FOMO: el miedo de los adolescentes a perderse algo

La ansiedad social esconde, en la mayoría de los casos, sentimientos de soledad y de no pertenecer.

Los síntomas de ansiedad social son muy frecuentes en la consulta psicológica. En la mayoría de los casos, son señales de alarma, ya que esconden carencias emocionales que la persona ha ido sobrellevando a través de diferentes comportamientos “evitativos” o “distractores”.

Según la especialista en Psicología, Laura Martín de la Plaza, “dentro de la ansiedad social, uno de los síntomas más frecuentes es esa necesidad de estar permanentemente conectado e informado, la mayoría de las veces para poder agradar a los demás”. El autor Patrick J. McGinnis denominó FOMO, por sus siglas en inglés, a este “miedo de perderse algo”. Generalmente, esconde en las personas que lo sufren una sensación de no pertenecer, de no ser visto y de soledad.

El FOMO esconde una sensación de soledad y de no pertenecer

Síntomas de la ansiedad social

El FOMO presenta diversos síntomas derivados de la ansiedad. La especialista Martín los define como “la preocupación constante y los estados de hiperactivación y de alerta”. Sin embargo, agrega, “el mayor problema es que nuestro sistema no está preparado para estar permanentemente en alerta, por lo que, si los síntomas se mantienen en el tiempo, se puede derivar en comportamientos compensatorios como los estados de profunda angustia”.

Otros de los síntomas frecuentes que se suelen desarrollar ante la ansiedad social son la construcción de una personalidad rígida, las autoexigencias manifestadas bajo el “debería…” y la necesidad de control.

El FOMO en los jóvenes: un problema frecuente

Los adolescentes suelen ser el grupo social que más sufre este tipo de síntomas, ya que se encuentran en el proceso evolutivo de la identidad y de pertenencia grupal. Según la Lda. Martín, “cuando por sus propias características parecieran no ser suficientes para formar parte de un grupo, el propio instinto les lleva a crear estrategias compensatorias para sentir esa cohesión y aceptación”.

Además, explica la especialista, “al no tener la corteza prefrontal plenamente desarrollada, son más vulnerables a establecer juicios invalidantes y a ser más impulsivos, por lo que tienen más probabilidades de que se les genere la hiperactivación para mantener el vínculo con sus iguales sea como sea”.

El FOMO o ansiedad social presentan una serie de consecuencias en la conducta de los pacientes. En general, son personas que tienen una distorsión de la realidad, obsesión, falta de autocuidado y de hábitos saludables, baja autoestima, frustración y vergüenza.

Todas estas problemáticas se deben a que la persona está tan centrada en mirar hacia afuera que se olvida de mirar en su interior.

Las causas de la ansiedad social

“Hay múltiples factores que pueden llevar a que una persona desarrolle ansiedad social. Una de las causas más frecuentes son las experiencias tempranas de traumas interpersonales, ya sea por la falta de atención o cuidado de la familia o por situaciones escolares de exclusión, como el bullying. Estos traumas pueden determinar heridas de abandono, de rechazo o de culpabilidad”, explica Laura Martín.

Frente a esa herida, las personas suelen llevar a cabo comportamientos compulsivos y distractores que “tapan” la situación de base, ayudando así a la persona a sobrevivir el dolor.

Trabajar la autoestima y tolerar el rechazo, los objetivos del tratamiento

Si bien todos estos síntomas suelen estar muy arraigados en el paciente, con ayuda de la terapia, se puede conseguir que los mecanismos de defensa desarrollados evolucionen hacia estrategias más adaptativas.

“Los objetivos más importantes del tratamiento psicológico son, por un lado, desarrollar cierta flexibilidad, aceptando que no se puede agradar a todo el mundo, y por el otro, mejorar la autoestima y tolerar el rechazo, entendiendo que no agradarle a alguien no implica que se tenga algo mal como persona”, puntualiza la experta.

Para lograr estas metas es muy importante que el especialista en Psicología determine en qué momento los síntomas de ansiedad social le fueron útiles al paciente, para entender qué función cumplieron en el pasado y por qué se han mantenido en el tiempo.

De esta manera, la persona podrá comprender y superar sus heridas, desarrollando estrategias de confrontación positivas y consiguiendo la propia aceptación y amor hacia uno mismo.

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