¿Cómo impacta el uso excesivo de redes sociales en la salud mental de las personas?

Desde que las redes sociales han llegado a nuestras vidas se han convertido en una ventana en la que mostrar lo que somos y lo que hacemos. Si es cierto que tienen gran influencia en los adolescentes/jóvenes no es menos cierto que también la tienen en los adultos.

Pero deberíamos saber que esta ventana no representa la realidad al 100%. Muestran una parte, sólo una apariencia, todo está idealizado. Todo el mundo pasa por dificultades y con frecuencia estos problemas no se comparten de forma pública.

Cuando vemos publicaciones de conocidos en sus vacaciones, o simplemente disfrutando de cualquier actividad, se puede creer que nuestra vida es aburrida y que la del resto es mucho mejor.

No podemos olvidar que el uso de las redes sociales está asociado con los aspectos psicológicos y estos a la vez tienen consecuencias tanto positivas como negativas.

Estas conductas pueden activar el hábito de la comparación y empezar a generar imágenes poco realistas del propio físico. Es un factor de riesgo para la autoestima de las personas. Esta situación podría acabar en la búsqueda de la perfección de uno mismo y finalizar en un trastorno de ansiedad.  

El ejercicio de comparación puede facilitar la aparición de complicadas consecuencias emocionales. Pueden asomar la frustración, la tristeza e incluso la rabia y, todo esto a la vez, podría alimentar la baja autoestima de la persona. Asimismo, puede favorecer los trastornos depresivos y alimentarios.

Por otra parte, si los que realizamos las publicaciones, fotos, videos, etc. somos nosotros, el hecho de recibir “likes” nos provocará una gratificación inmediata, hará que nos sintamos aceptados por los demás y que cada vez queramos más. Por consiguiente, las redes sociales son las responsables de que nuestro bienestar dependa del exterior. Es decir, nuestra felicidad estará en manos de personas que nunca formarán parte de nuestro día a día.

Hay que destacar que otro factor importante es la frecuencia y tiempo de uso de las redes sociales. A mayor uso, mayor nivel de influencia tendrán.

Desafíos y beneficios de los servicios de salud mental en línea

En los últimos tiempos, a consecuencia de la pandemia de la covid-19 que trajo consigo varios cambios en nuestras vidas, el uso de las nuevas tecnologías y dispositivos móviles para solicitar ayuda psicológica empezó a tener una creciente popularidad. Las terapias psicológicas online comenzaron a emerger y los psicólogos tuvimos que adaptarnos a esta situación.  

A pesar de que no contamos con suficientes estudios científicos para llegar a una conclusión óptima habría que tener en cuenta algunos factores como son: el tipo de trastorno mental, el perfil del paciente, las distintas orientaciones psicológicas disponibles y los modos en que la terapia se puede llevar a cabo (videollamadas, llamadas telefónicas, chat, etc.).

Una de las orientaciones psicológicas más estudiadas sobre este tema ha sido la terapia cognitivo-conductual y los resultados apuntan a que es exactamente igual de eficaz online como presencial. Sobre todo, para abordar trastornos como, entre otros, la ansiedad, la depresión o la baja autoestima.

Beneficios

• Mayor facilidad de acceso a personas que viven en zonas rurales, fuera de nuestras provincias o de nuestro país.
• El ahorro de tiempo y costes de desplazamiento. También facilitaría el acceso a la terapia de esas personas que tienen dificultades de movilidad.

Es importante destacar que los pacientes jóvenes son la población que en mayor medida prefieren este tipo de terapia a diferencia de la terapia presencial.

Desafíos

• La confidencialidad y la privacidad de datos que se podrían ver afectados en función de la plataforma utilizada para llevar a cabo la videollamada.
• La terapia online podría no estar al alcance de todo el mundo y esto podría crear desigualdades en cuanto a la atención de la salud mental.
• No se aconsejan tratar determinados trastornos psicológicos con terapia online, sobre todo los que sus psicopatologías están basadas en la manipulación, como es el caso de trastornos de conducta alimentaria o algún trastorno de personalidad.
• Algunos expertos no aconsejan emplear en las terapias online herramientas que puedan provocar emociones intensas, ya que se reduciría la eficacia de la intervención tanto en emergencias como en situaciones críticas al no poder acompañarlos de manera eficaz en la distancia.
• En algunos casos, puede generar una posible confusión para comprender el discurso del paciente y provocar efectos negativos en la calidad del proceso terapéutico.
• Los terapeutas, sin experiencia en la modalidad online, podrían sentir que disminuye la calidad de su intervención.
• La terapia a través de un chat tendría muchos inconvenientes. El psicólogo perdería una información muy valiosa como es el lenguaje no verbal del paciente. Además, se encontraría con la dificultad de generar un vínculo óptimo de confianza en el tratamiento, al contrario de la videollamada que sería más eficaz y mucho más cálida para terapeuta y paciente.

¿Qué papel juegan los videojuegos y la interacción en línea en la salud mental, particularmente en términos de adicción y comportamientos agresivos?

Los videojuegos pueden ser una herramienta muy favorecedora para el desarrollo cognitivo de nuestros adolescentes. A veces nos aleja de las obligaciones, aunque su uso problemático puede llegar a convertirse en una adicción.

Cuando suceden hechos trágicos en nuestra sociedad cometidos por jóvenes, la causa mayoritariamente se achaca a la violencia que consumen los jóvenes en los videojuegos. 

Sin embargo, para la mayoría de los profesionales parece que no siempre el origen es ese. En este sentido nos encontramos con algunos conflictos entre aquellos.

Algunas investigaciones nos advierten que dedicar mucho tiempo a jugar con videojuegos en la etapa adolescente puede favorecer la ira y las conductas que podrían acabar en agresiones verbales. Pero no está clara la relación entre jugar con videojuegos y cometer actos trágicos como un asesinato o un tiroteo. Al parecer la solución está en el tiempo de consumo más que en su contenido.

Es importante señalar que la venta de videojuegos está regulada mediante un sistema de clasificación que dota a estos productos de información orientativa sobre la edad adecuada para el consumo y el contenido que incluye. 

Algunos autores concluyen que la relación entre jugar con videojuegos y la conducta violenta dependerá de la asociación entre variables genéticas, psicológicas y ambientales, así como del estilo de crianza del joven.  De esta manera ejemplifican que un niño criado en un entorno hostil y consumidor de videojuegos violentos tendrá más posibilidades de conductas violentas que otro niño expuesto al mismo videojuego, pero con un estilo de crianza distinto.

¿Cómo pueden las tecnologías emergentes, como la IA y la realidad virtual, contribuir a la mejora de la salud mental o a la detección temprana de problemas psicológicos?

La inteligencia artificial (IA) y la realidad virtual son herramientas digitales que se utilizan para brindar apoyo emocional y psicológico a las personas.

La realidad virtual es una herramienta muy útil en el tratamiento de los trastornos de ansiedad como fobias, agorafobia y miedo a hablar en público. Permite enfrentar a la persona a sus temores en la consulta, en un ambiente controlado, pudiendo también monitorizar los niveles de ansiedad mediante biofeedback, ofreciendo así mayor precisión y la posibilidad de adaptar la exposición de forma personalizada. En Psicomaster utilizamos el apoyo de herramientas de realidad virtual con muy buenos resultados.

Respecto a la Inteligencia artificial (IA):

• Nos puede ayudar a mejorar la detección temprana de los problemas psicológicos mediante una autoevaluación y un diagnóstico preciso.
• De la misma forma nos pueden ofrecer terapia guiada basada en técnicas psicológicas como la terapia cognitivo-conductual (TCC), la terapia dialéctica conductual (DBT) y la terapia de aceptación y compromiso (ACT).
• A la vez pueden ayudarnos a monitorizar el estado de ánimo y a identificar qué factores pueden desencadenar los problemas de salud mental.
• Igualmente, pueden proporcionarnos recursos educativos sobre salud mental, como información sobre diferentes trastornos, técnicas de afrontamientos y consejos para el bienestar.

Las plataformas de IA tienen el potencial de revolucionar el acceso a la atención de la salud mental y de apoyar a las personas que vivan alejadas de las grandes poblaciones o que no puedan acceder económicamente a la atención psicológica tradicional.

Aun así, nos vemos en la obligación de explicar que las plataformas de inteligencia artificial para ofrecer terapias psicológicas todavía se encuentran en una fase de experimentación y que cuentan con algunas consideraciones éticas, como son las preocupaciones sobre la privacidad y seguridad de los datos del paciente. A la hora de interpretar los datos a través de complejos algoritmos, nos preguntamos sobre la validez de los resultados. Es fundamental para que se pueda garantizar el bienestar de los pacientes.

Por todo esto, la colaboración de los profesionales de la salud mental y los sistemas de IA debe ser crucial para conseguir un buen enfoque integral y ético. Si bien la plataforma IA puede ser una herramienta muy útil, no puede reemplazar la experiencia, la calidez, el trato humano y el juicio clínico de los profesionales de la salud mental.  

El impacto de la exposición a noticias estresantes a través de plataformas digitales en la salud mental: ¿cómo se pueden mitigar los efectos negativos?

Como ya explicamos anteriormente, las redes sociales nos proporcionan una ventana para mantener la conexión con el mundo. Pero a la vez puede convertirse en una fuente de ansiedad y estrés.

La constante necesidad de recibir “likes” y comentarios hace que nos comparemos socialmente con otras personas, lo que puede hacer que aumente la sensación de ansiedad y la sensación de “no ser suficiente”.

Además, la exposición constante a contenidos negativos, a noticias estresantes o a los conflictos que se generan por la red puede contribuir a desarrollar ansiedad y depresión.

Es necesario mantener un equilibrio saludable en el uso que hacemos de las redes sociales para proteger nuestra salud mental siempre. Si el contenido al que nos exponemos es conflictivo o desagradable todavía con mayor razón. 

Algunas de las pautas que podemos empezar a poner en marcha para que este impacto negativo no nos afecte sobremanera son: establecer límites de tiempo de exposición, poner en práctica relaciones fuera de las redes sociales, desconectarlas en algunas franjas horarias y aprender a seleccionar nuestras conexiones.