado.

Los profesionales implicados en el tratamiento de un Trastorno de la Conducta Alimentaria son, en base: Psicólogo/a, Psiquiatra y Endocrino o Especialista en Nutrición. El trabajo en equipo de estos profesionales siempre dará resultados muy positivos, dependiendo de la gravedad del trastorno.

¿Qué consejos pueden seguir los familiares y amigos de una persona que sufre un TCA?

Es cierto que la educación del paciente, su familia y amistades o personas cercanas al mismo, es clave para que la persona consiga deshacerse antes y lo mejor posible de esta problemática.

Para ello, podemos tener en cuenta, entre muchos aspectos:

• Recordar que un TCA es un trastorno mental grave, pero la persona no está “loca”.
• Escuchar mostrando comprensión y empatía, no mostrarse como “enemigo”.
• Tener una actitud y conducta lo más neutral posible, no juzgando, pero mostrando la necesidad de una opinión profesional sobre el tema.
• Tener mucha paciencia y constancia.
• Acudir a un profesional en este campo ante la primera sospecha.