Terapia de pareja sistémica: fortaleciendo vínculos y resolviendo conflictos

Muchas parejas se desdibujan por la falta de un proyecto común y pierden su camino. Quedan como referente y añoranza aquella época cuando las cosas iban bien.

Es en esa búsqueda de un mejor avenir para la pareja donde entra en juego la terapia sistémica.

El enfoque sistémico en terapia de pareja

La terapia sistémica es una de las terapias especializadas en parejas y familias. En este enfoque, los individuos se consideran elementos de un todo (una unidad o sistema), en este caso la pareja. Un gran número de parejas pasan momentos difíciles que logran superar, lo que suele ayudar a consolidar la relación. Pero hay otros momentos, en los que ciertos estresores o problemas más estructurales impiden que la pareja recupere su equilibrio y bienestar por sí sola. En esto se centrará la terapia sistémica, para acompañar y ayudar a la pareja a superar esta prueba y poder tener recursos para afrontar de nuevo los retos futuros.

Es común experimentar malestar al no llevarse tan bien como antes y, resulta complicado avanzar, por mucho que intentemos hablar, cuando no hay disposición o nos encontramos que no somos escuchados, lo que suele llevar a la desconexión y el agotamiento. Sin duda la comunicación está en el centro de la pareja, por lo que el espacio terapéutico será una oportunidad para restablecer un espacio de diálogo en el que cada miembro de la pareja pueda expresarse y escuchar lo que el otro quiere transmitir.

La comunicación va más allá de las herramientas, a veces es necesario abonar el camino que detenga el enfrentamiento, para que sea posible el acercamiento y la escucha plena.

¿Cuándo acudir y quiénes acuden a terapia de pareja?

Es aconsejable acudir a terapia antes de llegar a un malestar extremo, ya que permite afrontar los problemas por los que se atraviesan con más calma y con un espíritu de equipo que suele facilitar el camino a la reconstrucción de los vínculos. Así que, poder darse cuenta de que como pareja no estamos logrando resolver una dificultad, siempre es aconsejable acudir a una profesional.

Por otro lado, algunas parejas acuden a terapia cuando la relación ha llegado al punto de ruptura. Suele ser el último recurso antes de la separación. En esos casos, se explorará la posibilidad de la continuación o no de la relación, ya que a veces es la mejor solución para ambos miembros de la pareja. El objetivo será apoyar a los miembros de la pareja en esta etapa para que cada uno pueda vivir esta fase de su vida lo más tranquilamente posible, y minimizar el impacto en los miembros cercanos de la familia, como los niños.

• Durante la primera sesión, la terapeuta explorará junto a la pareja las causas por las que acuden y en una o más sesiones se ofrece un diagnóstico que permita confirmar la posibilidad y utilidad de una terapia, así como el marco de trabajo en el que se desarrollará la terapia. En general, las terapias sistémicas tienen una visión breve de la atención. El objetivo no es resolverlo todo, sino trabajar junto a la pareja para que pueda volver a una base de bienestar.

Si sólo un miembro de la pareja quiere acudir a terapia, la terapia individual puede ser un espacio de escucha y búsqueda de nuevas formas de relacionarse ante los problemas que le permita avanzar a formas más gratificantes de interacción con su compañero o compañera.

Qué tener en cuenta antes de dar el paso

En cierto modo, ir a terapia es una decisión difícil. Implica muchas cosas: aceptar que se necesita ayuda, que se está atravesando circunstancias difíciles que no están siendo capaz de resolver. Implica, además, hablar de vuestros problemas, descubrir errores, afrontar el miedo a revivir situaciones pasadas que han sido duras, entre otras.

Si tu pareja no se siente preparada para comprometerse contigo a hacer terapia, no dudes en buscar ayuda para ti. Lo más importante es que si se está experimentando malestar y sufrimiento es esencial contactar a una profesional para recibir la ayuda.