Los perjuicios del tabaco y el alcohol en el organismo

La mayor parte de la población, por no decir toda, conoce las consecuencias del tabaco y saben que que contiene miles de sustancias tóxicas que inducen a padecer 10 tipos cáncer, entre ellos el de pulmón y vejiga. No solo eso, sino que también aumenta el riesgo a padecer enfermedades cardiovasculares y pulmonares, diabetes, hipertensión, AVC, arterioesclerosis y muerte prematura.

¿Qué implica fumar un solo cigarrillo al día?

Además de lo enumerado hasta ahora, el tabaco por sí solo también puede producir pequeños infartos cerebrales y un envejecimiento cerebral prematuro. Entre consecuencias se encuentran:

Hombres:

• Un 48 % más de riesgo de patología coronaria.
• Un 25 % más riesgo de ictus.

Mujeres:

• Un 57 % más de riesgo de patología coronaria.
• Un 31 % más riesgo de ictus.

Además, el tabaquismo reduce la duración de la vida en 7 años. Por otro lado, la nicotina produce una acción vasoconstrictora (estrecha la luz de los vasos sanguíneos) que contribuye al proceso de oclusión de dichos vasos por arterioesclerosis, aumentando las probabilidades de padecer un ictus. Y aunque creamos que solo los fumadores activos tienen altas probabilidades de sufrir estas y otras enfermedades, lo cierto es que no es así. Los fumadores pasivos también pueden desarrollar demencia.

¿Qué ocurre con el alcohol y las drogas?

Algunos datos para entrar en situación:

• Los cocainómanos tienen 8 veces más riesgo de sufrir una hemorragia cerebral.
• Los adolescentes que fuman marihuana tienen una conectividad neural atrofiada.
• El consumo de alcohol está relacionado con la aparición de numerosas enfermedades: hasta seis tipos de cáncer, problemas cardiovasculares, diabetes tipo 2, hemorragias digestivas, polineuropatías, demencia, trastornos mentales, etc.

En España el alcohol es responsable directo de más de 25.000 muertes. El consumo de alcohol es un problema de salud pública de primer orden en nuestro país y, en general, en todo el mundo. Es hora de desmontar el mito de los efectos saludables de pequeñas cantidades de alcohol para nuestra salud.

El alcohol es un tóxico y como tal, no puede considerarse un alimento. Por lo tanto, debemos acostumbrarnos a comer con agua o bebidas sin alcohol y preferentemente sin azúcar. Dejemos el alcohol para el día que salimos a comer fuera o para cuando estamos celebrando algo, recordando beber con moderación. No hay que olvidar que nuestros hijos aprenden de lo que ven hacer a sus padres a través de sus acciones, no de lo que los padres les quieren hacer ver a través de la palabra.