Neuroestimulación medular para aliviar el dolor crónico
Autore:La estimulación medular consiste en inhibir la transmisión de los impulsos dolorosos a nivel de la medula espinal, mediante la generación de impulsos eléctricos. En función de las características de estos impulsos eléctricos, existen distintos tipos de estimulación.
La neuroestimulación no cura una enfermedad, pero ayuda a disminuir la intensidad del dolor y mejorar la calidad de vida del paciente.
¿A qué pacientes está dirigida?
Principalmente se realiza para tratar dolores de características neuropáticas, debidos a:
- Fracaso de la cirugía vertebral: cirugía fallida de espalda, lumbar o cervical.
- Amputaciones de miembros.
- Lesiones de plexos nerviosos.
- Síndrome de Dolor Regional Complejo (SDRC) o Distrofia Simpático Refleja.
- Neuralgias postherpéticas.
También se puede utilizar para otras patologías:
- Patologia vascular de extremidades.
- Dolor anginoso refractario.
- En algunos tipos de cefaleas.
- Dolores crónicos pélvicos: cuando el tratamiento con fármacos, cirugía, bloqueos nerviosos o la terapia física no han sido suficientes.
¿En qué consiste el procedimiento?
Se coloca, mediante una punción percutánea, uno o dos electrodos en el espacio epidural. El procedimiento se suele realizar en dos fases. En primer lugar está la etapa provisional, para valorar la efectividad del tratamiento.
Si resulta que el paciente manifiesta una disminución significativa del alivio del dolor y mejora su calidad de vida se realiza, en segundo lugar, una etapa definitiva. En ella los electrodos se conectan con un generador de impulsos alojados debajo de la piel, en la zona del abdomen o en la parte superior de la nalga.
¿Es un procedimiento seguro?
El procedimiento se realiza con anestesia local y sedación superficial. La mayoría de los pacientes tolera muy bien el tratamiento y no es doloroso.
Por otro lado, presenta los mismos riesgos de cualquier procedimiento quirúrgico: infecciones y hematomas. Sin embargo, la frecuencia de estas complicaciones es mínima si se toman las medidas adecuadas.
¿Cómo es la recuperación?
La recuperación es rápida y, en función de las características del paciente, se puede hacer de forma ambulatoria o con ingreso hospitalario de un día.
Además, la terapia es totalmente reversible: si ya no es necesaria se puede quitar el implante con una mínima cirugía.