¿Qué es la angustia? Una mirada desde el psicoanálisis
Escrito por:La angustia es un fenómeno muy común en nuestra época, de hecho, la encontramos en diferentes situaciones que nos generan inquietud, bajo el aspecto del estrés o como expresión de fobias y/o pánico. Como podrían ser un examen o una entrevista de trabajo, por ejemplo.
Esta angustia suele ser el motivo que lleva a una persona a buscar una psicoterapia. Tal vez como último recurso o después de que la medicación no haya logrado eliminarla, ni el malestar o el sufrimiento que la acompañan.
¿Cómo podemos detectar la angustia?
Una de las formas en que podemos detectar la angustia es a través de síntomas físicos como:
- Sudoración.
- Palpitaciones o sensación de asfixia.
- Mareos.
Ante la persistencia de estos síntomas, o la dificultad de solucionarlos, algunas personas se plantean acudir a un especialista en Psicología.
Estado afectivo vs síntomas somáticos
La angustia es un afecto que nos produce un gran malestar. Una persona angustiada no está emocionada, sino todo lo contrario, se siente oprimida, como si tuviera una pesada carga sobre sus hombros, sus movimientos y sus pensamientos son lentos.
Las crisis de ansiedad o ataques de pánico son manifestaciones de la angustia. Estos nos pueden invadir en muchas situaciones como:
- Cuando hay un cambio en nuestra vida.
- Cuando avanzamos o retrocedemos.
- Cuando iniciamos un proyecto nuevo.
- Cuando nos replanteamos nuestra relación con nuestros padres, la pareja, los colegas de trabajo o con los amigos.
¿Cómo podemos gestionar la angustia?
La angustia varía dependiendo de la singularidad de cada uno, según las cosas que nos afecten y nos causen malestar.
El ser humano no tolera bien su presencia y hace todo lo posible para librarse de ella. Sin embargo, hacer algo con la angustia requiere un trabajo psíquico.
Es frecuente que las personas intenten escapar de una situación de su vida porque hay algo en ella que no aguanten ya que implica no tener que cuestionarse las cosas y, por lo tanto, no tener que atravesar ese camino con angustia.
Para no tener que lidiar con los problemas del amor, del trabajo o de la vida las personas, muchas veces, en vez de cambiar su realidad, la niegan. Pero eso no significa que no le sigan ocurriendo cosas, por lo tanto, escapar no es una solución.