Trastorno límite de la personalidad: ¿cómo diferenciarlo de otros trastornos?

Hoy en día es difícil diagnosticar el Trastorno Límite de la Personalidad, ya que existen diferentes subtipos donde predominan rasgos más narcisistas, dependientes, impulsivos, antisociales, entre otros, justificando su conducta como su forma de ser, creyendo que su actitud se encuentra dentro del rango de la normalidad.

El Trastorno Límite de Personalidad (TLP) se caracteriza por una sensación constante de vacío, que no se llena con nada ni con nadie. Ese sentimiento de vacío los lleva, en muchas ocasiones, a un sentimiento de tristeza, soledad y a no encontrar sentido a sus vidas. Tienen dificultades para vincularse afectivamente con las personas y de control de impulsos.

Se caracteriza por un patrón persistente de inestabilidad en las relaciones interpersonales y en la imagen personal, fluctuaciones extremas del estado de ánimo e impulsividad. Sienten que no pueden estar solos, por lo que el miedo al abandono los lleva a realizar intentos de suicidio o llamadas de atención para demandar el cuidado de los otros.

En las relaciones tienen a idealizar a la persona y después despreciarla o infravalorarla, demostrando su forma de pensar en blanco o negro, o todo está bien o está mal. Se unen a una persona cuando piensan que van a estar a su lado para cuidarles, pero cuando hacen o dicen algo que se aleja de sus creencias tienden a castigar a las personas que están a su lado por ello y boicotean las relaciones para que les dejen o las abandonan ellos.

Tienen dificultades para controlar las emociones sobre todo la ira, suelen ser irónicos o demuestran su amargura cuando temen el abandono. Sintiéndose luego culpables por su comportamiento o avergonzados, reforzando la idea de ser malas personas.

Pueden llegar a cambiar drásticamente de imagen, de trabajo, estudios y adoptar características de personalidad de otros o conductas, para poder relacionarse con los otros, pasando de ser serviciales a maltratar a los demás en muy poco tiempo.

Sus emociones son intensas en el momento, sienten tristeza, angustia, ansiedad, que puede desaparecer en pocas horas y demuestran su hipersensibilidad para poder manejar los conflictos interpersonales. Suelen boicotear su vida cuando las cosas le van bien profesionalmente o arruinar una relación buena de pareja.

La impulsividad se manifiesta en conductas sexuales de riesgo, apuestas, comer compulsivamente, conducir de forma imprudente, consumir sustancias tóxicas o gastar mucho dinero. En ocasiones, realizan intentos de suicidio, amenazas y autolesiones. Realizan las autolesiones porque piensan que son malos o para disociarse de sentimientos o emociones dolorosas.

Pueden tener episodios disociativos ante el miedo al abandono o de tipo paranoide, pudiendo tener en ocasiones síntomas psicóticos por el estrés.

¿Es frecuente que las personas con trastorno límite de la personalidad tengan otros trastornos adicionales? ¿Cuáles son los más comunes?

Sí, es fácil confundirlo con el Trastorno Bipolar, ya que se producen cambios en el estado de ánimo. La diferencia fundamental es la duración de los síntomas, ya que en el TLP es más aguda y en el Trastorno Bipolar los síntomas son crónicos.

Trastornos depresivos y trastornos de ansiedad no tienen esa autoimagen tan negativa, apego inseguro y sensibilidad al rechazo.

También se diferencia de:

• Trastorno de Abuso de Sustancias
• Trastorno de Estrés Postraumático
• Depresión
• Trastornos de Ansiedad
• Trastornos de la Alimentación
• Trastorno por déficit de atención con hiperactividad
• Otros trastornos de la personalidad

¿Hay situaciones concretas que pueden dar lugar a un trastorno límite de la personalidad?

Las investigaciones apuntan a factores genéticos, ambientales y sociales. Suele aparecer en la adolescencia, pero los síntomas se manifiestan en la edad adulta, con una gran inestabilidad emocional e impulsividad.

Por otro lado, predisposición genética, tienen mayor riesgo aquellas personas con familiares con antecedentes psiquiátricos, una infancia con situaciones de estrés, la mayoría han sufrido maltrato sexual o físico o comportamientos negligentes. Y también pérdida de sus padres, separación, padres con consumo de sustancias tóxicas, conflictos familiares y relaciones familiares inestables.

¿Qué tipo de tratamientos y terapias se pueden realizar en personas con TLP?

El tratamiento consiste en una combinación de psicoterapia y tratamiento farmacológico.

Desde la Psicología se trataría de dotarles de herramientas para mejorar el funcionamiento de la persona en el momento presente, gestionar las emociones, reducir la impulsividad asociada a la capacidad para enfrentarse a los sentimientos.

Algunas terapias utilizadas son la terapia dialéctica conductual, terapia centrada en esquemas, terapia centrada en mentalización, entrenamiento en sistemas para la previsibilidad emocional y resolución de problemas (STEPPS), Psicoterapia centrada en la transferencia, terapia EDMR.

Y en algunos casos, hospitalización.

¿Cómo pueden ayudar los amigos y familiares?

Conociendo las características de personalidad de estas personas y solicitando la ayuda terapéutica de un psicólogo, para enfrentarse a las crisis, establecer límites y mejorar la capacidad de escucha y resolución de problemas.