Todo lo que necesitas saber acerca de las arritmias

Written by: Dr. Alberto Cabestrero de Diego
Published: | Updated: 17/06/2022
Edited by: David Moore

¿Qué es exactamente una arritmia y por qué se produce?

Arritmia es un término muy genérico y que ha trascendido el uso puramente médico para incorporarse al lenguaje cotidiano. En sentido médico una arritmia es cualquier alteración del ritmo cardiaco: el corazón late con una cadencia habitualmente regular, sujeta cambios de frecuencia, lo que comúnmente denominamos pulsaciones o ritmo cardiaco. Cuando hay una pérdida de esa regularidad, o cuando la frecuencia cardiaca es significativamente más alta o más baja de lo que correspondería a la situación de la persona podemos estar ante una arritmia cardiaca.

No todas las situaciones de frecuencia elevada o reducida son patológicas, pues hay una gran variabilidad entre sujetos. Existe hoy en día una preocupación por las “pulsaciones” cuando en realidad lo importante es ponerlas en relación con la actividad realizada, con las características del sujeto, sus circunstancias, etc.

Dentro de las arritmias se engloban una gran cantidad de entidades, desde enfermedades de altísimo riesgo vital, como las taquicardias ventriculares, hasta situaciones fisiológicas como las extrasístoles esporádicas o la arritmia respiratoria habitual en niños y jóvenes.

 

Una arritmia es cualquier alteración del ritmo cardiaco.

 

¿Cómo podemos detectar que sufrimos una arritmia y en qué momentos puede producirse?

La sintomatología típica de la arritmia es la percepción de palpitaciones: notar el latido cardiaco a una frecuencia no adecuada, habitualmente rápida. Es un síntoma muy variable: hay personas que notan su latido cardiaco de forma habitual (lo que sería normal) y hay personas que no lo perciben más que esporádicamente al hacer ejercicio, en situaciones de estrés…

Otros síntomas posibles son los mareos intensos o las pérdidas de conocimiento, que puede asociarse a bradicardias intensas (pulsaciones muy bajas) o a algunos tipos de taquicardia: es un síntoma que obliga a descartar algún problema arrítmico que puede ser potencialmente grave. Otros síntomas más atípicos son las molestias torácicas, malestar general, sensación de ahogo, o cuadros de perdida de fuerza de breve duración.

Las situaciones de incremento del trabajo cardiaco como son el ejercicio físico, y las situaciones de ansiedad pueden actuar como “gatillo” de algunos tipos de arritmia. Es por ello que, ante síntomas potencialmente arrítmicos como palpitaciones rápidas no justificadas por el nivel de esfuerzo, o sobre todo pérdidas de conocimiento o mareos durante el ejercicio es altamente recomendable someterse a una revisión cardiológica.

Es reseñable que la sintomatología de muchas arritmias (palpitaciones rápidas, malestar o ahogo) es muy superponible a la de alteraciones del ámbito psicológico como son las crisis de ansiedad. No es ni mucho menos raro encontrar que personas tratadas por un trastorno de ansiedad durante años tienen en realidad crisis arrítmicas perfectamente tratables cardiológicamente.

 

¿Ha afectado la pandemia al diagnóstico y tratamiento de pacientes con arritmias?

Al igual que en el resto de patologías, hemos asistido a una disminución en el número de consultas y a un cierto retraso respecto al inicio de la sintomatología.

 

¿Por qué? ¿Influye el hecho de no ser patologías prioritarias?

Se trata de patologías con síntomas habitualmente transitorios que una vez pasados pueden minimizarse. No obstante, debe tenerse en cuenta que la manera más fiable de diagnosticar una arritmia es realizar un electrocardiograma durante los síntomas de la arritmia. Por eso es fundamental consultar lo antes posible, y si puede ser cuando aparezcan las molestias.

 

¿Qué puede ocurrir si estos pacientes no reciben un tratamiento adecuado? ¿En qué consiste habitualmente?

En el caso de las arritmias benignas, afortunadamente más frecuentes, el retraso en el tratamiento acarrea principalmente la persistencia y reiteración de los síntomas, que muchas veces son molestos.

Este retardo es mucho más preocupante en el caso de arritmias graves que pueden provocar situaciones peligrosas como la insuficiencia cardiaca, pérdidas de conocimiento, y cuadros verdaderamente dramáticos como la muerte súbita.

En cuanto al tratamiento, depende del tipo de arritmia: algunas sólo requieren algunos consejos en cuanto a la actividad física, cambios de postura, alimentación, etc. En otros casos es necesario recurrir a los medicamentos antiarrítmicos. También puede estar indicada la ablación mediante catéter, capaz de resolver de forma definitiva algunos trastornos. Por último, hay arritmias que requieren del uso de dispositivos implantables como los marcapasos y desfibriladores.

Para más información acerca de las arritmias, contacte con un especialista en Cardiología.

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By Dr. Alberto Cabestrero de Diego
Cardiology

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