¿Por qué se realiza?
La dieta post-cirugía digestiva debe evitar la desnutrición y mantener la masa muscular, la función inmune y cognitiva del organismo intentando reducir el estrés que dicha cirugía haya podido provocar y mejorando la recuperación post-operatoria.
¿En qué consiste?
Lo más habitual es realizar una dieta denominada progresiva, es decir, que pasa por diferentes fases de introducción de alimentos dependiendo de la patología que presentara el paciente antes de su intervención y el estado de salud general que presente en la actualidad.
Preparación para la dieta post-cirugía digestiva
De modo general, se opta en primer lugar por una alimentación intravenosa (sueros, etc.) para pasar a continuación a introducir la dieta líquida valorando los efectos que produce en el paciente con el objetivo de mantenerlo hidratado (hídrica, líquida clara y líquida completa) añadiendo cada vez más alimentos a la dieta según su aceptación: agua, infusiones, azúcar, caldos, café y té descafeinados, bebidas de cereales, bebidas de frutas, gelatinas, miel, caramelos duros, leche, yogur, cereales hervidos, verduras hervidas en puré, zumos de frutas sin semillas. La siguiente fase es introducir los alimentos propios de una dieta blanda para pasar a la dieta corriente o dieta hospitalaria.