¿Cómo funciona la terapia de aceptación y compromiso?

Escrito por: Silvia Fernández Bernárdez
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Editado por: Top Doctors®

La terapia ACT (Terapia de Aceptación y compromiso) se encuentra dentro de las llamadas terapias de tercera generación. Estas últimas provienen de la terapia de comportamiento; sin embargo, se diferencia de la misma mediante la conjunción de la siguiente premisa: “no se centran en la eliminación, cambio o alteración de los eventos privados (pensamientos, emociones, recuerdos, sensaciones…), sino en la alteración de la función psicológica del evento en particular” (Hayes et al., 1999; Luciano et al., 2004).

 

Las herramientas en ACT se basan en metáforas, paradojas y ejercicios experienciales

 

Premisas básicas de la ACT

1.  El sufrimiento humano es inevitable, universal, forma parte de la vida y es inherente a la condición humana.

2. Una parte del sufrimiento humano viene del lenguaje.

3. La mayoría de las experiencias internas (o eventos privados: pensamientos, emociones, recuerdos, sensaciones…) no deseados no se pueden eliminar ni controlar.

4. El problema es el intento de control de los eventos privados (es decir, la lucha por eliminar el malestar, los sentimientos dolorosos y pensamientos negativos o desagradables).

5. Lo que sí se puede controlar es la conducta y aprender habilidades para manejar pensamientos y sentimientos de forma mucho más efectiva.
 

Teniendo en cuenta tales premisas resulta fundamental la contextualización de la terapia. A diferencia de otro tipo de terapias, la relación terapéutica cobra otro sentido. El terapeuta ya no va a ser alguien “superior”, que lo sabe todo, cuya función es la resolución de los problemas, sino que va a ser alguien que, junto al paciente, va a trabajar como equipo, siguiendo y teniendo de guía los valores del paciente, maximizando la fortaleza de la persona para llevar adelante su vida.
 

¿En qué casos se realiza?

La Terapia de Aceptación y Compromiso, debido al hecho de ser la más completa de las TTG (Terapias de Tercera Generación) y por ser la única que está íntimamente relacionada con una moderna teoría que aborda el estudio del lenguaje y la cognición humana (teoría  conocida como la Teoría del Marco Relacional (Relational Frame Theory o RFT: Hayes, Barnes-Holmes y Roche, 2001), ha sido aplicada con eficacia en problemas tan diversos como: ansiedad, alcoholismo, trastornos alimentarios, dolor crónico, trastornos obsesivos compulsivos, fobia social, consumo de drogas, en problemas psico-oncológicos, depresión, esquizofrenia y brotes psicóticos, esclerosis múltiple, trastornos de la personalidad, estrés laboral, diabetes, problemas de hiper-sexualidad, en violencia de pareja, en tricotilomanía, en epilepsia, en casos de burnout, en estados post-operatoriasrendimiento de actividades deportivas o ajedrecístico

 

¿Cómo funciona la terapia?

Desde la primera sesión los especialistas en Psicología recogemos información acerca de la experiencia previa del paciente (por qué sufre, intensidad de tal sufrimiento, intentos previos de cómo la persona ha intentado aliviar su malestar y qué le ha funcionado o no…). El terapeuta se compromete a ayudar al paciente a alcanzar una vida lo más rica posible en cuanto a los propios valores de la persona.

 

Las herramientas en ACT se basan en metáforas, paradojas, ejercicios experienciales… De tal forma que el paciente tiene siempre una parte activa en todo el proceso. No se trata de que el experto ofrezca un discurso dialéctico, sino que el paciente pueda vivir e integrar su propia experiencia.

 

Tanto la evaluación como la intervención se van a basar en distintos vértices sobre los que se sustenta el trabajo terapéutico en ACT:

 

  • Atención flexible al momento presente: ¿está en contacto con el momento presente? ¿Qué podría traerle al presente?
  • Aceptación: es importante señalar que la aceptación en ningún caso es resignación.

¿Qué evita o trata de evitar el paciente: emociones o sentimientos, pensamientos o recuerdos, sensaciones? ¿Cómo lo evita?

  • Valores: valorar hasta qué punto somos conscientes de nuestros valores (es decir, la dirección de nuestra vida).
  • Defusión: si el paciente muestra un exceso de pensamientos evaluadores, juicios, categorías conceptuales (“buenos y malos”), uso excesivo de “dar razones”, exceso de importancia de “comprender, entender las cosas, intolerancia a la incertidumbre...”.
  • Compromiso con la acción: desde lo que podemos cambiar y desde donde tenemos realmente control.
  • Yo como contexto: “yo soy…”, “yo siempre he sido”. Cómo me defino y en base a qué.

 

Todos ellos desde el contexto de flexibilidad cognitiva siguiendo los puntos que se indican a continuación:

 

  • Generar desesperanza creativa (es decir, que sea consciente el propio paciente de por qué no le ha funcionado la estrategia seguida por él mismo hasta ahora).
     
  • Que el paciente comprenda que el control es el problema.
     
  • Contacto experiencial con los eventos privados a través de la aceptación y exposición.
     
  • Desarrollar voluntad de aceptación. Trabajar con el paciente el coste de la evitación.
     
  • Clarificar valores.
     
  • Poner en marcha una agenda de cambio a través de acciones comprometidas. Así como establecer metas específicas consistentes con tales valores.
     
  • Planificar y llevar a cabo acciones comprometidas, contactando con las barreras del paciente.
  • Disolver las barreras a través de la aceptación, la defusión y otras estrategias.
     
  •   Generalizar a otros contextos.

 

Pautas y frases que nos pueden ayudar

La mayor parte de nuestros pacientes vienen en general con un objetivo claro, como, por ejemplo: “quiero que me quites la ansiedad, los pensamientos que me incomodan, esta sensación de malestar…”.

 

Sin embargo…

 

  • Los intentos de control que mantiene sobre sus eventos privados, lo que cree que debe hacerse no es la solución a su problema, sino que dichos intentos de control forman parte intrínseca del problema mismo.
  • “La felicidad y la libertad comienzan con la clara comprensión de un principio: algunas cosas están bajo nuestro control y otras no” (Epicteto).
  • “El amor conlleva sufrimiento porque lo puedes perder, pero negarse al amor para evitar el sufrimiento no lo soluciona, ya que se sufre por no tenerlo. Entonces, si la felicidad es el amor y el amor es el sufrimiento, entonces, la felicidad es también sufrimiento. Los dos lados del amor” (W Allen).
  • “Si el niño que fuiste se topara con la persona que eres ahora. ¿Qué pensaría de ti?”
  • “Mucho sufrimiento y mucha infelicidad vienen cuando tomamos como verdadero cada pensamiento que nos viene a la cabeza…” (Eckhart Tolle).

Por Silvia Fernández Bernárdez
Psicología

La Sra. Fernández Bernárdez es una reconocida especialista en Psicología. Cuenta con un máster oficial en Psicología de la Salud por la Universidad Autónoma de Madrid y es especialista en terapia cognitivo-conductual, Alzheimer y otras demencias. Además, es experta en EMDR, intervención desde ACT, rehabilitación neuropsicológica y tiene formación e intervención con familiares y personas con enfermedades neurodegenerativas.

Durante su trayectoria ha sido docente de práctica clínica en la Universidad Autónoma de Madrid y en la  Universidad Rey Juan Carlos, y también colabora en varios máster. 

En la actualidad, la Sra. Fernández Bernárdez ejerce como psicóloga en Psicomaster.

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