Comprender el trastorno límite de la personalidad: de la evaluación al tratamiento

Written by: Patricia Sánchez Argudo
Published:
Edited by: Margarita Marquès

Los síntomas del trastorno límite de la personalidad (TLP) suelen empezar a manifestarse en la adolescencia, mostrando la máxima expresión clínica, al inicio de la edad adulta. Este trastorno se puede diagnosticar a una persona menor de 18 años si los síntomas son significativos y se han manifestado a lo largo de un año, pero es preferible esperar a dar el diagnóstico, debido a los cambios y fluctuaciones que se dan en la adolescencia.

 

El diagnóstico requiere de una evaluación previa por parte de profesionales, utilizando la entrevista clínica y los instrumentos adecuados para valorar la presencia del trastorno. Se analizan las conductas, síntomas, pensamientos, historia previa y criterios característicos de este trastorno.

 

Cabe mencionar que algunos de los pacientes acuden a consulta diagnosticados con otros trastornos, pero siguen encontrándose con mucho caos emocional, inestables e incomprendidos, sintiéndose perdidos y desconociendo lo que les ocurre. Es muy importante realizar un buen diagnóstico y elegir el tratamiento más idóneo.

 

Uno de los síntomas del trastorno límite
de personalidad es la sensación de vacío

 

¿Cuáles son las características y síntomas del trastorno de personalidad límite?

Entre las características más comunes del TLP encontramos:

  • Inestabilidad emocional.
  • Relaciones intensas, caóticas e inestables.
  • Miedo al abandono o rechazo.
  • Autolesiones y/o amenazas de suicidio.
  • Alteración de la identidad.
  • Impulsividad en varias áreas.
  • Sensación de vacío.
  • Enfado inapropiado e intenso o dificultad para controlar la ira.
  • Ideas paranoides o disociación.

 

Existen multitud de combinaciones de síntomas existentes y no todas las personas con TLP cumplen los mismos criterios. Es importante realizar una adecuada evaluación y diferenciar en cuanto a la gravedad, características, actitudes, objetivos, necesidades, capacidad y motivación de cada paciente.

 

Entre los aspectos que se pueden observar en personas con TLP encontramos que, son personas que suelen percibirse a sí mismas, así como a los demás de manera variable, llevando a cambios de humor y pensamientos dicotómicos acerca de uno mismo y de los demás, pueden sentir que necesitan a una persona de forma desesperada, pero a la vez sentir que necesitan distanciarse y así evitar que le hagan daño.

 

Pueden pasar de idealizar a la persona a devaluarle con facilidad. Viven como en una montaña rusa de subidas y bajadas, de luz y oscuridad, de cambios de pensamientos, acciones y sentimientos que no consiguen gestionar de forma correcta.

 

Tienen múltiples habilidades, sin embargo, en ocasiones no saben o piensan que no son capaces de utilizarlas, su inseguridad les limita y prefieren en ocasiones, autosabotearse.

 

Su impulsividad les puede predisponer al abuso de sustancias, sexo, juego, problemas alimentarios, trastornos de conducta, deterioro de relaciones y autolesiones, poniendo en riesgo su vida y en ocasiones, la de los demás.

 

Son personas más sensibles y reactivas, sintiendo todo más, tanto las emociones menos agradables como el enfado o ira, como las más agradables, como la euforia o entusiasmo, reaccionando intensamente.

 

El trastorno no suele mostrarse solo, muchos otros son comórbidos, presentando también síntomas de ansiedad, depresión e irritabilidad. Su área cognitiva también puede sentirse desregulada, teniendo fenómenos de despersonalización, disociación e incluso episodios psicóticos.

 

Una característica que hace sospechar de este trastorno son las autolesiones y los intentos de suicidio.

 

La falta de identidad y sentimientos de vacío, son también elementos que les suele definir, pudiendo dudar de su propia identidad y hacia donde se quieren dirigir, no sabiendo sus límites,  teniendo falta de confianza y problemas a la hora de resolver problemas.

 

¿Cómo se trata el trastorno límite de personalidad?

En la actualidad, existen diferentes tratamientos. La Terapia Dialéctica Conductual (DBT) es uno de los tratamientos con mayor evidencia empírica para el tratamiento del TLP. Este tratamiento abarca multitud de estrategias terapéuticas cognitivas y conductuales.

 

Dependiendo de las circunstancias de la persona, es recomendable, combinar la terapia con el tratamiento psicofarmacológico, no habiendo todavía un tratamiento específico farmacológico para TLP, pero sí para tratar síntomas como la impulsividad o el bajo estado de ánimo.

 

En el TLP , los síntomas son muy heterogéneos y se presentan de muchas formas, por lo que nos centraremos en el tratamiento de los síntomas que limitan a la persona. La finalidad es ayudar a la persona a mejorar su calidad de vida, con escucha, apoyo y comprensión, dotándole de estrategias y recursos y trabajando juntos para la estabilización emocional.

 

Entre algunos componentes de la terapia se encuentran:

  • Habilidades que servirán para disminuir algunos comportamientos disfuncionales como pueden ser las autolesiones y sustituir estos por otros comportamientos cuyas consecuencias no sean aversivas.
  • Identificación de sus estados emocionales, aprender a modular sus emociones fuertes y volver a una línea base sin llegar a los extremos.
  • Recursos para reducir las conductas impulsivas como también a resolver problemas, buscando las mejores alternativas adaptativas con el fin de manejarse en su día a día.
  • Estrategias para estabilizar el presente, mejorando las conductas desadaptativas, antes de explorar traumas o heridas del pasado que ayuden a sanar esas viejas heridas que puede ser que estén por cicatrizar.
  • Habilidades para conocimiento de sus límites y a relacionarse sana y adecuadamente.
  • Habilidades para tolerar el estrés.
  • Habilidades relacionadas con la capacidad para experimentar y observarse conscientemente a si mismo y al entorno.
  • Habilidades para aplicar en situaciones de crisis.

 

¿Existen personas con una mayor prevalencia a padecer trastorno de personalidad limite?

Los estudios demuestran que las personas con TLP se encuentran predispuestas a una vulnerabilidad emocional mayor que otros personas por lo cual puede llevar a desregularse emocionalmente con mayor facilidad, además, existen factores ambientales que interactúan entre sí y pueden hacer intensificar más esta vulnerabilidad.

 

Cuando se habla de factores ambientales nos referimos a ambientes donde la persona interactúa o fue desarrollándose, en algunos casos, ambientes que han podido invalidar sus emociones, que no le prestaron o no le prestan suficiente atención, donde se han podido sufrir abusos, traumas, negligencias, abandonos o perdidas.

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By Patricia Sánchez Argudo
Psychology

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