¿Qué debemos saber sobre el Trastorno Obsesivo-Compulsivo?

Escrito por: Dr.Prof. Fernando Lacasa Saludas
Publicado: | Actualizado: 22/12/2022
Editado por: Nerea Colomé Lamas

Las personas que tienen un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) desarrollan un patrón de pensamientos y miedos que no son los deseados. Son obsesiones que provocan comportamientos repetitivos e impactan causando un gran sufrimiento emocional.

 

Los pensamientos obsesivos son ideas, imágenes y/o impulsos mentales que irrumpen repetidamente en la vida mental del individuo, provocando en él un intento de resistirse a ellos. Sin embargo, se perciben como pensamientos propios, a pesar de que son involuntarios y, a menudo, repulsivos.

 

trastorno-obsesivo-compulsivo
La necesidad de control puede dirigirse tanto a los pensamientos como a los actos

 

Las compulsiones son conductas ritualizadas o actos mentales que se repiten simultáneamente. Para la persona que los padece tienen la función de evitar que ocurra algún hecho objetivamente poco probable. Suelen tratarse de rituales para conjurar el hecho de recibir un daño de alguien o que puedan producírselo a otros. En general, la persona que realiza esos actos reconoce que carecen de sentido o eficacia, por lo que trata de resistirse a ellos.

 

 

¿Cómo se comportan las personas que padecen de TOC?

La mayoría de las personas que padecen TOC llevan sus síntomas con discreción, incluso en secreto. Muchas veces, ni las personas más allegadas conocen bien la extensión y la profundidad de su padecer, sobre todo cuando lo que existe son pensamientos obsesivos más que actos compulsivos. Los actos compulsivos son más difíciles de ocultar cuando implican actos y rituales de conducta.

 

La temática de las obsesiones y/o compulsiones es muy amplia. Sin embargo, se pueden agrupar en los siguientes tipos:

  1. Obsesiones de contaminación y compulsiones de limpieza.
  2. Obsesiones y compulsiones de recolección y acumulación.
  3. Obsesiones y compulsiones de orden, simetría, contar y organización.
  4. Obsesiones sobre el daño causado por heridas, violencia, agresiones o desastres naturales y compulsiones relacionadas con ellos.
  5. Obsesiones y compulsiones sexuales y religiosas.
  6. Mezcla de obsesiones y compulsiones.

 

Existen, además, ciertas características de personalidad que se dan con más frecuencia e intensidad en las personas obsesivas, aunque no exclusivas de ellas. Son el control, el perfeccionismo y la duda.

 

La necesidad de control puede dirigirse tanto a los pensamientos como a los actos, y se manifiesta por un gran temor a perder el control y pensar, decir o hacer cosas inaceptables para la persona. El perfeccionismo se caracteriza no solo por el deseo de que las cosas sean perfectas, sino por la necesidad de que lo sean. En la práctica les cuesta terminar las cosas que hacer porque no son lo suficientemente perfectas para ellas.

 

En ciertas personas el TOC se manifiesta por impulsos a hacer algo reprobable, de tipo violento o sexual, por ejemplo. Esas ideas aparecen en su mente de manera inevitable, causándole gran padecimiento. La persona teme dejarse llevar por esos impulsos, pero no los va a llevar a cabo en la realidad.

 

 

¿Existen diferentes grados de TOC?

Sí, hay grados, entre obsesiones leves y graves. La medida es tanto la intensidad y frecuencia de los síntomas como el grado de malestar y disfunción que causan los síntomas. Las obsesiones y compulsiones pueden ser muy limitantes y dificultar el funcionamiento familiar, social o laboral.

 

Un grado leve, por ejemplo, se observa en personas que tienen preocupaciones, ideas o actos de orden y organización muy establecidos y solo se sienten cómodos en ambientes ordenados en que ‘cada cosa está en su sitio’, pero esta obsesión por el orden no llega a dificultar su vida.

 

Un grado mayor sería el de una persona que no puede tocar determinados objetos o ciertas personas porque teme contagiarse de una enfermedad o de la mala suerte y esto afecta a su vida laboral, ya que tiene un trabajo que le obliga a relacionarse.

 

Un grado aún mayor sería una persona con tantos rituales que cualquier cosa que fuera a hacer tuviera que ser precedida por rituales repetidos.

 

Además, el grado de los síntomas puede variar según circunstancias vitales, ya que dependen en gran medida de ellas. Las crisis vitales, las pérdidas o el propio deterioro que la enfermedad causa, pueden incrementar los síntomas.

 

 

¿Cómo podemos saber si tenemos rasgos obsesivo-compulsivos?

Los síntomas obsesivos y compulsivos pueden ser muy variados: de limpieza, orden, daño… Los indicadores que permiten pensar si debe consultar un psicólogo especialista son el sufrimiento que causan los síntomas para la propia persona o para su entorno y el grado de funcionalidad, es decir, la dificultad que imprimen los síntomas para funcionar en sociedad y llevar una vida personal y social satisfactoria.

 

Una de las características del TOC es el aislamiento del afecto, es decir, que las obsesiones y compulsiones sirven la persona para defenderse de ansiedades y afectos aún más intolerables, por lo que implica cierto aislamiento de los sentimientos.

 

Una consecuencia de este aislamiento de la afectividad es que algunas personas con TOC dicen no sufrir por ello y consideran sus síntomas como manías sin importancia. Esas personas no son enteramente conscientes de sus dificultades y no buscan ayuda. En esas ocasiones, es el entorno, como la familia, por ejemplo, que puede ayudar a la persona a saber que algo no anda bien.

 

 

¿Cuál es el tratamiento para el TOC?

Es necesario hacer una evaluación de los síntomas, de la globalidad de la persona y de su funcionalidad antes de hacer una prescripción. La evaluación de los síntomas permite conocer sus características en detalle. La evaluación de la personalidad permite conocer cómo el trastorno afecta a las áreas personal, social y familiar, así como las características positivas y resilientes de la persona.

 

En los casos de gravedad baja y media, el tratamiento de elección es el tratamiento psicológico. En los casos más graves el tratamiento psicológico indicado es el farmacológico y la psicoterapia. La psicoterapia se orienta a la comprensión de los síntomas y sus implicaciones para la persona, al afrontamiento de los mismos en un contexto terapéutico de seguridad y a la recuperación de la funcionalidad perdida.

Por Dr.Prof. Fernando Lacasa Saludas
Psicología

El Dr. Prof. Fernando Lacasa Saludas es un prestigioso especialista en Psicología, experto en estrés postraumático, ansiedad, depresión, psicoterapia, Psicología de la adolescencia y trastorno obsesivo compulsivo.

Se doctoró en Psicología Clínica por la Universidad Autónoma de Barcelona y desde el año 2011 compagina su ejercicio profesional con la docencia en la Facultad de Psicología de la Universidad de Barcelona.

Actualmente, el Dr. Prof. Lacasa Saludas compagina la coordinación del Centro de Salud Mental Infanto-Juvenil y la dirección del Área Comunitaria de Salud Mental del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona con su actividad en su propia consulta.

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