7 claves para un envejecimiento saludable
Autore:Nos enfocamos en promocionar la salud física, mental y emocional, con el fin de mantenernos en óptimas condiciones independientemente de la edad cronológica, aumentando la capacidad de manejar el estrés cotidiano, que es un factor de riesgo importante en el envejecimiento interno y externo.
Por este motivo, como especialista en Nefrología y Medicina Integrativa, recomiendo una serie de pautas para envejecer de forma saludable y conseguir una mayor calidad de vida.
- Actividad, ejercicio físico y deporte
El ser humano no está hecho para estar parado. A pesar de que el sedentarismo es fuente de todo tipo de patologías, la actividad física y el ejercicio son unas poderosas herramientas para la prevención y el tratamiento de las enfermedades del envejecimiento.
- Dieta saludable
Fundamentada en verduras, frutas, leguminosas, pescados, carnes blancas, frutos secos, aceite de oliva, dieta baja en azúcares añadidos y en grasas trans. Debe estar ajustada al gasto calórico del individuo, que permita mantener un peso, un porcentaje de grasa corporal y una grasa visceral idóneos.
- Suplementación nutricional
Con aquellos micronutrientes que, aunque se lleve una alimentación adecuada, no alcanzan sus niveles adecuados en nuestro organismo, ya sea por el propio proceso de envejecimiento, por una mayor demanda fisiológica (estrés, deporte, trabajo intenso) o por la presencia de enfermedades intercurrentes.
- Equilibrio hormonal y metabólico
El proceso de envejecimiento se asocia con una lenta y progresiva disminución de numerosas hormonas de nuestro organismo. A partir de la década de los 20, diversas hormonas sufren un declive progresivo que condiciona la aparición de síntomas de envejecimiento. Su reposición puede revertir dicha sintomatología o enfermedad.
- Sueño y descanso apropiados
La calidad y la cantidad de sueño va deteriorándose con el paso del tiempo y la edad, afectando a todas las funciones del organismo; es lo que se conoce como cronodisrupción. Su diagnóstico y su tratamiento se basa en dosis adecuadas de melatonina, así como la mejora de los hábitos de sueño, que previenen de las enfermedades del envejecimiento.
- Salud conductual y neurocognitiva
Lo más importante para un envejecimiento saludable es mantener una buena actitud ante la vida: actitud positiva. Existen distintas formas de modular el carácter para afrontar los problemas cotidianos con menor repercusión negativa sobre nuestro organismo.
En definitiva, crecimiento personal y desarrollo humano para poder alcanzar nuestro potencial como ser humano, encontrando nuestro propósito vital.
- Limitación y/o cese de los hábitos tóxicos
Envejecer saludablemente precisa suspender o reducir los hábitos tóxicos, especialmente los más habituales: alcohol y tabaco.
Estos pilares engloban todo lo que podemos hacer por nosotros mismos, por nuestros seres queridos y por la sociedad para conseguir un envejecimiento saludable a la espera de los próximos e inminentes avances de la ciencia en la terapia génica, en la terapia regenerativa y en la nanorrobótica.
Se trata de envejecer lo mejor posible y así poder llegar a beneficiarnos de los futuros logros de la ciencia.
¿En qué consiste el tratamiento de antienvejecimiento?
El tratamiento antienvejecimiento de la medicina antiaging consta de:
- Detoxificación y drenaje: eliminación de toxinas endógenas y exógenas tales como radicales libres, metales pesados y metabolitos celulares.
- Suplementación: aporte de minerales, vitaminas, aminoácidos, fitonutrientes, lípidos, carbohidratos.
- Neuromodulación: administración de moléculas repolarizantes y regenerativas que restauran la función y/o estructura de cada órgano o sistema afectado, como la terapia neural.
- Mantenimiento: está enfocado en lograr que la edad biológica se mantenga a lo largo del tiempo por medio de la alimentación sana, la actividad física regular, el descanso reparador, el manejo adecuado del estrés y el cuidado del medio ambiente.
Se trata de frenar la respuesta del organismo ante la enfermedad y el envejecimiento. También necesitamos la implicación del paciente en su recuperación, propiciando todos los cambios de hábitos necesarios por parte de este, siendo protagonista de su propio proceso.
A través de esta Medicina Biológica se evita la aparición de reacciones tóxicas y, en cambio, se genera una respuesta del sistema inmunológico, endocrino y neurológico.
