La Navidad y el recuerdo de nuestros seres queridos

Cuando fallece una persona a la que queremos, cuando lo único que nos queda es el recuerdo de su vida junto a nosotros, tenemos por delante lo que llamamos un proceso de duelo, el cual nos llevará hacia la aceptación de la pérdida de nuestro ser querido, y a la adaptación a una nueva forma de vivir, sin su presencia.

Lo transitaremos a nuestra manera, a nuestro ritmo, con nuestras emociones y nuestra forma de sentirlas, con nuestra propia experiencia vital.

 
Aprendiendo a convivir con la ausencia 

 Nos acercamos a la Navidad, una época del año en la que de forma natural aumenta la cantidad de reuniones familiares y con los amigos. Para cada persona estos días pueden tener un significado distinto, unos días de sentir emociones intensas agradables o quizá no tan agradables en este momento de tu vida, porque en estos días notas con más fuerza la ausencia de esa persona o personas que ya no están contigo, y les echas aun más de menos si cabe.

Esto es algo completamente normal y, generalmente, uno de los momentos más complicados dentro del proceso de duelo.

Enfrentando el vacío en navidad 

En estas circunstancias, la tristeza puede ser una de las emociones que estás sintiendo con más frecuencia e intensidad. Te notas la mirada perdida, estás más ausente, tu rostro está serio, tienes pocas ganas de hacer cosas o implicarte en todo lo relacionado con las fiestas navideñas.

Las personas más cercanas a ti, que te conocen, saben que te pasa algo y te preguntan, es tu decisión compartir lo que sientes, lo que decidas estará bien, pero te recomiendo que, si tienes la oportunidad, expreses lo que estás sintiendo, te desahogues con esa persona o personas que están a tu lado y quieren escucharte.

Cuidando de ti mismo en tiempos difíciles

 Ahora más que nunca, ahora que tu estado de ánimo es bajo, que te encuentras con mucho cansancio o sin ganas de hacer nada, sin ilusión, es importante que centres tu atención en esos hábitos básicos para cuidar tu salud. Posiblemente estás comiendo peor, no tienes mucho apetito, tu sueño está alterado, descansas poco y mal. Plantéate pequeños objetivos diarios en estos hábitos saludables, atiéndete y cuídate, déjate cuidar.

Es inevitable que recuerdes a esa persona, más aún en estos días, pero puedes decidir hacerlo de una manera que te sane, que te ayude a calmar tus emociones. Recuerda lo que te aportó en vida, en el tiempo que estuvo contigo, su estilo de vida, su personalidad, su risa, su forma de disfrutar, de resolver los problemas, su compañía, sea lo que sea lo que te llevas de ese tiempo compartido que seguirá en tus recuerdos siempre.

Haz un homenaje a tu ser querido, desde la satisfacción de haber vivido momentos maravillosos juntos, de haberos cruzado en el camino. Expresa tus sentimientos, tus emociones, brinda junto con las personas que también le conocían y le querían. No olvides que llegar a sentirte bien o experimentar emociones agradables, no es olvidar.

Transitando el dolor hacia la esperanza

El duelo es algo que en algún momento formará parte de la vida de todas las personas. Transítalo a tu ritmo, date tiempo, la ilusión volverá a calar en ti, llegará un día en el que recordarás a esa persona desde la inmensa alegría de lo que compartiste, el dolor será menos intenso.

Hasta entonces cuídate, apóyate en tus seres queridos, y sin dudarlo, si lo necesitas pide ayuda, no estás solo o sola en este proceso.  Y no olvides que, ante cualquier duda, consulta con un especialista en Psicología con experiencia.