Condilomas anales: cuándo preocuparse y cómo tratarlos
Autore:Los condilomas anales o verrugas genitales son una de las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) más frecuentes en la consulta con especialistas en Proctología.
Se trata de unas verrugas únicas o múltiples, de diferentes dimensiones, que afectan a la piel perianal y, a menudo, se pueden encontrar también en el interior del ano o a nivel de los genitales.
Se estima que afectan a un 2% de la población en general y existen algunas personas que presentan mayor riesgo: pacientes inmunodeprimidos, pacientes con VIH y varones homosexuales. En estos casos, la prevalencia puede llegar a ser hasta el 60%.
transmisión sexual altamente contagiosa
El HPV, la causa de los condilomas anales
La causa de los condilomas anales es el Virus del Papiloma Humano, también llamado HPV. Se trata en realidad de una familia de virus y solamente algunas especies de ella causan los condilomas. Otras especies como el HPV16 y 18 no causan condilomas pero son las más peligrosas porque, a pesar de ser asintomáticas, son las que más fácilmente pueden causar un cáncer de ano.
Los condilomas se manifiestan como lesiones de diferentes tamaños, colores y formas que aparecen principalmente en los genitales, dentro y alrededor del ano. Sin embargo, especialmente en personas inmunodeprimidas, los condilomas también pueden aparecer dentro de la cavidad oral o alrededor de la boca.
Las lesiones anales están formadas inicialmente por pequeñas manchas rosadas en relieve que no causan sintomatología. Al agrandarse, los condilomas pueden cambiar de color y convertirse en excrecencias llamadas “crestas de gallo”, por su forma característica. Pueden estar aisladas o agrupadas en una sola zona.
Algunos pacientes experimentarán síntomas como picazón, sangrado, secreción de moco o sensación de un bulto o masa en el área anal.
El diagnóstico es esencialmente clínico. Si un paciente cree tener condilomas anales o ha tenido relaciones anales de riesgo tendría que realizar una valoración proctológica por un cirujano proctólogo calificado que podrá confirmar el diagnóstico y descartar mediante una anuscopia la presencia de condilomas al interior del ano.
El contagio de los condilomas anales
Los condilomas anales son una enfermedad de transmisión sexual altamente contagiosa. Se transmiten al mantener relaciones sexuales por vía anal con una persona infectada.
Los pacientes con VIH son más expuestos a desarrollar esta enfermedad ya que su sistema inmunitario no consigue erradicar el virus. Cerca de dos tercios de los pacientes que mantienen relaciones sexuales con una pareja con verrugas genitales las desarrollarán a su vez, alrededor de los tres meses después del contacto.
En algunos casos también pueden contagiarse a través de objetos de uso íntimo, toallas, en baños públicos, en saunas y en piscinas.
El tratamiento de los condilomas anales
Los condilomas no son una enfermedad grave. Sin embargo, pueden ser extremadamente molestos y condicionar la calidad de vida del paciente. Además, si no son tratados adecuadamente, suelen crecer y multiplicarse, sobre todo en pacientes inmunodeprimidos.
El tratamiento es muy sencillo y depende si su localización es en la piel perianal o dentro del ano. Si se encuentran exclusivamente en la piel perianal se podrán tratar con un medicamento tópico, una crema, con la resolución del cuadro en la mayoría de los casos.
Si los condilomas son muy grandes, no responden al tratamiento tópico o se encuentran en el interior del ano, se deben tratar mediante extirpación quirúrgica. Es una intervención relativamente simple, que se realiza con sedación profunda y anestesia local, sin necesidad de ingreso hospitalario. La recuperación tras la cirugía es rápida, con mínimas molestias durante los primeros días y sin necesidad de curas domiciliarias.
Si bien los tratamientos tópico y quirúrgico eliminan los condilomas, no eliminan la causa de ellos, el HPV. Por esta razón, en algunos casos, y sobre todo en los pacientes inmunodeprimidos, las verrugas pueden repetirse por la persistencia del virus en un estado latente en los tejidos del cuerpo.
Por esta razón, se recomienda realizar un seguimiento por parte de un proctólogo para prevenir y detectar de forma precoz la aparición de nuevas verrugas o áreas sospechosas mediante anuscopia. Además, como precaución, las parejas sexuales deben ser también controladas, incluso si no tienen síntomas.
Es importante también subrayar que a menudo los condilomas pueden asociarse a la presencia de especies de Papiloma Virus de alto riesgo de desarrollo de cáncer anal y por tanto todos los pacientes de riesgo tendrían que realizar periódicamente una valoración proctológica para descartar la presencia de lesiones precursoras del cáncer anal.
