Tratamientos no farmacológicos en el TDAH
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¿Cuáles tienen evidencia científica de ser eficaces?
El Trastorno por Déficit Atencional con Hiperactividad (TDAH) constituye un trastorno de conocido origen neurobiológico de inicio en la edad infantil. Caracterizado por un nivel de impulsividad, actividad y/o atención inadecuadas a la edad madurativa o de desarrollo de quien lo padece, el TDAH no tratado puede provocar un importante desajuste no sólo a nivel cognitivo-conductual, sino también adaptativo y emocional.
Nuestra actual concepción del TDAH como un trastorno de carácter dimensional abarca no solamente aspectos meramente clínicos o de diagnóstico, sino también y no menos importantes, aspectos terapéuticos. En este entendido, si bien el tratamiento farmacológico ha mostrado ser altamente eficaz como herramienta terapéutica; no resuelve las dudas y miedos de los padres acerca de determinadas conductas propias de estos niños, ni solventa todos los aspectos involucrados en la disfunción ejecutiva propia del TDAH (dificultades en la organización, planificación, búsqueda de estrategias, flexibilidad cognitiva, etc.).
El tratamiento farmacológico constituye, por ende, un pilar fundamental sobre el cual se asientan y articulan el resto de las intervenciones terapéuticas, y como tal debe ser individualizado y revisado en cada caso en particular por un profesional con formación y experiencia en la materia.
Tratamiento psicológico en el TDAH de niños y adolescentes
En lo que a las intervenciones psicológicas se refiere, existen una serie de tratamientos que han demostrado ser de especial ayuda para tratar a los niños con TDAH, optimizando y potenciando en muchos casos, el tratamiento farmacológico. Los mismos se detallan a continuación:
- Psicoeducación a padres y según la edad a los propios niños, en los que se les enseña qué es el TDAH y qué se puede hacer para mejorarlo.
- Entrenamiento de padres en habilidades de modificación de la conducta y en el manejo de contingencias.
- Programa de intervención educativa individualizada en el colegio, que incluya aspectos académicos, sociales y conductuales, y que integre e implique al profesorado.
- Entrenamiento en habilidades sociales.
- Intervención individual con el niño de tipo cognitivo-conductual (solamente en caso de comorbilidad debido a trastornos del humor o de ansiedad).
Se ha de tener en cuenta, que todos estos aspectos arriba mencionados (y que han demostrado algún grado de eficacia en el tratamiento del TDAH), giran de una u otra manera en torno a los principios generales de la terapia cognitivo-conductual (TCC). Es decir, provienen básicamente del análisis funcional de la conducta, de la identificación de los factores promotores de una conducta inadecuada, del registro de las conductas posibles de ser cambiadas y de la puesta en marcha de una serie de intervenciones dirigidas a cambiar dicha conducta. Se trata pues de un programa, que no sólo aporta información sobre la patología de base que provoca los síntomas, sino que además integra a padres y profesores desde el conocimiento en profundidad del TDAH, y les entrena en técnicas de modificación de conducta, incrementando así la competencia de los mismos en este campo.
Intervención psicopedagógica en el TDAH de niños y adolescentes
Integrando además el tratamiento multimodal al ámbito escolar, los programas de aplicación en las escuelas incluyen desde una serie de adaptaciones psicopedagógicas generales, hasta el entrenamiento de los profesores en técnicas de modificación de conducta y de otras estrategias de manejo del TDAH en el aula.
O también, la intervención más a nivel individual, que enseña habilidades académicas a niños con TDAH y les ayuda a conseguir el éxito escolar mediante el dominio de determinadas técnicas de estudio, de organización y de gestión de tareas, potenciando en paralelo una serie de comportamientos considerados adecuados para llevarlas a cabo (trabajar en silencio, levantar la mano, pedir permiso, persistir en las tareas, etc.).
Una vez más el concepto de tratamiento mutimodal cobra aquí especial jerarquía, aportando un carácter de dimensionalidad al mismo que abarca diferentes escenarios que forman parte de la vida de niños y adolescentes con TDAH.
En suma, el tratamiento del TDAH en niños y adolescentes se debe realizar de manera individualizada y en función de cada paciente y su familia. La combinación del tratamiento farmacológico con el psicológico tiene la potencialidad de ejercer efectos inmediatos en los síntomas nucleares del TDAH (mediante la utilización de la medicación), así como efectos de más larga duración (gracias al desarrollo de estrategias y habilidades cognitivas y de comportamiento proporcionadas por el tratamiento psicológico).